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Cultura
cnt
n°294 octubre 2003
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Travail d'arabe
Director: Christian Philibert
Interpretes: Mohamed Metina, Jacques Bastide,
Jean-Marc Ravera, Cyril Lecomte, Didier Becchetti,
Jean-Marc Mineo, Gérard Dubouche
Francia 2002
1h 28min
Germinal
S
i hay una ciudad en el mundo cuyo nom-
bre es sinónimo de cine, esa es París.
Desde los tiempos de la dictadura fran-
quista muchos españoles adquirimos cul-
tura cinematográfica en las que entonces
nos parecían minúsculas salas. En ellas conocimos
a los cineastas rusos, a Einsenstein o Vertov o al
cine del momento que hacían Passolini, Buñuel,
Vigo, Bertolucci o, el hoy revivido, Marco Bellocchio
(no hay que perderse La Sonrisa de mi madre). Sus
salas de repertorio clásico, acostumbrados como
estábamos a las salas de programa doble con las cas-
posas producciones de Forqué, Ozores y compañía,
nos parecían oasis en los que calmar nuestra insa-
ciable sed aunque fueran al coste de no catar ni
siquiera el humilde "croque monsieur" o arriesgar-
nos a la bronca de la acomodadora si descubría que
la obligatoria propina no era en francos sino en
humildes pesetas.
Así que cada vez que paso por la capital de la
"grandeur" me siento en la obligación, así sea una
estancia de un día, de ir a algunas de sus míticas,
al menos para mí, salas. Reconozco que volver a
pisar las alfombras de los Odeon, Cujas, Huchette o
Saint André des Arts, tiene un sabor así como para
Proust su famosa magdalena. En este caluroso vera-
no, la ocasión se ha presentado y como no podía ser
menos un par de películas han caído. Una de ellas
ha sido Travail d'arabe. Una película que toma su
título de la expresión que los tataranietos de los
revolucionarios de 1789 y de los comuneros de 1871
utilizan para referirse a una chapuza, algo mal
hecho. Dirigida por Christian Philibert cuenta con
la convincente actuación del franco-magrebí
Mohamed Metine que nos lleva de la mano en las
peripecias que sufre Momo, un pequeño traficante
de drogas que al salir de la cárcel intenta alcanzar
eso que se llama reinserción y que lo que se encuen-
tra es con las auténticas chapuzas de unos empre-
sarios, pistoleros, de la construcción, sector
calefacción.
Tanto en la interpretación, como en la factura téc-
nica nos encontramos con una obra más que se
puede encuadrar en el pelotón que encabeza Ken
Loach: actores "espontáneos", cierto "descuido"o
en la fotografía y, sobre todo, fuerte carga social.
Ninguna de estos aspectos falta en la película de
Philibert. No va a ser este comentarista quien ponga
de manifiesto sus defectos y carencias. Los tiempos
que corren no son precisamente boyantes y el auge
del nuevo fascismo llama más a unir fuerzas, a crear
muros de contención, que a hurgar en las diferen-
cias, aunque, desde luego, no olvidarlas. Al contra-
rio, más bien sugiero al lector que si la descubre en
los meses próximos entre la maraña de produccio-
nes norteamericanas que casi monopolizan nues-
tras carteleras no dejen de ir a verla. No sólo para
descubrir que, como dice el refrán, que en todos
sitios cuecen habas, sino también para ir apren-
diendo en cabeza ajena.
Aunque lo que más me impactó del día en que
fui a ver esta película, en la segunda mitad de agos-
to, no fueron precisamente las desgracias de Momo.
La sesión comenzaba a las 2,15 de la tarde y, por
ser puntual, llegué a las dos. Una cola de treinta o
cuarenta personas se arremolinaban ante la puerta.
¡Qué bien, en pleno agosto y cola para ver esta pelí-
cula!, pensé. No era así, pronto vi que la aglomera-
ción era para ver Le miroir de Tarkowsky, del que se
ponía un ciclo con su filmografía completa. Así que
tuve tiempo para echar una ojeada al recién salido
Le Monde que sigue publicándose la tarde del día
anterior de la fecha que luce su cabecera. Las noti-
cias que había oído y leído los días anteriores sobre
las consecuencias en los "pepés" y "memés", abue-
los y abuelas, de la ola de calor, adquirieron todo su
espeluznante significado. No se trataba ya de la
polémica más o menos política sobre el número total
de fallecidos, o de la tendencia de cualquier buro-
cracia, sea pública o privada, al relajo veraniego.
Daba terror leer los comentarios impotentes de los
asistentes sociales contando las respuestas de los
familiares de algunos de los cadáveres no reclama-
dos a su petición de que se desplazaran a París para
hacerse cargo de los cuerpos de sus deudos. Que si
ya que la situación era irremediable qué más daba
esperar unos días más para no perder los últimos días
de las bien merecidas vacaciones.
Así que cuando entré en la sala el pensamiento
no se me iba hacia las desgracias que se acumula-
ban en las espaldas del protagonista. Ni siquiera
me indignaban las consecuencias mortales de la
cutrez de los empresarios. No se me podía ir de la
cabeza el punto al que ha llegado esta sociedad de
consumo que se precia de ser faro de la humanidad.
La insolidaridad, el egoísmo al que ha llegado es tal
que ni siquiera funcionan los resortes gregarios más
primarios. Si ni siquiera le conmueve la desapari-
ción del más próximo, ¿cómo será capaz de plan-
tearse las desgracias de los remotos? Socialismo o
barbarie se decía hace unas décadas. Parece que
estamos más cerca de la segunda. Con el agravan-
te que todos nos consolamos con la visión de pelí-
culas como esta estimable de Philibert. Pero el arte
no puede sustituir a la vida. Se debe inspirar en
ella, debe tomar partido, pero nunca debe olvidar
que son las personas por su dignidad, por su mejor
vida, las que deben movernos. Aunque sea a costa
de algo tan terrible como perder unos días de vaca-
ciones. Travail d'arabe.
Trabajo de árabe en
la canícula parisina
Ruido obrero
Ruido Obrero.
Edita CNT Gipuzkoa.2003
6
Hemos publicado un CD Recopilatorio Punk que reco-
ge 31 temas de diversos grupos cercanos a nuestra
organización. Las razones que nos han llevado a rea-
lizar este CD son principalmente dos, por un lado la
de difundir la idea y por otro conseguir fondos que
nos permitan pagar el alquiler del local.
Este CD se vende al público en general al módi-
co precio de 6
, y a sindicatos, "distris" alternati-
vas y centros sociales a 5
. Hemos establecido un
pedido mínimo de 10 cd's.
Podeis hacer los pedidos:
- Por teléfono: al 943 370 897.
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(poned en el asunto "pedido cd").
Si tenéis alguna duda, llamad al teléfono ante-
rior los lunes de 19:00 a 21:00 horas.
El ritmo
de las ideas
El Ritmo de las Ideas.
Edita Acracore-PHC. 2003
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"El Ritmo de las Ideas" es el nuevo trabajo, después
de casi un año, de los pucelanos Puagh. El disco, gra-
bado para editarse en diciembre de 2002, no ha visto
la luz hasta agosto de 2003. Trece temas y un video
clip, acompañado de libreto, conforman su conte-
nido, cargado de temática anarquista.
El precio de venta es de 7
y lo podeis encon-
trar en vuestra distribudora habitual o pedirlo a:
- Acracore. Apdo. Correos 3048.
47080 Valladolid. acracore@ozu.es
- Potencial HC. Apdo. Correos 52059.
28080 Madrid.
Nuevo disco de Puagh ya en la calle
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