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ma, pues bueno, no es más que una prueba de
que hay que cambiar la realidad, no el esquema.
Los intelectuales se aferran al esquema con una
pasión digna de mejor causa. Y yo quiero estar
siempre libre de esa tentación."
Países arrollados por el desarrollo ajeno
"En las Venas abiertas de América Latina, un li-
bro escrito hace más de 30 años, yo traté de po-
ner al alcance de un público no especializado un
instrumento para empezar a trabajar sobre una
contrahistoria posible. A partir de la certeza de
que la historia es una tarea humana, que no es-
tamos condenados a aceptar ninguna concepción
fatalista de las cosas que nos obligue a creer
que el tiempo se repite. El tiempo no se repite.
Mañana no es otro nombre de hoy. La realidad
de hoy no es la realidad que era real cuando yo
escribí este libro, a pesar de que hay numero-
sos puntos de contacto entre una y otra rea-
lidad. Se podría hacer la lista de todo lo que
cambió, lo que no cambió o en qué di-
rección cambió. Pero lo que el libro de-
nunciaba era un proceso, que ya
llevaba unos cuantos siglos de vida,
por el cual la prosperidad de po-
cos se explicaba y se alimenta-
ba de la pobreza de muchos.
Eso valía para definir lo que
ocurría dentro de cada fron-
tera y para intentar en-
tender lo que ocurría en el
mundo en la relación en-
tre los países. Donde
tampoco podía uno en-
contrar ninguna rique-
za que fuera inocente
de la pobreza que había
generado. Esto en Venas
abiertas está contado his-
toriado, como si fuera una
novela. Son personas de
carne y hueso las protago-
nistas de ese proceso que hace
que sobreviva con prosperidad
creciente un sistema de poder
que con una mano te presta lo
que con la otra te roba y que tra-
ta de convencerte de que hay paí-
ses, los del llamado tercer mundo, que
viven en la infancia del capitalismo, lo
que se llama países en vías de desarrollo.
Las Venas abiertas de América Latina lo
que postulaba es que una cosa son los paí-
ses arrollados por el desarrollo ajeno, y por lo
tanto sometidos a deformaciones estructurales
gravísimas, y otra cosa son estos modelos in-
ventados por los expertos según los cuales hay
en el mundo de hoy países que viven su infan-
cia en dirección a lo que podría llegar a ser algo
así como Suiza si se portan bien y saben espe-
rar ocho siglos, dos milenios, cuatro milenios."
El mundo al revés y la legión de arrepentidos
"Expertos del Fondo Monetario y del Banco Mun-
dial reconocen en sus informes que el ritmo de
crecimiento de la desigualdad es como esta cosa
de la tijera; que se abre como las hojas de una
tijera la pobreza y la riqueza, que cada vez es
más hondo el abismo, la distancia que separa una
de otra. El ritmo de desarrollo de esa desigual-
dad es muchísimo más acelerado de lo que era.
Ahora se está duplicando cada 30 años. Cada
vez es más corto el plazo hacia la duplicación
de la injusticia. Lo que era injusto cuando yo es-
cribí Las venas es ahora dos o tres veces más in-
justo. Escribí Patas arriba. La escuela del mundo
al revés intentando de algún modo retratar el
mundo del fin de siglo, del fin del milenio. Era
un lenguaje diferente al de Las venas. Treinta
y pico años después yo soy otro. Cuidado. Soy
otro, pero siempre leal a las ideas que creo y a
la gente que quiero, porque está lleno de arre-
pentidos el mundo y yo no integro esa legión."
Salario femenino
"Un informe que leí hace poquito se refiere a
lo importante que han sido las conquistas de
los movimientos feministas y de las mujeres
en los últimos tiempos, en los últimos 30 o 40
años. Es una de las cosas positivas que han
ocurrido, una elevación notoria del nivel de
conciencia femenina, la necesidad de luchar
por los derechos de la mujer y unas cuantas
conquistas concretas. Pero, al mismo tiempo,
ese informe subrayaba que el ritmo de los cam-
bios no era el deseable porque para que en el
mundo el salario femenino pudiera igualarse
con el salario masculino, tendrían que pasar
todavía 475 años. Yo pensé, ¿conozco a algu-
na mujer que viva tanto? Y no, no había nin-
guna. Y me dije ¿no será que a veces la paciencia
contradice el sentido común?"
Literatura con placer
"A veces uno se pregunta cómo se puede escribir
con placer de cosas tan horribles porque yo no
sólo escribo de las bellezas del mundo, aunque
las celebro continuamente, sino también de
sus horrores. Cómo es posible que esa contra-
dicción que es la vida, que al fin y al cabo la
vida está hecha de eso, esas hermanas siame-
sas que son la luz y la sombra, la noche y el día,
el horror y la maravilla, cómo se puede hacer
para que esa contradicción se transmita con
placer, para escribir con placer. Y he llegado a
la conclusión de que a la conciencia hay que de-
cirle que se quede quieta, que uno va a hacer
lo que puede, pero que no moleste demasiado
que cuando te da órdenes el resultado es com-
pletamente ortopédico. Esto explica, creo, el
fracaso de buena parte de la literatura mejor in-
tencionada en el mundo de nuestros días. La li-
teratura escrita por gente con las mejores
intenciones quiere invitar al cambio e invita
al bostezo. No hay caso. Yo creo que ahí hay algo
en el fondo, como una incapacidad de cometer
la osadía de dirigirse a los no convencidos por-
que escribir para los convencidos es fácil. Pero
claro, ese es el destino de los boletines de pa-
rroquia, de la literatura destinada al espejo, a
conversar con uno mismo, medio como mas-
turbatoria. Creo que vale la pena dirigirse a los
demás y sobre todo a los que no coinciden con
lo que uno piensa. Y para hacerlo hay que ofre-
cer las cosas de la manera más honesta y leal,
sin imponer nada a nadie, pero sí invitando a
participar de una aventura compartida."
Bin Laden
"Sí, tengo una alegría enorme porque desde
que escribí Patas arriba me llaman Nostradamus.
Modestia aparte, es la primera vez que acerté
con una profecía. A principios del año 1998 es-
cribí un recuadro para Patas arriba en el que se
pregunta que si no será el próximo malo de la
película un señor que se llama Bin Laden que
tiene una larga barba, turbante y una ametra-
lladora que descansa, duerme sobre sus rodillas.
Y que tiene todas las características para hacer
de villano en las próximas películas del Holly-
wood este que es el Pentágono. Y en efecto se
dio, sin que yo hablara con él ni nada, porque
puede parecer que yo le dije "mirá, Bin Laden,
ahora no me hagas quedar mal, vas a tener que
provocar alguna tremenda catástrofe porque si
no voy a quedar como un mentiroso."
Alimentarse de la duda
"En el fondo yo soy optimista, pero no fullti-
me, o sea, soy optimista algunas veces a lo lar-
go del día, pesimista otras veces, y no creo
mucho en los optimistas fulltime, los sonrien-
tes de oreja a oreja pase lo que pase, que son
invulnerables a la duda y que jamás se caen
del caballo. Yo me caigo, me levanto, vuelvo a
subir, me vuelvo a caer. Yo creo que las únicas
certezas que valen la pena son las que se ali-
mentan de la duda. Y probablemente las úni-
cas alegrías que de veras resplandecen en lo
más alto de las alturas son las alegrías que sa-
ben que también el mundo es un lugar muy
duro, que también hay que saber, no hay otra,
tenemos que estar enterados, porque no hay
quien pueda ignorarlo saber lo poco que la vida
dura y lo mucho que duele. Pero que eso no es
todo, que cada cosa se alimenta de la otra. No
se equivocaban los filósofos que creyeron que
la contradicción es el motor de la historia."
Venezuela, un ejemplo más
"De Venezuela, lo que más me llama la atención
es la furia con que los medios masivos de co-
municación dominantes y unos cuantos me-
dios que pertenecen también al campo de la
opinión más independiente, más libre, menos
controlada, la furia con la que hablan de Chá-
vez o con la que se refieren al proceso que en-
cabeza en Venezuela. Hay un odio que para mí
me parece incomprensible, porque yo no veo que
él haya hecho nada grave, realmente. Se lo acu-
sa de hablar mucho, pero bueno, eso se ve que
los acusadores nunca estuvieron en el trópico,
porque en el trópico todos hablan mucho. Es una
manera de ser. El auténtico, genuino produc-
to tropical habla, durante el día y mientras
duerme. Eso es así. No tiene nada raro que los
discursos duren como los de Fidel: duran siete
horas, ocho horas. Es que si duraran menos di-
rían "está mal de la garganta". Porque es así. Y
después le acusan de demagogia. Como si hu-
biera políticos que estuvieran a salvo de co-
meter algún pecado de demagogia. Lo acusan
de tirano, de dictador, lo que más me asombra,
me deja con la boca abierta. En Venezuela nun-
ca se clausuró ningún periódico. Tiene todos
los medios masivos en contra y hasta qué ex-
tremos han llegado esos medios. Que realmen-
te uno piensa, caramba con este hombre, por
mucho menos han clausurado diarios, radios o
canales de televisión en los países que dicen que
son los más libres del mundo. Cuando el golpe
de Estado, con un presidente fugaz que fue flor
de un día, un empresario, sospechosamente
parecido al patrón de Omero Simpson en la te-
levisión, con una cara idéntica, cuando Chá-
vez vuelve al puesto que legítimamente había
conquistado, la televisión venezolana ignora
el detalle. Estuvieron 24 horas pasando coti-
lleos y películas norteamericanas sin contar a
la teleaudiencia que el presidente había vuel-
to a su lugar y que el patrón de Omero Simp-
son ya no estaba usurpándole el trono. Un caso
de los más extremos de desprecio de la opinión
pública. Yo creo que lo que explica esta furia
universal es en gran medida que él sigue prac-
ticando una política de defensa de la sobera-
nía nacional en un país que tiene petróleo. Si
Venezuela produjera rabanitos nadie se ocu-
paría de atacarla."
cnt
n°303 julio 2004
Las palabras de Eduardo Galeano
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Manuel G. Blázquez
O
en la caseta de una feria o, inclu-
so, en el terreno con olor a incien-
so de una iglesia de colegio mayor
(previa petición de perdón por si
las moscas) Galeano abre la boca y
presta las palabras para provocar ánimos y emo-
ciones, para que continúen con vida y se trans-
formen en los otros. Uno de los días que cayó
sobre el aeropuerto de Madrid, la seguridad para
la idiotez se había multiplicado hasta el infini-
to, para desasosiego de quienes no entienden:
era el día de La Boda (de Doña Felipe y Don Le-
tizia). "Fue duro eso, aquel diluvio de cursile-
ría, la cantidad de gente que murió ahogada",
dice. Pocos escritores vivos de lengua castella-
na despiertan tantas pasiones como el autor de
las Venas abiertas de América Latina. Asistir a
alguno de sus recitales es congratularse con la
ironía, la certeza del análisis, la belleza de las
palabras naturales, la pausa dejada para el silencio
y darse cuenta de que algunos libros y autores
ayudan a no sentirse solos, aunque estemos
acosados o rodeados. Quienes siguen creyendo
que el mundo puede ser otro, otro también más
mágico, no pueden quedar defraudados con
quien fabrica palabras sobre el hombre y la na-
turaleza, la tierra, el mar y el aire, la historia ol-
vidada, la historia interpretada, la historia oficial,
el amor y el desamor, la justicia y su contraria,
la comunicación masiva y sus medios, lo ridículo
y lo sublime, la belleza de la vida aún repleta
de cosas feas. Todo lo que huele a realidad, in-
cluso la inventada o soñada, sirve a unas ma-
nos que escriben, por ejemplo, que Comunidad
Internacional "es el nombre de los grandes ban-
queros y de los jefes guerreros" y las buenas
acciones "no son los nobles gestos del corazón,
sino las acciones que cotizan bien en la Bolsa"
y ésta es el "escenario donde ocurren las crisis
de valores". Así puede que esté el mundo, en cri-
sis permanente, pero también repleto de gen-
tes a la caza de emociones y justicia. La realidad
llama una y otra vez al escritor montevideano:
"Yo me inspiro en lo que me cuenta una seño-
ra muy maga y muy loca que se llama realidad".
Le incita hacia los temas más diversos, sin cla-
sificar, sin dividir "por ninguna frontera que
anuncie que hasta aquí llegó el amor y aquí
empezó la tierra o el agua", desde las sangrientas
guerras contra Irak a los colores. "Todo depen-
de", dice, "del punto de vista, del lugar donde
uno se coloque para ver el mundo. Yo siempre
digo que desde el punto de vista de una lom-
briz un plato de espaguetis es una orgía".
Emigración y dinero
"En estos tiempos de la globalización las cosas
se han puesto mucho más difíciles; no para las
mariposas ni los flamencos, ni los salmones,
porque siguen siendo libres, no para los ani-
malitos, para las aves, los caminos del aire o de
la mar, pero sí para la gente, para los miles o mi-
llones de peregrinos que deambulan por el mun-
do golpeando puertas y buscando casa. Las fron-
teras que se abren mágicamente al paso del di-
nero se cierran sin magia ninguna cuando son
seres humanos los que quieren entrar."
Las soluciones mágicas
"No tengo la menor pretensión de enseñarle
nada a nadie. Yo lo único que quiero es reco-
ger historias que creo que valen la pena con-
tar a los demás y contagiarlas, para que en los
demás se multipliquen. Sin ninguna intención
pedagógica. No pretendo señalar ningún ca-
mino, ni vender una receta de felicidad a na-
die. Y, además, me inspiran por lo menos mucha
sospecha cuando veo que hay gente que pone
en venta recetas, soluciones mágicas. Es muy
difícil encontrar caminos en este mundo con-
fuso, revuelto, turbulento y esos caminos de-
penden de cada momento y de cada lugar."
Libros para niños y "pobrólogos"
"La verdad es que es muy difícil escribir para ni-
ños, porque cuando uno escucha lo que los ni-
ños son capaces de decir, dice, bueno, yo en
relación a los niños me propongo ser su taquí-
grafo, pero nada más; yo no tengo nada que con-
tarles que les valga la pena escuchar. En cambio
ellos me pueden contar a mí tantas cosas, como
esa señorita que aparece en el libro Bocas del
tiempo que formula la que para mí es la mejor de-
finición de la pobreza que yo he escuchado ja-
más. Hay muchas definiciones de la pobreza y hay,
además, una enorme cantidad de expertos que
viven de la pobreza, los "pobrólogos", los espe-
cialistas en la pobreza. Pero la mejor definición
fue la que ella formuló cuando dijo "pobres son
los que tienen la puerta cerrada". La frase fue pro-
nunciada cuando yo tenía tres años. Yo creo
que es la mejor edad para asomarse al mundo y
ver, porque después a uno se le ensucia la mi-
rada, por eso digo que hay que lavarse los ojos.
La vida adulta te ensucia mucho la mirada por-
que vivimos presos de un sistema de poder que
nos educa para desconfiar del prójimo, para vi-
vir con miedo, para no reconocer al otro. En-
tonces no podemos verlo, nos perdemos de ver
la maravillosa diversidad del mundo."
La realidad encerrada en esquemas
"La realidad es muy sorprendente y bastante
misteriosa, por eso hay que tener mucho cui-
dado a la hora de interpretarla, hay que tener
mucho cuidado de no encerrarla en esquemas
y dejarla que ella hable, que se exprese antes
de formular ninguna interpretación. Es la ten-
tación frecuente entre los intelectuales, in-
cluso entre muchos intelectuales amigos,
intelectuales de izquierdas, esa tentación de
encerrar a la realidad en una fórmula, de pe-
garla una etiqueta en la frente, de reducirla
a un esquema que todo lo sabe, que todo lo
puede, que todo lo interpreta, que todo lo
presiente, que todo lo anuncia. Y cuando la
realidad se porta mal y no obedece al esque-
el ritmo de crecimiento de la desigualdad es como
esta cosa de la tijera; que se abre como las hojas
de una tijera la pobreza y la riqueza, que cada vez
es más hondo el abismo, la distancia que separa
una de otra
E
duardo Hughes Galeano nació en Montevideo en 1940. Practicó durante muchos
años el periodismo, sobre cuya manipulación tanto insiste en sus libros. A prin-
cipios de 1973 salió al exilio argentino y español tras la dictadura militar de su
país. Regresó a Uruguay en 1985. Sus libros le han hecho famoso en todo el mun-
do. Defensor de la diferencia, de otro orden mundial opuesto al que se nos im-
pone, tiene una serie de libros que son referencia obligada para conocer la historia
latinoamericana o la pasión del autor por las emociones: Las venas abiertas de América lati-
na (1971), Memoria del fuego (1982-1986), El libro de los abrazos (1989), Las palabras an-
dantes (1993) o Patas arriba. La escuela del mundo al revés (1998). En Bocas del Tiempo
(Siglo XXI Editores) acomete, en sus propias palabras, "una porfiada reescritura de las pala-
bras que siento que de veras valen la pena, las palabras que son mejores que el silencio". Es-
tas son algunas.
Mano de obra
Mohammed Ashraf no va a la escuela. Desde que sale el sol hasta que asoma la luna, él
corta, recorta, perfora, arma y cose pelotas de fútbol, que salen rodando de la aldea pa-
quistaní de Umar Kot hacia los estadios del mundo.
Mohammed tiene once años. Hace esto desde los cinco.
Si supiera leer, y leer en inglés, podría entender la inscripción que él pega en cada una de
sus obras: Esta pelota no ha sido fabricada por niños.
La geografía
En Chicago, no hay nadie que no sea negro. En pleno invierno, en New York, el sol fríe las
piedras. En Brooklyn, la gente que llega viva a los treinta años merecería una estatua. Las
mejores casas de Miami están hechas de basura. Perseguido por las ratas, Mickey huye de
Hollywood.
Chicago, New York, Brooklyn, Miami y Hollywood son los nombres de algunos de los ba-
rrios de Cité Soleil, el suburbio más miserable de la capital de Haití.
Órdenes
Ocurrió el once de setiembre del año 2001, cuando el avión secuestrado por los terroristas
embistió la segunda torre de Nueva York.
No bien la torre empezó a crujir, la gente huyó volando escaleras abajo.
En plena fuga, resonaron de pronto los altavoces. Los altavoces mandaban que los emple-
ados volvieran a sus puestos de trabajo.
Se salvaron los que no obedecieron.
Palabras mejores que el silencio
Pertenece al mundo de los fieles. Dice encontrarse entre los que
no traicionan. El escritor uruguayo Eduardo Galeano, en el trajín
de frontera y frontera cuando se supone que estamos en el
mundo global, ha paseado su voz por el territorio ibérico, al
mismo tiempo que leía los textos escuetos de la
Boca del
tiempo, su último libro.
Ilustración de JAM
Eduardo Galeano, escritor
"Cada vez es más corto el plazo hacia
la duplicación de la injusticia"
Las palabras de Eduardo Galeano
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