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Opinión
cnt
n°296 diciembre 2003
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233
David Peña Pérez
E
l motivo por el que la sociedad
adopta esta posición conformista
que resta sentido a la vida sin exi-
gir su libertad como el bien más
preciado que posee, parece bas-
tante obvio. El hombre ya ha sido manipula-
do a través de una educación que, inculcada
desde edad temprana, le ha transmitido una
serie de valores que coartarán constantemen-
te su libertad.
La educación que nos ofrece el estado, apun-
ta hacia el ámbito institucional de la escuela,
donde el sistema crea con exactitud aquello
que desea o lo que es lo mismo, a unos indivi-
duos que se sometan a la sociedad preestable-
cida. Está claro que en una sociedad donde los
desequilibrios son evidentes en todos los ámbi-
tos, la enseñanza resulta un método impres-
cindible de poder para las clases dominantes.
Tras el falso propósito de crear una educa-
ción justa, los poderes fácticos ofrecen y obli-
gan a aceptar un sistema educativo tan
desequilibrado como la sociedad. La escuela
se transforma de esta manera en parte esen-
cial para la continuidad de aquello que repre-
sentan los que imparten la enseñanza. Por
esta razón, los gobiernos imponen su base en
modo de programa y profesorado tipo. La razón
parece bien sencilla, el poder prepara a millo-
nes de individuos a creer, asumir y aceptar la
supuesta condición que les corresponde, sin
olvidar que las diferencias sociales influyen
también en la preparación académica.
Lo que sí resulta evidente es que una ins-
titución de carácter obligatorio no guarda
ninguna relación con la libertad propiamen-
te dicha.
La razón principal por la que no se permi-
te elegir ningún sistema alternativo, radica en
que ello perjudicaría una forma de pensar y de
concebir la vida que ya creen controlada.
¿Cómo demostrar entonces la viabilidad de
un sistema alternativo que simplemente no
interesa a los poderosos?
El pedagogo Anton Makarenko (1888-1939)
ya planteó lo que consideraba que eran los
problemas fundamentales de la enseñanza,
trabajando en la organización de comunas
colectivas con un sistema económico auto-
gestionario. Gracias a él, comprobamos que la
autogestión y la colectivización de la ense-
ñanza son posibles. Sin embargo su visión edu-
cativa dista aún mucho de la perspectiva
libertaria de la educación.
Por su lado, Célestin Freinet (1896-1966)
creó un modelo alternativo de enseñanza en
Francia. Sus alumnos, pertenecientes en su
mayoría a clases sociales desfavorecidas, expe-
rimentaron un innovador método que preten-
día la liberación pedagógica de la clase obrera.
Freinet introdujo una serie de transformacio-
nes en los aprendizajes esenciales -lectura, lec-
tura-trabajo, cálculo, ortografía, etc...- y
desarrolló la Cooperativa de Enseñanza Laica.
Pero es Iván Illich (1926-2002 ) quien
encarna la verdadera trasgresión del sistema
pedagógico vigente, condenando un sistema
escolar que, diseñado como institución públi-
ca, no sirve más que para estabilizar y prote-
ger la estructura de la sociedad que lo produce.
Illich critica los valores institucionales, la com-
petitividad, la jerarquías producidas por las
calificaciones, los valores condicionados, y pro-
pone una serie de recursos que considera nece-
sarios para un verdadero aprendizaje. Entre
estos recursos cabe destacar la elección de los
educadores consultando a los alumnos y la
idea de una educación sin escuela.
Estas teorías surgen como contraposición a
una educación que obstaculiza la evolución
del pensamiento hacia una educación libre y
exenta de manipulación, provocando grandes
carencias en las libertades del hombre. Por ello
se necesita avanzar hacia un estadio superior
en este ámbito, la desescolarización. La base
la encontraremos en los textos de los autores
citados, donde, como hemos dicho, se propo-
ne la destrucción de las jerarquías, la elimi-
nación de diplomas y títulos meritorios, la
colectivización de los grupos de estudio y la
implantación de la auto-evaluación.
Pero para concebir cualquier alternativa en
este campo, necesitamos huir de la falsa con-
cepción que nos han inculcado sobre la ense-
ñanza, salvando el error y proponiéndonos una
labor de diferenciación entre el hecho de ense-
ñar y el de aprender, aún con más razón si la
enseñanza se nos impone como hasta ahora.
Un elemento de gran trascendencia en la
educación libre se erige en la figura de los ate-
neos, los cuales deben constituir el eje pri-
mordial de la educación libre. Allí encontrare-
mos, además de un extensa biblioteca y archi-
vos culturales de libre utilización, asambleas,
tertulias e información sin lazos opresivos,
una verdadera promoción de la libertad de cul-
tura y aprendizaje. Pero los pocos ateneos exis-
tentes, acosados por las instituciones, subsisten
prácticamente sin recursos y con la dificultad
añadida de la constante persecución a que son
sometidos. Así, el estado pretende impedir la
evolución de una libertad poco interesante
para ellos, la del conocimiento; algo que tam-
bién se refleja en su sistema educativo, en el
cual el programa de humanidades ha dismi-
nuido considerablemente con la intención de
mermar la capacidad de pensamiento de la ciu-
dadanía.
Queda claro, entonces, que la democracia
disfraza sus deficiencias en forma de virtudes,
lo cual perjudica a las libertades del hombre e
impide su pleno desarrollo. Por tanto, resulta
elemental liberar la mente de la humanidad
desde su génesis, por lo que es incuestionable
la necesidad de una pedagogía que mantenga
libre al conocimiento y al mismo hombre.
Barcelona Julio-2003.
David Peña es escritor
Hacia una educación libre
En la actualidad el hombre prescinde de su libertad y acepta a ciegas un
sistema socio-económico que le explota, a cambio obtiene un insignificante
y falso bienestar dispuesto a subyugarle.
Anarquismo y Educación.
La propuesta sociopolítica de
la pedagogía libertaria
Fco. José Cuevas Noa
Fundación de Estudios
Libertarios Anselmo Lorenzo
Madrid.2003
171 págs. 6,73
ISBN 84-86864-62-3
C. Carretero
L
o bueno si breve dos veces bueno,
podría ser el aserto adecuado para
describir este pequeño libro; com-
pendio breve, a la vez que pana-
barcativo sobre los dos aspectos
reseñados en su título: sobre anarquismo, y
sobre educación libertaria.
En él se exponen, y se interrelacionan, las
distintas teorías anarquistas, y se hace un
repaso de los diversos enfoques históricos
sobre la educación dentro del movimiento
libertario; así como de sus concreciones en la
praxis, tanto histórica como actual.
Además de compendio, el libro es una guía,
a modo de muestrario que presenta y analiza
las distintas «escuelas» y que nos invitará a
conocer más y profundizar más en las distin-
tas visiones de la educación, y de lo liberta-
rio.
Hay no obstante varios aspectos que nos
habría gustado ver mejor tratados:
Freinet y Makarenko: se les cita a ambos
dentro de la pedagogía autogestionaria, pero
no se les estudia. Claro que no se les puede
encuadrar dentro de la pedagogía estricta-
mente libertaria, pero en el libro se estudian
tendencias cercanas, que sirven de compara-
ción, y de contraste. El caso de Makarenko, es
el mas sangrante de los dos, dada la dificul-
tad de localización de sus obras actualmente.
Este pedagogo, que se movió en una difícil
franja entre marxismo y anarquismo (aunque
él no lo supiera), merecía un pequeño estudio
en el libro; pues creemos que sus experiencias
(en la URSS; en pleno estalinismo!) merecen
ser mejor conocidas dentro del campo liber-
tario. Nos hubiera gustado verlo estudiado, y
sobre todo, contrastadas sus experiencias con
las de la escuela de Hamburgo, las cuales sí son
tratadas con la amplitud que merecen dentro
de los planteamientos de la obra.
Otro aspecto que nos hubiera gustado ver
expuesto con mayor amplitud, aunque éste
si es tratado en el libro, es el de la autofor-
mación del militante obrero, propiciada por
el propio asociacionismo, y por sus medios de
acción, lo que dará lugar a tantos y tantos
«eruditos» proletarios dentro del anarcosin-
dicalismo, sobre todo el español, y que hizo
que el «periodismo» de clase alcanzase las
cotas que alcanzó. Autoeducación asimismo en
el «nosotros» frente al «yo» que tanto hemos
echado de menos en los tiempos recientes,
dentro del movimiento libertario.
Mas ojo, estos «peros» son muy pequeños.
En la exposición el libro es completísimo ade-
más de extraordinariamente bien escrito. Otro
aspecto positivo es la valoración crítica que se
hace de las distintas «escuelas»; así como la
implicación del autor, y su toma de posición.
Decantación hacia la utilización del compo-
nente sociopolítico en la educación liberta-
ria, que en opinión de éste es la única opción
viable hoy en día, si queremos que la educa-
ción sea una herramienta para la liberación del
ser humano.
Un libro muy hermoso.
FRANCISCO DE GOYA
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