También en
esta tierra se producen acontecimientos más allá de las enfermedades de
Manuel Fraga, las luchas por sucederle, las "vacas tolas", etc.
El mundillo libertario gallego se mueve y es natural que genere noticias,
discusiones, debates, encuentros y desencuentros. Repasemos, pues. El pasado
13 de febrero asistí a una manifestación convocada por la "Xuntanza
Libertária", organización que agrupa a varios colectivos libertarios
gallegos, contra la presencia de los ministros de Interior europeos en
Santiago de Compostela. Fue una de esas reuniones que con motivo de la
presidencia española de la U.E. se celebraron en varias ciudades españolas.
La manifestación anarquista fue
numerosa-la misma prensa calculó que había entre 700 y 1000 manifestantes, y
hasta El País se ocupó de nosotros aunque rebajó la cifra a 500, que no está
nada mal-, y terminó sin incidentes pese a la provocación policial continua.
Pues bien, a los de la C.G.T., aquello no les gustó nada. Habían llegado a
Santiago de Compostela en su autobús y se encontraron con una concentración
que no se esperaban; su presencia pasó inadvertida pese a que, hábilmente,
se colocaron a la cabeza de la manifestación con la correspondiente
pancarta. Y comenzaron a jugar sucio, que es una manera de hacer las cosas
como otra cualquiera. En el número 185 de 18 de febrero de 2002 del
semanario pontevedrés "La Campana", editada por la inexistente "Escuela
Errico Malatesta. Sindicato Único de Trabajadores "Solidaridad Obrera", se
vertían las primeras descalificaciones: que si el colectivo "Oveja Negra" de
Coruña se había olvidado de traer la pancarta de cabecera-era verdad-, que
si el manifiesto tuvo diferentes "ediciones", que si el cartel tenía
"ciertas modificaciones" y estaba firmado, como alguna versión del
manifiesto, "por el desconocido grupo @s libertari@s"...
En realidad, lo que les había molestado a
los de la C.G.T. era la presencia masiva de compañeras y compañeros de toda
Galiza que no andan en su órbita, que no les hacen mayor caso y pasan de
ellos. Además, para mayor sufrimiento, la inexistencia de organización de la
CGT en Santiago de Compostela implicaba que su presencia era nula en los
medios de información, y, sin embargo, la activa y masiva presencia de la
CNT en la manifestación, que aportó su militancia de Compostela junto con la
de otras federaciones locales, contribuyó al llanto y crujir de dientes, que
es una manera de pasar el rato. Era lógico que los medios de comunicación
llamasen a la CNT de Compostela para enterarse de lo que se estaba cociendo,
que las televisiones recabasen la opinión de las personas responsables de la
Federación Local, toda vez que la secretaria de la local era la persona que
había solicitado la convocatoria, y que el mismo Canal Pus filmase en el
local de la CNT la preparación de la manifestación y entrevistase a los
compañeros de la CNT: veinte años no serán nada, pero tras dos décadas de
presencia sindical y social en la comarca lo lógico es que, si alguien
quiere enterarse de lo que pasa en Compostela, dirija sus pasos a la CNT...y
no a la Escuela Errico Malatesta.
La cosa pasó a mayores cuando, al día
siguiente, el periódico "Faro de Vigo" dedicó un página entera a la
manifestación; venía retratada la compañera de la CNT que leyó el manifiesto
final y al pié de la fotografía esta leyenda: "Menganita, secretaria de la
CNT": ¡en su propio feudo de Vigo!. Y ellos, sin comerse un rosco.
Informaciones semejantes se reprodujeron en todos los periódicos gallegos.
En el número 186 del citado semanario, de fecha 25 de febrero de 2002,
podemos leer: "No cabe ignorar que los "fallos organizativos" surgidos a
raíz de la manifestación convocada por la Xuntanza Libertaria del 13 de
febrero en Santiago contra los Ministros de Interior y Justicia de la UE,
pueden dificultar una nueva convocatoria de la Xuntanza Libertaria de
Galicia en tan breve plazo...". Continuaban, pues, como es habitual en
ellos, sembrando la cizaña, la desconfianza y el malestar entre las
organizaciones y colectivos anarquistas gallegos con la sola intención de
desprestigiar a la CNT, que era el enemigo a batir. La campaña llegó a
tal punto que la secretaria de la Federación Local de Santiago de Compostela
se vió en la obligación de distribuir una carta entre las organizaciones que
forman la "Xuntanza Libertaria" en la que aclaraba que el afán de
protagonismo y la sumisión de otros grupos a sus opiniones no entraban en su
programa y que la presencia de la CNT en los medios de comunicación se debía
a que llevan más de 20 años en Santiago con local abierto, y que sentía
mucho que colectivos sin presencia en Compostela-algunos, ni en
Pontevedra-no vieran sus siglas reflejadas en las informaciones de prensa
que hacían alusión a la manifestación contra los ministros de Interior.
Pero la vida da muchas vueltas; a veces es
un tíovivo y otras una noria. La mayor parte del tiempo, qué le vamos a
hacer, estamos aburridos, no sabemos de que hablar y caemos en el muermo que
precede a la compra de un video. Pero para divertirnos ya tenemos a la CGT
de Galicia, casi me atrevería a decir la de toda España.
El pasado día 1 de junio celebramos en A
Coruña una manifestación antimilitarista que, desgraciadamente, contó con
escasa concurrencia. ¿Se debió, acaso, una vez más, a las sucias maniobras
en la oscuridad que caracterizan la actuación de la CNT?. Pues no. ¿Acaso,
como comentaba hace unos días un compañero en un escrito difundido por
Internet, la larga mano de la FAI se ocultaba tras el fracaso?. Pues
tampoco. La historia es una muy otra, y de ella nos enteramos al llegar a
Coruña para participar en la manifestación: la CGT, encargada de solicitar
el permiso correspondiente, había decidido "retirar a última hora la
convocatoria legal de la manifestación antimilitarista que se iba a celebrar
en Coruña el 1 de junio, como respuesta a un escrito difundido esa misma semana
por el Colectivo libertario Oveja Negra". Allí estábamos. Sin permiso. Con
el culo al aire. La CGT nos había abandonado porque se había picado a causa
del escrito de los compañeros de Oveja Negra en el cual les reprochaban que,
al solicitar el permiso de manifestación, hubieran incluido un servicio de
orden de, creo recordar, algo así como 100 personas. Como solemos hacer los
que ya sabemos cómo son los del Comité Confederal de la CGT, realizamos la
manifestación sin permiso y participamos con algunos miembros de la CGT que,
en desacuerdo con su organización, se sumaron a la marcha. Luego vinieron
las disculpas, algunas tan impresentables como que "es obligatorio, al pedir
un permiso para realizar una manifestación, hacer constar el número de
integrantes del servicio de orden. Es un puro requisito legal". Mentira. La
manifestación del 13 de febrero no contaba con servicio de orden, ni se les
había ocurrido a los de la CNT hacerlo constar en la solicitud: la
manifestación se celebró. La manifestación anarquista que se celebró en
Santiago en junio contra una cumbre europea sobre el comercio exterior, cuyo
permiso fue solicitado por este menda, tampoco tenía servicio de orden y,
por supuesto, no se hacía constar este extremo en la solicitud. Ergo, no es
necesario caer tan bajo y los compañeros de Oveja Negra tenían toda la razón
del mundo en sus críticas a la CGT.
Ahora bien, el tratamiento informativo que
dispensa el semanario pontevedrés "La Campana" a este gravísimo
acontecimiento en su número 194 de 17 de junio de 2002, es de antología. En
esta ocasión, no hay "fallos organizativos...que puedan dificultar una nueva
convocatoria de la Xuntanza Libertaria", no hay protagonismo de la CGT, no
hay una vendida suprema, no hay desprecio por los demás, no hay maniobra
rastrera ni puñalada por la espalda. No. Es lo normal. Se debatió en la
Xuntanza, y listo moreno. A otra cosa. Mejor callarse, a ver si escampa el
temporal. Esta conducta es en mi opinión reprobable. A la CNT, palo. A mi
organización, la CGT, vaselina para que le resbalen mejor las críticas.
Informar de las razones que llevaron a
unos y a otros a actuar cómo lo hicieron, eso nos lo callamos: periodismo
alternativo, le llaman a la figura. Para terminar, diré que últimamente, al
menos en Galiza, la CGT está a la que cae. Como no se come un rosco
sindical, anarquista o alternativo, la CGT anda de la mano del sindicato
nacionalista CUT y recibe ramos de flores de Xosé Luis Méndez Ferrín,
afamado escritor gallego traducido a la lengua del Imperio con su
beneplácito, furibundo marxista-leninista (no en vano Méndez Ferrín es
conocido como Méndez "Lenín") que no para de alabar la conducta de la CGT en
las páginas del periódico "Faro de Vigo". Ferrín, no hace tantos años, en mi
casa, defendió la aniquilación de las comunas de Aragón a manos de su
querido Enrique Lister: será porque eran de la CNT y no de la CGT, digo yo.
Además, cuando la CGT no tiene
organización en una localidad, llama por teléfono a la CUT para que adelante
los cuartos del cartel o de un panfleto para poder figurar más allá de las
murallas de Vigo. Esto ya ha ocurrido en Santiago. Así cualquiera no tiene
presencia "social" y no se convierte en una organización "respetable y
representativa" Pero lo más grave es que, teniendo carceleros en sus filas,
y habiendo contado en su organización catalana con secciones sindicales en
los Mozos de Escuadra, es decir, en la policía autonómica de Cataluña, las
organizaciones específicas de defensa de presos que actúan en Galiza, caso
de la CNA, cuando tienen que denunciar que CCOO, UGT y CIG permiten la
afiliación de carceleros, se callan que la CGT los tiene y omiten su nombre
en los panfletos que se repartieron durante la huelga general del pasado 20
de junio.
Tengo pruebas de ello, y se las remitiré a
quien las solicite al apartado 997 de Santiago de Compostela.
Dentro de tiempo, comenzarán a acusar a la
CNT de cargarse la "Xuntanza Libertaria", lo estoy viendo. Les diré que el
que firma no está afiliado a la CNT, sino al "Ateneu Libertário de
Compostela".