La firma , por la CISL, la
UIL, la CISAL y la UGL, del berlusconiano "Pacto por Italia", el papel
actual de la CGIL y los vientos de guerra que llegan de nuevo (una
enorme máquina militar de USA y aliados está ya en movimiento para
atacar y devastar Irak en enero, como antesala de futuros ataques a
Siria y a Irán) nos llevan a formular consideraciones precisas y
respuestas de lucha adecuadas.
1) El "Pacto por Italia", además de
golpear con fuerza el artículo 18 (suspensión de este derecho para todos
los empleados nuevos en las empresas que decidan sobrepasar el umbral de
los 15 dependientes), tiene bastantes incidencias sobre el papel del
sindicato, sobre el trabajo y sobre el paro.
Los sindicatos firmantes, que desde
ahora pueden ser tildados de "amarillos", formarán parte de aquellos
entes bilaterales, comisiones arbitrales, que gestionarán la relación
entre la oferta y demanda de trabajo, sustituyendo a las empresas de
colocación en la compra-venta de los trabajadores. En adelante, para ser
empleado, habrá que pasar directamente por estos sindicatos, que se
convertirán, aun más que hoy, exclusivamente en centrales de poder
corrupto y clientelar.
Sindicatos, desde ahora financiados
directamente por el gobierno, que controlarán y decidirán quién y quién
no puede trabajar. Todo esto se asemeja grandemente a los tiempos en que
sólo los portadores del carnet del fascio podían ser empleados.
Denunciamos todo esto en lo que,
realmente, es: poder mafioso enfrentado a los intereses de los
trabajadores.
2) La oposición de la CGIL no merece
credibilidad. Durante el gobierno de centro-izquierda no se movió nunca
en defensa de los trabajadores contra los duros ataques económicos y
contra los derechos sindicales y sociales que el gobierno de D´Alema y
compañía llevó a cabo.
La vía de la concertación, practicada
por la CGIL (o las de las agencias de trabajo eventual, "cacicazgo"
legalizado, promovido por la centro-izquierda) es la misma vía que lleva
a la mesa del "Pacto por Italia". La ausencia de la CGIL se debió
sólamente al hecho de que, en la sede del gobierno, están Berlusconi y
Maroni, en vez de D´Alema y Rutelli. Una oposición instrumental (que a
la postre resultará en perjuicio de los intereses de los trabajadores)
que será necesario superar con una verdadera y extendida conflictividad
de clase y de base, ella sí triunfante y no negociable en las
prolongadas mesas del poder.
3) Unido a todo esto está, tanto a
nivel internacional como nacional, el aceleramiento de la militarización
de la sociedad, cada vez más presionada por la cultura de la guerra y de
la muerte, promovida por los USA y aceptada por sus aliados (Italia,
comprendida desde el Polo al Olivo hasta la Confederasciones sindicales
oficialistas), que ya consumó su agresión sobre Afganistán y que ahora
se prepara (en una guerra de larga duración y de posibles consecuencias
apocalípticas para toda la humanidad) a atacar a Irak (objeto ya de
criminales sanciones que, generando hambruna y enfermedades, siegan
cotidianamente, desde años, a los más débiles de la población, con los
niños a la cabeza). Ya ha sido anunciado que la conquista americana de
Irak servirá de puente para nuevas guerras contra Irán y Siria y para
"encubrir" la eliminación de los palestinos por parte del gobierno de
Israel.
La USI-AIT (Unión Sindical Italiana)
llama a rebato a todos los trabajadores y se dirige a todos los
sindicatos de Base, para construir, lo más rápidamente posible, un gran
movimiento unitario de lucha (para una primera gran huelga general), que
sepa saldar la cuestión del artículo 18 (y la oposición intransigente al
"Pacto por Italia" y al nuevo papel de los sindicatos de Estado) a una
lucha antimilitarista que lleve (como exigencia mínima) a la retirada
del apoyo militar italiano (y de sus tropas) a la guerra que los USA
están llevando a cabo por sus intereses económicos, políticos y
militares. Pedimos también el fin de la "economía de guerra" que también
en nuestro país se está traduciendo en duros ataques a las condiciones
de vida de los estratos más débiles de nuestra sociedad.
Traduce Redacción
El Secretariado de la USI