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Una tortura mas…


 

Aquí os reenviamos este escrito hecho por un compañero que estuvo detenido en la mani anti-globalización de BCN de marzo de 2002. Sería importante que lo moviéramos ya que en un principio tanto él, como la gente con la que está, pensaban que la cosa no iría a más y ahora a medida que pasan los meses y van soltando a gente. Él que es el único que queda en todo el sumario lo ve más jodido.

Deciros que es un compañero muy activo y que hemos hecho cosas con él bastantes veces.

Un saludo CNA- MAdrid.

A continuación os voy a contar un poco por encima lo que ocurrió tras mi detención en la cumbre de la U.E. en Barcelona. Dejaré de lado los porqués, y es que he pasado ya demasiado tiempo pensando en la razón que llevó a estos perros a pegarme con tanto odio porque por más que intento explicarme lo que les pude tocar los huevos... no acierto a entender que me trataran como si lo de las torres gemelas lo hubiera hecho yo solito (por cierto, que ahora es una de las pocas cosas de las que no me acusan). Quizás os sonará fuerte el relato, o quizás no, porque estos guardianes de la "ley" ya nos tienen demasiado acostumbrados, pero os aseguro que, por fuerte que suenen estas líneas, no os podéis imaginar lo que por mi mente llegó a pasar, hay momentos en los que te hacen perder hasta la capacidad de raciocinio y si me hubieran dado a elegir hubiera optado por morir allí mismo, para quedarme en paz de una vez; pensé entonces en aquella manifestante que en Praga voló desde la ventana de un hospital, no sé si la empujaron o fue iniciativa propia, pero, si fue por esto segundo, la comprendo y es que, estando en aquellas seis horas, que más o menos es lo que calculo que me estuvieron torturando, cualquier opción parece más adecuada que seguir viendo la felicidad que puede producir a estos cerdos que sufras hasta unos límites insospechados.

Todo empezó en la estatua de Colón. Durante una carga policial, me despisté y quedé sólo., Anduve hacía donde parecía que había más gente, pero pronto vería que no era gente normal sino que de repente 4 encapuchados se me tiran encima (durante un momento llegué a pensar que creían que el estupa era yo) y se sirven de un palo para reducirme. A partir de ahí, empezaría mi calvario personal. Estos individuos me tiran al suelo, me levantan y vuelven a hacerme caer por la velocidad a la que me hacían andar esposado. Entro en la lechera y allí entre lo que calculo serían unos 4 ó 5 policías empiezan a pisarme la cabeza, pillar mi pierna con la puerta corredera de la lechera y, por si eso fuera poco, rematar la pierna pisando el tobillo una y otra vez. Al cerrarse la puerta, es aun peor,: puñetazos, patadas, escupitajos, pellizcos por todo el cuerpo y cómo no, porrazos con una actitud tan macarra que hasta de un nazi me sorprendería; pero bueno, hasta allí todo me parecía más o menos normal, esta gente necesita desahogar sus frustraciones y yo sabía que ello podía pasar ,en fin, que hace mucho ya que no me creo lo de la sociedad democrática, tolerante y toda esa mierda, y sé que estos individuos disfrutan con la sangre. Pero aún no había visto nada, a los 5 minutos, más o menos (la noción del tiempo, como de casi todo, terminé por perderla) entra otro antidisturbio que también participa de la fiesta pisándome repetidas veces; al parar éste, otro trata de doblarme los dedos aunque gracias al sudor logro impedírselo. Tras esto, otro rato más de pisotones, golpes e insultos. A los veinte minutos aproximadamente, me pasan a otra furgoneta no sin antes usarme, como si de un ariete se tratara, contra el culo del furgón. Esto comienza a dejarme secuelas evidentes y mareos.

A partir de aquí, empieza a llegar mi desagradable sorpresa: todo esto no había sido ni tan siquiera un aperitivo. Me llevan a comisaría a testificar y, como aún no les bastaba, tenían que torturarme a sus anchas y en su terreno. De este modo, nada más llegar a comisaría, me reciben con un puñetazo en el estómago que me hace perder el aire, me arrodillan, patean con más ganas aún y comienza además la tortura psicológica más intensamente ( ya que las famosas amenazas de que me iban a abrir el culo en la cárcel y demás repertorio, a esas alturas, ya me las sabía de memoria).

La persiana del cuarto se cierra y esto parece darles más moral; noto los golpes más intensamente ya sin adivinar de dónde proceden, aunque al menos de dos o tres personas diferentes, de los cuales tan sólo uno llevaba el uniforme de antidisturbio. En este tiempo, no aguanto más, y empiezo a vomitar. Las esposas dejaban la piel de toda la muñeca en carne viva, comienzo a apreciar todo el dolor que me estaban infundiendo, aunque tampoco me dan demasiado tiempo para esto porque, cada dos por tres, aparecía un nuevo individuo (incitado por uno de los estupas que aseguraba que yo había lesionado a compañeros suyos), que entraba a la sala, me golpeaba y la abandonaba tan normal como si del servicio saliera. En una de éstas me hacen caer de la silla en la que estaba y me pisan la cabeza, jurando matarme si les miraba a la cara.

Y por fin, llegó un momento de tregua, dos chavales entran esposados y pasan a reconocernos, además me llevan al medico en comisaría. Lo único que hace es darme algo de Betadine en las heridas y un Gelocatil y lo que fue mas importante para mí: agua, aunque, eso sí, supongo que su moral le obligó a reclamar que me llevaran al hospital. Esto no ocurrió, y donde me llevan es de nuevo a la sala anterior, aún faltaba lo mejor, el interrogatorio: para aligerarme la memoria, a un policía completamente vestido de negro se le ocurre hacer que la hoja de un machete acaricie mi pierna es lo mejor, aunque otro considera mejor meterme en una nueva sala, desde donde, encapuchados y aislados de todo despliegan una fusta como con anillos muy impresionante, "como con las que se tortura a los presos de AI-Qeda", según se jacta uno de ellos, y me zumba en las plantas de los pies; o sea, que no miento si os digo que fui torturado desde la planta de los pies hasta el último pelo de mi cabeza.

El miedo en mí llega a su punto cumbre, llegué a creerles cuando me decían que me tirarían por la ventana y ellos quedarían inmunes, yo pregunto en mitad del interrogatorio por el abogado: "¿el abogado?... aquí colgado, me dicen mientras ríen y se agarran el miembro y continúan con el bombardeo de preguntas: tatuajes, globalización, amig@s, colectivos, ¿por qué en Barna?, vehículo, color de las botas, nombre, edad, procedencia y un sinfín de preguntas más, acompañadas de sus correspondientes amenazas.

En este momento, lo único que pedía era que me mataran de una puta vez o me llevaran a La Modelo, como decían, pero ya no podía más. Y por fin, al acabar el interrogatorio, y tras unas seis horas aproximadamente, de las cuales me dejo mogollón de detalles, me bajan a celdas y reclamo a los policías encargados de bajarme que me lleven al hospital, que así lo ha dicho el médico (temía ante todo por los golpes en la cabeza) , pero esto no se producirá hasta la mañana siguiente, tras una noche junto con otras 17 personas (salud, compañeros, si leéis esto) en un espacio de 3 X 4 m. aproximadamente, en la cual no pude dormir, pues mi estado me aconsejaba no quedarme quieto más de una hora para intentar evitar quedarme inconsciente y delirar, pues me venían lapsus extraños a la memoria que me hacían sospechar esto. Por la mañana me trasladaron al hospital, donde recibí un trato totalmente vejatorio. A pesar de comprobar mi estado, consideraron que una pastilla era suficiente para curarme.

Al salir del hospital me devuelven a los calabozos y, a media tarde nos trasladan a todos los detenid@s a los Juzgados. Ya en los juzgados comienzan a tomarme declaración y al ver mi estado físico (a pesar de haber pasado casi 24 horas desde que me torturaron), la jueza me remite al forense, el cual realiza el informe oportuno.

Finalmente, esa misma noche pude salir bajo fianza de 2000 €, la cual pagaron familiares, colectivos y gente de Barna.

Además de haber pasado todo aquello, me tocaba enfrentarme a una acusación más que desproporcionada e insostenible, según la cual, la mayoría de los destrozos ocasionados en la mani antiglobalización del sábado 16 de Marzo’02, junto con la agresión a un antidisturbio (el cual estuvo 2 días en coma con traumatismo craneal), y muchas cosas más, fueron obra mía.

Transcurridos unos meses en Septiembre decido poner con l@s abogad@s del Colectivo Layret de Barcelona una querella formal a la "Brigada de Información de la Policía Nacional" por torturas y trato vejatorio.

El 14 de Enero sale el juicio considerándolo de faltas. Recurrimos para que sea estimado un juicio de delito, pero la jueza lo rechaza, a lo que mi abogada recurre nuevamente, pero esta vez a la Audiencia Provincial, estando actualmente a la espera de la respuesta. Aún así, se celebra el juicio al que vienen 3 testigos míos, los cuales vieron mi estado deplorable en distintos momentos. Mientras estaba declarando, la abogada de los maderos hacía insistentemente las mismas preguntas, por lo que la Jueza acabó suspendiendo el juicio y posponiéndolo 2 días más tarde.

El 16 de Enero vuelvo otra vez, testifico yo y mis testigos. Esta vez también testifican los maderos, los cuales alegaban que tras detenerme me dejaron en comisaría y se fueron, por lo que ni me tocaron. Así que las lesiones y los informes médicos decían que fue debido a mi resistencia a la hora de detenerme por lo que tuvieron que emplear la "mínima" fuerza para reducirme. Las declaraciones de los maderos estaban llenas de contradicciones, y parecía que no se ponían de acuerdo, pero mientras declaraban se dieron cuenta de que faltaba un madero el cual también firmó la denuncia. Por lo que la jueza nuevamente suspendió el juicio, estimando oportuno que se realice una rueda de reconocimiento a todos los policías que estaban ese día de guardia en la comisaría La Verneda (BCN), los cuales son bastantes y de diferentes lugares del Estado, siendo éste un procedimiento poco habitual y difícil de conseguir.

Así que, a estas alturas, transcurrido más de un año después de lo sucedido, sigo sin saber la fecha de la rueda de reconocimiento, y mucho menos del juicio en donde me acusan, ya que ese será más difícil al haberlo considerado como delito.

Saludos libertarios.

Sergio

Pd ajena al autor: Desde aquí pedimos la solidaridad a todxs lxs compañerxs para que este compañero no se quede solo. Seguiremos informando.

¡¡¡SOLIDARIDAD REVOLUCIONARIA!!!"

Enviado por CNA Madrid

Arriba. ¡LUCHA ANTIFASCISTA!

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