a
organización muestra en su informe, cómo la tecnología militar y de
seguridad de las naciones más poderosas del mundo continúa sorteando las
inadecuadas medidas de control existentes hasta caer en manos de
regímenes que cometen abusos contra los derechos humanos.
Al menos dos tercios de todas las
transferencias mundiales de armas realizadas entre 1997 y 2001 partieron
de cinco de los miembros del G8: Estados Unidos, Rusia, Francia, Reino
Unido y Alemania.
Estos países, así como otros miembros
del G8 (Italia y Canadá), tienen distintas leyes que obligan a solicitar
una autorización para realizar exportaciones militares. Japón las
prohíbe oficialmente. Sin embargo, el informe de Amnistía Internacional
muestra en cada caso cómo estas medidas de control han sido ineficaces o
se han eludido. Por ejemplo:
En el 2000, Francia suministró
munición para armas pequeñas a Senegal. A lo largo de la década de 1990,
Amnistía Internacional había documentado abusos contra los derechos
humanos cometidos en Senegal con este tipo de armas, entre ellos muertes
de civiles por disparos de las fuerzas de seguridad. En enero de 2001,
un estudiante resultó muerto a causa de un disparo en el curso de unos
enfrentamientos entre manifestantes y la policía que estallaron cerca de
la Universidad de Dakar. El gobierno francés debía haber previsto que
las transferencias de tales armas podían facilitar la comisión de abusos
contra los derechos humanos en Senegal.
En julio de 2002, el Reino Unido
autorizó la transferencia de sistemas de visualización frontal, o HUD (Head-Up
Display) a Estados Unidos, donde iban a incorporarse a aviones de
combate F-16 destinados a Israel. Los sistemas HUD permiten a los
pilotos ver la información sobre los objetivos y las armas sin tener que
mirar a instrumentos distintos. Ese mismo mes, Israel utilizó F-16 para
lanzar una bomba de una tonelada sobre la ciudad de Gaza, matando a 17
personas e hiriendo a 70. Las medidas de control del Reino Unido no
habrían permitido el envío de este material directamente a Israel. No
obstante, sí permiten hacerlo a través de un destino intermedio. También
se han utilizado en F-13 estadounidenses transferidos a Israel
componentes informáticos canadienses.
Estados Unidos ha suministrado
ametralladoras y fusiles militares a las fuerzas armadas colombianas a
pesar de que se utilizan persistentemente para facilitar la comisión de
violaciones de derechos humanos. Durante 2001, más de 4.000 civiles
colombianos fueron víctimas de homicidios políticos, cometidos en su
mayor parte por grupos paramilitares que contaban con el apoyo de las
fuerzas armadas.
En el informe de Amnistía
Internacional se demuestra también lo siguiente:
- cómo los traficantes y agentes de
transferencias de armas que actúan en la mayoría de los países del G8
pueden armar a autores de abusos contra los derechos humanos con sólo
realizar su actividad en "terceros países" donde las medidas de control
son menos estrictas.
- cómo la mayoría de los gobiernos del
G8 no tienen leyes que impidan la exportación de material de seguridad a
fuerzas de seguridad extranjeras que se sabe que hacen uso indebido de
instrumentos legítimos para infligir torturas o malos tratos o que
suspendan el uso de material del estilo de las armas de electrochoque
hasta que se conozcan perfectamente sus efectos.
- cómo, con la excusa de la
"confidencialidad comercial", se deja de proporcionar a los
legisladores, los medios de comunicación y los ciudadanos en general,
información significativa y oportuna sobre las decisiones relativas a la
exportación de armas, menoscabando así el examen parlamentario del
comercio de armas y la rendición pública de cuentas en relación con él.
Amnistía Internacional pide a la
comunidad internacional que se establezca un tratado internacional sobre
el comercio de armas para reforzar y armonizar las medidas nacionales de
control y acabar con las transferencias de armas a autores de abusos
contra los derechos humanos.
El coordinador del trabajo de Amnistía
Internacional sobre el control de armas, Brian Wood, ha manifestado:
"Una lección que el G8 debe aprender del conflicto de Irak es que no se
puede permitir que la comunidad internacional suministre armas a quienes
cometen violaciones graves de derechos humanos, envalentonándolos y
recompensándolos así para que actúen con impunidad".
A la luz de los informes del inspector
de la ONU, Amnistía Internacional pide a los gobiernos de Alemania,
Estados Unidos, el Reino Unido, Francia, Rusia y China que publiquen la
lista de empresas que suministraron tecnología a Irak para sus programas
de armas químicas, biológicas y de otras clases.
Información general
1. Amnistía Internacional se opone a
la transferencia de material, tecnología y expertos militares de
seguridad o policiales si existen razones para pensar que pueden
contribuir a que se cometan violaciones de derechos humanos en el país
receptor. La organización ha pedido constantemente a los gobiernos del
G8 que respeten este principio, que siempre han reconocido pero nunca
han aplicado plenamente.
2. Han hecho las promesas siguientes:
Hace casi 10 años, Estados Unidos,
Canadá, Francia, Alemania, Italia, Rusia y el Reino Unido firmaron,
junto con otros Estados participantes de la Organización para la
Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), los Principios Reguladores
de las Transferencias de Armas Convencionales, que obligan a los Estados
participantes a evitar las transferencias de armas si cabe la
posibilidad de que se utilicen para violar o suprimir derechos humanos y
libertades fundamentales.
En 1998, Francia, Alemania, Italia y
el Reino Unido, se comprometieron, como miembros de la Unión Europea, a
cumplir el Código de conducta de la Unión Europea en materia de
exportación de armas. Canadá, Estados Unidos y otros Estados han
manifestado su apoyo al Código. Este, aunque deja la decisión final
sobre las exportaciones en manos de los gobiernos, establece que no se
deben exportar armas a países donde se corra claramente el riesgo de que
se utilicen para ejercer represión interna o donde se hayan cometido
violaciones graves de derechos humanos.
3. La cumbre del G8 se celebrará en
Evian-les-Bains, Francia, del 1 al 3 de junio de 2003.
Fuente: Amnistía Internacional