l 14 de
enero a las 10 de la mañana, 18 personas detenidas en relación con la
manifestación antifascista del 12 de octubre de 1999 en Barcelona fueron
juzgadas en el juzgado penal núm. 7 de Barcelona. La fiscalía sostiene
delitos de atentado, desórdenes públicos y daños y pide una condena de más
de 50 años de prisión y 16.320.000 ptas. de multa para l@s detenid@s: un
año y medio para las 17 acusadas de desórdenes, otro año y medio a las 14
acusadas de atentado y una multa de 960.000 ptas. conmutable por 8 meses
de prisión a los 17 acusados de daños. Uno de los detenidos está acusado
de atentado con agravante de uso de armas y le piden 4 años de prisión.
Sólo uno de los 18 está acusado de un delito menor, con una petición de
60.000 ptas. de multa y 15 días de arresto.
El 12 de octubre de 1999, por segundo año consecutivo,
vino a celebrarse en el barrio de Sants de Barcelona una manifestación de
rechazo al acto fascista que la Comisión de homenaje a la bandera
celebraba en la Plaza de los Països Catalans, y que la Delegación de
Gobierno en Catalunya autoriza desde el año 83. Desde inicios de los 90,
asociaciones de vecinos, organizaciones sociales y colectivos de todo tipo
habían pedido repetidamente la prohibición del acto, sacando varias
iniciativas: campañas de firmas de rechazo , mociones de censura contra el
acto en el pleno de distrito de Sants-Montjuic, 3 fiestas antirracistas en
el Centro Cívico de Cotxeres de Sants.
La manifestación, dónde participaron más de 2000
personas, acabó con incidentes con la policía, que cargó contra todo el
mundo que se meneaba en las inmediaciones de Sants. Durante 3 horas,
antidisturbios y policías de paisano practicaron la cacería de personas
por Sants y Hospitalet y detuvieron a 22 personas: 15 chicos y 7 chicas
que pasamos 72 horas en la comisaría de la Verneda y en los juzgados ,
soportamos maltratos físicos y vulneración de derechos básicos durante la
detención. Mientras tanto, la Delegación de Gobierno presionaba a Remei
Bona, titular del juzgado 28 de instrucción, y gran parte de los medios de
comunicación sobredimensionaban los hechos con titulares e imágenes
impactantes. Al final provocó que la jueza decretara el ingreso en prisión
de 14 personas en virtud de la supuesta "alarma social" que causaron los
hechos. Remei Bona los acusaba de constituir una "asociación ilícita",
aplicándoles los artículos 515.3 y 517.2, que el Código Penal contempla a
"bandas armadas y grupos terroristas". Precisamente, el día 6 de octubre
la policía nacional había detenido 7 nazis vinculados al grupo Resistencia
Nacional de la Juventud (rama de la organización fascista Alianza por la
Unidad Nacional) y lo resolvió dejando a 4 en libertad al día siguiente
con cargos de robo con violencia, agresión racista, lesiones a un guardia
urbano y agresión sexual. Nadie percibió ninguna alarma social en los
hechos o en la liberación de estos detenidos. Uno de los liberados,
Santiago Royuela, fue detenido otra vez en marzo de 2001 intentando
colocar un artefacto casero en una fiesta de colectivos alternativos en
las Cotxeres de Sants y volvió a salir en libertad.
El encarcelamiento de las 14 detenidas provocó
reacciones inmediatas en instancias jurídicas como la Comisión en Defensa
de los Derechos de la Persona del Colegio de Abogados de Barcelona. En una
semana, 2500 entidades y 1732 personas se adhirieron al manifiesto de
apoyo a los y las encarceladas y detenidas. Miles de personas marcharon a
la prisión de Trinidad y Wad Ras para apoyarlos. Finalmente, la jueza los
dejó en libertad con cargos 10 días más tarde, considerando que el
"rechazo social" a los hechos del 12 de octubre se había apaciguado. El 23
d’octubre, más de 10.000 personas pidieron la libertad sin cargos de todos
y todas las detenidas llenando Vía Laietana y Plaza Sant Jaume a tope.
Meses más tarde, dos estudiantes de Ciencias de la
Comunicación en la Universitat Autónoma de Barcelona presentaron una queja
contra varios medios de comunicación al Consejo de la Información de
Catalunya por vulnerar el código deontológico del Colegio de Periodistas
en las informaciones relativas a la manifestación y detenciones del 12 de
octubre, que crearon el ambiguo clima de "alarma social" que propició los
encarcelamientos. El CIC la aprobó.
La experiencia del 12 de octubre de 1999 propició el
nacimiento de nuevas entidades, como Madres y Padres Afectados por los
Hechos del 12 de octubre, que desde hace 3 años trabaja con otros
colectivos organizando actos de reflexión sobre problemáticas relacionadas
con los hechos, como la charla organizada recientemente en las Cotxeres de
Sants sobre el enfoque social y alternativo de la seguridad ciudadana. La
vivencia directa de la brutalidad policial y la arbitrariedad judicial ha
hecho que MAPAFS se involucre activamente en otros acontecimientos
parecidos, como la represión a la manifestación contra el Banco Mundial el
junio de 2001 o el estado de asedio policial en el centro de Barcelona el
pasado 12 de octubre por las manifestaciones de antifascistas e
inmigrantes. Además, durante la campaña 1999-2000 se formó la Plataforma
Cívica por un 12 de octubre en libertad, que reunió varios colectivos
involucrados en la asamblea de apoyo a los detenidos y que organizó
conjuntamente con otras entidades los actos del 12 de octubre de 2000.
Este año, la Plataforma Cívica ha organizado una campaña para qué varios
municipios de Catalunya se declararan antifascistas y ha conseguido reunir
32 , presentando la documentación a la Generalitat, el Ayuntamiento y el
Síndic de Greuges (Defensor del Pueblo).
Este macrojuicio llega 3 años después que la Delegación
de Gobierno , la Jefatura de Policía y la intoxicación informativa
urdieran una trama que nos llevó a los calabozos y a la prisión,
provocándonos numerosos daños físicos, materiales y psicológicos a
nosotros y a nuestros familiares y amigos.
Con un atestado novelesco, afirmaciones manifiestamente
falsas, pruebas inexistentes y mucha literatura policial, Fiscalía y la
Delegación de Gobierno pretenden encarcelarnos otra vez y obligarnos a
pagar multas millonarias que no podemos ni queremos asumir. Resulta
vergonzoso que instituciones como el Ayuntamiento de Barcelona se personen
como parte acusadora en un proceso contra personas detenidas
indiscriminadamente o que simplemente ejercían su derecho a manifestarse.
La problemática en torno al acto del 12 de octubre no
se ha resuelto ya que Delegación de Gobierno autoriza reiteradamente un
acto rechazado por gran parte de la población de Barcelona y comarcas y
reprime las manifestaciones de rechazo con violencia y detenciones masivas
y indiscriminadas. El Ayuntamiento permite el acto aún conociendo
sobradamente el descontento que provoca y pide sumas millonarias a los
detenidos por unos incidentes que perfectamente se habrían podido evitar y
los juzgados acusan y condenan detenidos de razzias policiales mientras no
hay ninguna diligencia abierta por las proclames racistas, xenófobas y
preconstitucionales que los ultras hacen cada año en su acto.
Además de las 22 detenciones del 99, hay 7 jóvenes
detenidos en un bar en motivo de la manifestación del año 98 que fueron
condenados a 1 año y medio de prisión por desórdenes públicos y estuvieron
a punto de entrar en la prisión por tener antecedentes penales de
insumisión; 32 personas encausadas por la manifestación del año 2001 y
este año detuvieron a 29 personas más en el centro de Barcelona: 90
detenciones en 4 años y el conflicto sigue patente.
La asamblea de apoyo a los detenidos del 12 de octubre
de 1999 manifiesta que los únicos responsables de estos hechos son la
delegación del gobierno y la policía al permitir que grupos de
ultraderecha se manifiesten libremente por la ciudad coreando lemas
xenófobos y racistas.
Extraído de cartelera libertaria