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acusación pide a la Audiencia Nacional que procese a Galindo, Manglano y
Perote por tres asesinatos del GAL
Solicita que Dorado y Bayo vuelvan a prisión, basándose
en que el Supremo se opone a su indulto en el "caso Lasa-Zabala".
La Sección Cuarta de lo Penal de la Audiencia Nacional
celebró hoy dos vistas para estudiar los recursos presentados por la
acusación que ejerce la Asociación Contra la Tortura para solicitar el
procesamiento por dos atentados cometidos en 1984 por el GAL en el sur de
Francia del general de la Guardia Civil Enrique Rodríguez Galindo, del ex
director del CESID Emilio Alonso Manglano y del ex jefe de la Agrupación
Operativa de este organismo Juan Alberto Perote.
La otra petición de la acusación que el tribunal
estudió hoy consiste en que vuelvan a prisión los ex guardias civiles
Enrique Dorado y Felipe Bayo, únicos procesados por el juez de la
Audiencia Nacional Baltasar Garzón en el sumario abierto por los
asesinatos de Angel Gurmindo Lizarraga y Vicente Perurena Tellechea, y de
Christian Olazkoaga, cuyo hermano Claude resultó herido en el mismo
atentado.
El abogado que ejerce la acusación en la causa, Teodoro
Mota, solicitó el ingreso en prisión de Dorado y Bayo, quienes se
encuentran en tercer grado, basándose en la gravedad de los crímenes que
se les imputan, y en el reciente informe del Tribunal Supremo contrario a
la concesión de un indulto para los condenados por el "caso Lasa-Zabala".
En opinión del letrado, la decisión del alto tribunal incrementa el riesgo
de fuga de Dorado y Bayo, por lo que se hace imprescindible que vuelvan a
la cárcel. La prisión es la medida que se suele acordar para los
implicados en casos de terrorismo (en este caso de estado).
Por su parte, el fiscal de la Audiencia Nacional Pedro
Rubira se opuso al ingreso en prisión de los dos procesados y recordó que
siempre ha mantenido que la causa debía ser archivada por no haber
indicios suficientes para procesar a ninguno de los imputados, ni siquiera
a Bayo y Dorado. La defensa de los ex guardias civiles, ejercida por Jorge
Argote, recordó el tiempo transcurrido desde que se cometieron los hechos
y las condenas de sus clientes por otros atentados del GAL, para pedir el
archivo de las actuaciones.
En lo que estuvieron de acuerdo acusación y defensa fue
en que el auto de Garzón de febrero del año pasado, en el que procesó a
Dorado y a Bayo y retiró la acusación que pesaba contra Galindo, Manglano,
Perote, el ex jefe del Estado Mayor de la Guardia Civil Andrés Cassinello,
el sargento de la Benemérita Pedro Gómez Nieto y el agente José María
Velázquez Soriano, es contradictorio (otro palo para Garzón).
Fuentes jurídicas indicaron que la acusación argumentó
que en el auto de Garzón se afirma que Dorado y Bayo actuaron por orden de
sus superiores,
por lo que éstos deberían haber sido procesados y no exculpados. La
defensa también considera que la resolución es contradictoria, porque si
no hay indicios suficientes para culpar a las personas que tenían puestos
de responsabilidad se debería haber seguido el mismo criterio con los
subordinados, y haber exculpado a Dorado y a Bayo.
AUTO DE GARZÓN.
El juez Garzón procesó a Dorado y a Bayo por tres
asesinatos terroristas y uno en grado de tentativa, así como por
pertenencia a banda armada. En el auto, que archivaba por falta de autor
conocido el asesinato de Ramón Oñaederra Vergara, cometido el 19 de
diciembre de 1983, en el bar "Chez Kayet" de Bayona (Francia), se afirmaba
que el 8 de febrero de 1984 Dorado y Bayo se desplazaron a Hendaya, donde
tirotearon, siguiendo órdenes superiores, a Angel Gurmindo Lizarraga y
Vicente Perurena Tellechea, quienes murieron en el acto. En la huida,
Dorado perdió una "lenteja" (auricular de transmisiones).
El 18 de noviembre de ese mismo año, los dos guardias
civiles volvieron a Francia, en esta ocasión a Biriatou, donde dispararon
contra los hermanos Christian y Claude Olazkoaga, cuando éstos dejaron
aparcado su coche para dirigirse a un baile próximo. Christian murió, pero
Claude, que recibió un tiro en la pierna, consiguió identificar a Bayo.
Una de las pistolas utilizadas en el crimen también había sido usada en el
primer atentado.
Europa Press