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La Ley de Calidad de la
Enseñanza en el contexto económico y social |
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Herre
...Acceder
a un puesto de trabajo digno se convierte así en una ordalía que puede
durar la mayor parte de la vida laboral, y, cuando por fin se accede a
él, el aprendiz ha pasado a ser un converso que, en aras de conservar lo
poco que tiene, está dispuesto a cerrar tras de sí todas las puertas que
ha tenido que abrir con paciencia y esfuerzo. Ni que decir tiene que,
durante este periplo hasta el trabajo estable y decentemente pagado,
cualquier muestra de rebeldía social, especialmente cuando esta toma la
forma de acción sindical anticorporativa y de clase es convenientemente
reprimida y uno puede pagar su osadía con la precarización, la
discriminación y las listas negras...
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¿Bajar
a las bases o desobedecer?
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Debate entre Naomi Klein y Toni Negri en Italia
...Estuve
recientemente en Argentina, donde estoy montando un vídeo sobre la
resistencia en Buenos Aires. Allí están sucediendo hechos de violencia
inaudita, y no es el único lugar en el mundo. Continúan las violaciones
a los derechos humanos y se asesina sin pudor. Y sin embargo en el mundo
nadie hable de la violencia desatada donde han muerto dos piqueteros.....
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Ni obediencia, ni desobediencia: Guerra
de clases |
MCmismad8
...El
fenómeno de las asambleas barriales se multiplicó luego de las
manifestaciones que precipitaron la caída del presidente Fernando de la
Rúa el 20 de diciembre. La violencia y la represión registrada ese día y
el anterior dejó un saldo de 30 muertos...
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La
Ley de Calidad de la Enseñanza en el contexto económico y social.
Herre
L a política
educativa del gobierno Aznar no podía ser menos desastrosa que su
política económica y social. Ambas se fundamentan en el esquema
simplista "Lo público crea déficit y no es competitivo. La gestión
privada es garantía de rentabilidad y competencia". De este modo, se
está procediendo a la creación de un nuevo modelo de Estado, el "Estado
mínimo" preconizado por los teóricos del neoliberalismo, que se limita a
ejercer el monopolio de la violencia para proteger la propiedad privada
y representar a las clases poseedoras del país ante otros estados e
instituciones internacionales. Esta es la ideología de los enfants
térribles de las Nuevas Generaciones del PP. Bajo estas premisas
ideológicas, queda legitimada la venta de las empresas estatales a manos
privadas y la enseñanza pierde sus finalidades humanísticas y
emancipatorias, limitándose a la función de formación profesional
trufada con la propaganda ideológica que permite justificar el status
quo arriba descrito. Se pretende además que las empresas ejerzan un
papel rector en las políticas educativas, señalando a los organismos
docentes los campos formativos que conviene reforzar o aquellas materias
que, por su inutilidad para la producción, se desea extinguir en
beneficio de las ciencias aplicadas y la tecnología. A través de
convenios para la formación, los alumnos pasan directamente de los
institutos y universidades a las empresas, ahorrándose éstas el gasto en
formación y asegurándose la provisión de una mano de obra barata y
especialmente maleable y manejable: los becarios y trabajadores en
prácticas, que son subempleados a sueldos de risa, sin protección social
ni seguros de desempleo. Acceder a un puesto de trabajo digno se
convierte así en una ordalía que puede durar la mayor parte de la vida
laboral, y, cuando por fin se accede a él, el aprendiz ha pasado a ser
un converso que, en aras de conservar lo poco que tiene, está dispuesto
a cerrar tras de sí todas las puertas que ha tenido que abrir con
paciencia y esfuerzo. Ni que decir tiene que, durante este periplo hasta
el trabajo estable y decentemente pagado, cualquier muestra de rebeldía
social, especialmente cuando esta toma la forma de acción sindical
anticorporativa y de clase es convenientemente reprimida y uno puede
pagar su osadía con la precarización, la discriminación y las listas
negras. Simultáneamente, a pesar de que la implantación de los
sindicatos en los sectores estudiantiles y del empleo precario es
mínima, se ponen en sus manos hasta 30.000 millones de pesetas en
subvenciones, gran parte de ellos destinados a cursillos de formación.
Multitud de parados y jóvenes recién salidos del sistema de enseñanza se
afilian a los sindicatos con el objetivo de tener más garantías de
acceso a estos cursillos. Las confederaciones de empresarios y
fundaciones adscritas a las mismas reciben cantidades similares.
Mientras se deteriora el sistema público de enseñanza, se pone en las
manos privadas de sindicatos y patronal todo este caudal de dinero
público. Entonces, ¿para qué sirve el INEM? Actualmente, para poco más
que para expender la tarjeta del paro y conceder o denegar subsidios.
Las empresas de trabajo temporal se están haciendo poco a poco con la
intermediación entre trabajadores y empresarios, y tal como sucede en
gran parte de Europa, acabarán poseyendo la hegemonía del acceso al
empleo. Fuera de España, actualmente las empresas sólo contratan
directamente a sus cuadros, demandando mano de obra a las ETT según
crean necesario. El resultado es el deterioro total de los niveles de
vida de la clase trabajadora, al tiempo que se crean cuerpos de clases
medias cuyos niveles de vida y consumo están a años luz de los de los
demás asalariados. Dentro de las plantillas, los encargados y jerifaltes
de sección se comportan como los kapos judíos de los campos de
concentración: a fin de tener más posibilidades de supervivencia,
ejercen de chivatos y policías entre su propia gente. Muchas veces,
estos encargados suelen ser los representantes sindicales.
En este contexto de meritocracia, segregación y
competencia, el gobierno presenta su nueva ley de calidad de la
enseñanza. Según la Confederación Española de Asociaciones de Padres de
Alumnos (CEAPA), "el documento de bases de la Ley de Calidad presentado
por el Ministerio de Educación supone una vuelta a una educación
elitista y segregadora y un ataque frontal a la democracia escolar y a
la escuela pública". La misma CEAPA recuerda a la ministra Del Castillo
que "La educación no es un ‘artículo de primera necesidad’, como señala
este texto en su preámbulo, sino un derecho fundamental de los
ciudadanos, establecido en el Título I de la Constitución". Y además,
opinan con acierto que "esta ley adelanta a los 15 años los programas de
garantía social, en un intento encubierto de reducir la escolarización
obligatoria que establece la LOGSE a los 16 años", y señalan asímismo
que la especialización de los centros fomentará la creación de centros
de élite.
Por nuestra parte, señalaremos que las razones para
oponerse a la LCE pueden concretarse en 6 aspectos básicos:
1. El sistema de enseñanza pierde su autonomía y se
convierte en un instrumento del poder económico para la provisión de
mano de obra. Así, en el artículo 24 del borrador de la LCE se establece
la elección de dos especialidades en 3º de ESO, un itinerario
técnico-profesional y otro científico humanístico, completándose esta
especialización con tres itinerarios: científico, técnico y humanístico
en 4º de ESO. Se pretende una especialización cada vez más temprana y
segregadora del alumnado. Además, se intensifica la promoción de las
actitudes competitivas e individualistas también desde edades más
tempranas con pruebas de evaluación en ESO y Bachillerato (la temida y
retrógrada reválida).
2. En lugar de hacer frente a los problemas del
fracaso y el absentismo escolar con una autocrítica de la metodología
del sistema educativo, se autorizan medidas disciplinarias y policiales
cada vez más duras. Un curso sólo puede repetirse una vez (art. 29), y
en el artículo 71 se señala que las administraciones locales colaborarán
en el control del absentismo. ¿Significa esto que la policía local podrá
llevar de la oreja a los niños a clase? Además, en el artículo 72 se
dice que las administraciones educativas facilitarán la contratación de
personal cualificado de apoyo en funciones no docentes para "colaborar
en el mantenimiento de la convivencia". Sin comentarios.
3. Bajo el pretexto de garantizar el derecho a la
formación religiosa (derecho que puede ser ejercido igualmente fuera del
marco de la educación reglada), se continúa dando cabida en el sistema
público de enseñanza a la propaganda religiosa y en un gesto de sumisión
a la jerarquía eclesiástica -al tiempo que se tiende la mano a las demás
sectas religiosas-, la asignatura de religión vuelve a ser evaluable.
Asímismo, dichas sectas tendrán libertad para establecer los contenidos
que se impartan, dando carta de naturaleza democrática a las actitudes
degradantes para la condición humana propuestas por estos credos.
Finalmente, el profesorado de esta asignatura continuará siendo nombrado
por el clero y pagado por el estado, manteniendo el agravio comparativo
que se hace a los demás docentes, que han de acceder a su plaza por
oposición.
5. Se endurecen los requisitos de acceso a la función
docente estableciendo un título de especialización didáctica
(obligatorio para ejercer) con una duración de un año, alargando el
tiempo de formación y con ello la inversión que es necesaria para ello.
Dicha medida sólo beneficia a los aspirantes provenientes de familias
con mayor poder económico y a las burocracias universitarias, que
disponen de un año más para seguir
chupando los ahorros de quienes quieren ejercer esta profesión.
6. Se avanza hacia la privatización del sistema de
enseñanza y se dan prebendas a las entidades propietarias de centros
privados, que podrán escoger el carácter de sus centros, teniendo que
aceptar esta decisión los padres y alumnos que elijan dichos centros.
Por si esto fuera poco, la LCE considera los centros concertados como
asimilados a las entidades sin fin de lucro, lo cual comporta un régimen
tributario especial bastante más laxo que el de las empresas (que además
puede servir para blanquear dinero).
Señalaremos además que se permite la intromisión de
agentes ajenos a la comunidad educativa en los consejos escolares y en
los programas de iniciación profesional -empresas, representantes de
organizaciones empresariales y representantes sindicales- y que se
transfiere a las CC.AA. el desarrollo, control y ejecución de los
programas de becas, lo cual, a nuestro entender, hace más complicado el
sistema actual y puede dar lugar a discriminaciones.
Así pues, la LCE no es sino el instrumento de las
clases dominantes para seguir moldeando a su antojo a la sociedad.
Oponerse a ella es una cuestión de ética para quienes creemos en otras
formas de educar y ser educados. Las alternativas pasan por una profunda
crítica de estos modelos deshumanizantes de enseñanza, por la promoción
de las experiencias prácticas de pedagogía libertaria y por la lucha
sindical, estudiantil y ciudadana contra los valores degradantes de la
competencia, el egoísmo y la meritocracia insertos en el sistema de
enseñanza. |
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