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Editorial del S.P. del Comité Nacional |
Editorial de la Redacción |
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Fraude en
los cursos de formación
El Tribunal
de Cuentas destapa el fraude masivo en la formación
de los trabajadores
La
investigación del Tribunal de cuentas ha descubierto
59.000 alumnos inexistentes, facturas falsas y
cursos nunca impartidos. La patronal, CCOO y UGT
tendrán que devolver más de dos millones de euros
E l
Tribunal de Cuentas ha denunciado múltiples
irregularidades en la gestión que sindicatos y
patronal cometieron entre 1996 y 1998 con fondos
públicos (600 millones de euros al año) a través de
la Fundación para la Formación Continua de
Trabajadores (Forcem). El Tribunal de Cuentas
desgrana 'una amplia diversidad de irregularidades',
desde cursos subvencionados y nunca impartidos hasta
alumnos no existentes, facturas falsas o empresas
que aumentan artificialmente sus plantillas para
conseguir ayudas. El tribunal reclama, como primera
medida, que patronal y sindicatos devuelvan más de
dos millones de euros.
El rosario de anomalías detectado
por el Tribunal de Cuentas en la gestión que
sindicatos y empresarios hicieron de fondos públicos
para formación continua afecta también a las
empresas privadas que contrataron para dar cursos y
que se beneficiaron, en ocasiones fraudulentamente,
de las subvenciones del Inem. El Tribunal de Cuentas
ha observado 'responsabilidad por alcance', un daño
para la hacienda pública por mala gestión
fundamentalmente por gastos dudosos, y exige la
devolución de más de dos millones de euros. Varias
patronales (CEOE, Cepyme, la Confederaciones
Empresariales de Galicia, Baleares, Castellón,
Alicante y Tenerife) deberán reintegrar más de 1,5
millones de euros mientras el resto corresponde a la
Confederación Sindical de Comisiones Obreras y a su
unión sindical en Andalucía y a UGT de Andalucía y
Valencia.
- Requisitos falsos. Se ha
detectado una falsedad al cumplimentar los
requisitos exigidos para el acceso a las
subvenciones: 'número de trabajadores inferior al
mínimo exigible en planes de empresa, presupuestos
económicos y académicos inflados para obtener más
subvención, falsedad en la declaración de no recibir
otras subvenciones con el mismo objeto, falsedad en
la cumplimentación de los datos correspondientes al
volumen de plantilla.
- Costes falseados. El
informe detalla que se han imputado costes por
encima de la realidad en materia de personal,
suministros de bienes y servicios y amortizaciones.
En ocasiones la anomalía es más grave y burda:
justificación de costes externos mediante la
preceptiva factura que no responden a ninguna
operación real. También ha descubierto el Tribunal
de Cuentas facturas multiuso: a veces, una misma
factura es presentada ante distintas
administraciones para justificar el gasto de
distintas subvenciones y correspondientes a
distintos ejercicios. Justificación de costes
mediante factura por importes 'muy superiores al
precio de mercado', lo que presupone una 'posible
connivencia entre el beneficiario de la subvención y
la entidad que le expide la factura'. Por otro lado,
'el fenómeno de las subcontrataciones entre empresas
con algún tipo de afinidad suponen, por sí mismo, un
aumento de los costes sin necesidad'.
- Cursos inexistentes. En
ocasiones, no es que haya facturas falsas en un
curso, es que nunca hubo tal curso. Y, sin embargo,
el receptor de la ayuda adornó con toda suerte de
detalles la justificación de los gastos: listados de
alumnos, partes de asistencia, programas, material,
etcétera. O se incluyen alumnos para justificar
acciones formativas cuyo número de afiliación a la
Seguridad Social resulta falso o corresponde a otra
persona. Valga el siguiente dato: de los 271.204
alumnos certificados a través de 587 planes de
formación entre 1996 y 1997 financiados desde Forcem,
la Seguridad Social no identificó como registrados a
59.552. En suma, un 22% de los trabajadores que
habían recibido cursos no existían. De aquí, como en
tantas otras cuestiones, el tribunal extrae la
necesidad de 'un mayor control por el Inem en la
verificación de los datos facilitados por los
beneficiarios de ayudas'.
- Reducciones gratuitas.
El Tribunal de Cuentas destaca que, una vez recibida
la subvención conforme a unas condiciones, la
entidad beneficiaria las cambia a su antojo sin
merma proporcional en los pagos. Así, a veces se
reducen las acciones aprobadas un 34% y las horas
lectivas y alumnos en un 42% y, sin embargo, se
rebaja la facturación sólo en un 2%. Por tanto, el
tribunal considera que frecuentemente se presentan
planes sólo para garantizarse una subvención que, de
presentarse su proyecto real, jamás la obtendría.
Las convocatorias de cursos, reprocha el tribunal,
no establecen porcentajes mínimo de asistencias para
considerar que el curso ha existido.
- Clases particulares. El
informe detalla que las acciones individuales de
formación continua financiadas con fondos públicos
han recaído, paradójicamente, en la categoría de
trabajadores cualificados (41%). Estas acciones,
según el Tribunal de Cuentas, tienen todos los visos
de que 'podrían haber financiado cursos de interés
eminentemente particular'. Así, Forcem aprobó un
curso para un empleado de la empresa nacional Bazán
de 'título medio de la especialidad de fagot'.
Diversos trabajadores de CASA (Construcciones
Aeronáuticas) con cargo al fondo público cursaron
estudios de Música, Filosofía, Historia, Bellas
Artes, Historia de América o Periodismo; un curso
subvencionado por el Forcem para Hunosa costeó a un
trabajador el título de entrenador de fútbol; dos
cursos del Banco Central financiaron su especialidad
en psicoterapia y licenciatura en políticas...
En la medida que tales cursos se
han impartido desde grandes empresas, el informe
plantea que han servido 'para favorecer a un
colectivo específico de personas con elevado grado
de influencia dentro de la entidad que presenta el
plan de formación'.
- Cursillistas profesionales.
El Tribunal de Cuentas denuncia que algunos
alumnos han realizado varias acciones formativas en
una misma convocatoria. Más allá de la
profesionalización cursillista que se detecta en
estos alumnos omnipresentes, la anomalía descubierta
supone que las cifras de trabajadores realmente
beneficiados por la formación continua son algo
menores.
El informe detalla que un total
de 53.795 alumnos, que representan un 15% del total
de alumnos de los planes seleccionados como muestra
en la auditoría, realizaron más de un curso en 1997.
Y de ellos, 4.146 asistieron supuestamente a cuatro
o más cursos entre 1996 y 1997. El Tribunal de
Cuentas exige al Gobierno que instaure un registro
de subvenciones, ya que actualmente se desconoce
cuánto dinero público se invierte en toda España en
formación continua.
Una vez más se demuestra lo que
la CNT venía denunciando hace muchos años, la
financiación fraudulenta de los empresarios y los
sindicatos oficiales por parte del gobierno para
mantener sus superestructuras y sus asalariados. No
les basta con lo que reciben de los presupuestos
generales y elecciones sindicales, si no que
engullen el dinero destinado a la formación de los
trabajadores y de los parados sin ni si quiera
pestañear. ¿Irá alguien a la cárcel por todo esto?
Seguramente no, esperemos que al menos algún día
reciban el desprecio de todos los trabajadores por
sus actuaciones criminales.
Luis Fernando Barba |
Última
hora
Garzón
Primero,
juzgar, luego, investigar el caso
Este juez, que, un tiempo, despertó simpatías por parecer
incorruptible cuando los socialistas le acusaban de ser un
puro ambicioso de notoriedad política, fue más y más,
apareciendo como figura mediática de primera página con los
motivos más variados: droga, Pinochet, BBV, (tras puentear a
Villarejo), o de lleno en el problema vasco, tras la
anulación de Gómez de Liaño. El tema, distinto, la foto,
segura ...
Siempre pareció, sin embargo, sospechoso que se asiera a
los casos de los dictadores americanos y sus crímenes,
teniendo tan a la mano los de los franquistas, que, iguales
en crueldad, son, sin embargo, en cantidad,
incomparablemente superiores a los de aquellos. Ahora, se
descuelga con otro de sus encargos judiciales: la gente de
Batasuna son, lo dice él, genocidas y criminales de lesa
humanidad, así que ¡hala, probarlo enseguidita, eh! Creíamos
que la regla era: la policía encuentra e investiga y entrega
al juez las pruebas para que las juzgue. Pero Garzón dicta
que las cosas sean justo a la inversa.
¿Quién dijo prevaricación aquí, en un país de estado de
derecho?
¿Quién dijo patentes de corso? |
Tras la privatización de Telefónica en 1997, la dirección
de la compañía diseñó unos planes de remuneración para altos
directivos mediante opciones de compra (stock options)
de la operadora.
El plan de pociones RISE fue aprobado en febrero de 1997
por la Junta Genera de Accionistas y beneficiaba a los cien
ejecutivos más importantes de las empresas, a quienes
concedió, por tramos iguales y según el grado de
responsabilidad, un número determinado de opciones de futuro
sobre acciones de Telefónica S.A., la mitad de ellas al
precio de cotización vigente y la otra al precio de
cotización incrementado en un 50%.
En noviembre de 1999, las stock options de
Telefónica ocuparon el debate político debido a lo abultado
de su plusvalía, unos 491 millones de euros (81.000 millones
de pesetas).
Además, Villalonga dimitió en julio de 2000 tras
conocerse que operó con opciones de Telefónica con
información privilegiada.
Durante su gestión, Villalonga creó una división de
medios de comunicación tomando el control de Antena 3 TV y
la cadena Onda Cero, entre otros. Alierta los mantiene
agrupados en la filial Admira.
El Mundo 17/10/02 |
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