na vídeo
conferencia permitió que Klein y Negri intercambiaran sus puntos de vista
sobre cómo sigue la lucha antiglobal, más allá de los diagnósticos. El
debate se llevó a cabo en Padua, Italia, el miércoles 17 de julio, a las 9
pm y duró hasta las 23, hora en la que Negri tuvo que retirarse para
cumplir con su arresto domiciliario. El punto de partida fue la situación
argentina.
¿"Pelear con acciones directas y no simbólicas" como
quiere Naomi Klein u "organizar el éxodo del nuevo poder soberano que
gobierna la tierra para intentar construir un nuevo mundo posible", como
propone Toni Negri?
Esta es la gran pregunta, el duro desafío que atraviesa
hoy el movimiento de los movimientos. ¿Bajar a las bases o desobedecer?
La canadiense de vanguardia cuyo libro No logo es la
biblia de los movimientos antiglobales, y el profesor universitario que
trazó una vista panorámica del poder actual en su ensayo Imperio,
sostuvieron un debate a la altura de los tiempos. Negri en vivo, Klein
desde la pantalla. Fue una vídeo conferencia en la que participaron 3000
personas convocadas por el festival Radio Sherwood, organizado por el
movimiento de los Autónomos de Padua. El debate comenzó a las 9 de la
noche y debió terminar a las 11, cuando Negri tuvo que regresar a la casa
de su hermana, donde está ahora cumpliendo régimen de libertad vigilada,
inculpado de apoyo al terrorismo urbano en la década del 80.
Aquí reproducimos una síntesis:
Naomi Klein: Después de una año de grandes luchas
globales, percibo con claridad que un ciclo se cerró y que es necesario
abrir una nueva fase. Estuve recientemente en Argentina, donde estoy
montando un vídeo sobre la resistencia en Buenos Aires. Allí están
sucediendo hechos de violencia inaudita, y no es el único lugar en el
mundo. Continúan las violaciones a los derechos humanos y se asesina sin
pudor. Y sin embargo en el mundo nadie hable de la violencia desatada
donde han muerto dos piqueteros. Nadie olvida aquí el nombre de la víctima
de Génova -se refiere a Carlo Giuliani asesinado en la manifestación
contra la G8 el año pasado-, pero ninguna conoce el nombre de los jóvenes
asesinados por la policía pocas semanas atrás, ni mucho menos el de los 27
muertos en los últimos tiempos en Argentina.
Toni Negri: Me impacta mucho la gran madurez de
Klein para captar el momento. En efecto, debemos reconocer que es
necesario moverse sobre el terreno de la globalización. Porque el estado
nación, aquel tradicional, aquel que fabricaba dinero y armaba al
ejércitos, ya está muerto. Y hoy se está materializando el imperio: En los
últimos decenios, con el fin de los regímenes coloniales y la caída de la
URSS, asistimos a una irresistible e irreversible globalización del
intercambio económico y cultural. Junto al mercado global y a los
circuitos globales de la producción surgió un nuevo orden global, una
nueva lógica y una nueva estructura de poder: una nueva forma de
soberanía. Ahora el imperio es el nuevo sujeto político que regula los
intercambios mundiales, el poder soberano que gobierna al mundo.
Naomi Klein: Creo que ya pasó el tiempo en el que
podíamos conformarnos con manifestar fuera de la cumbre de los jefes de
estado y de organizar las manifestaciones que no fueron otra cosa que
parodias. Sé que, aunque entre nosotros existe todavía quien cree que está
participando en una revolución en miniatura y piensa que el objetivo es
llevar a la calle la mayor cantidad de gente posible, la cuestión no es
esa. La debilidad del movimiento está en el hecho de que funciona bien
para organizar las iniciativas de protestas, pero no alcanza para llevar
adelante las iniciativas comunes que son urgentes. Lo que no conseguimos
hacer es mover a nuestra comunidad hacia los objetivos concretos.
Toni Negri: Debemos entender que todo ha cambiado.
El viejo estado nación que atropelló a la ciudadanía y que daba
repugnancia con su concepto de patria es una gran infamia, ese concepto de
nación es una gran vergüenza, dejó el lugar a una situación trágica y
pesada, donde se está construyendo una nueva forma de soberanía global,
donde los poderosos están peleando para decidir quién gobernará sobre el
imperio. Es el momento en el que la guerra comienza a funcionar como forma
de legitimación del Imperio. Tomemos como ejemplo el gobierno de Estados
Unidos: quiere legitimar el poder a través de la guerra, un poder de
policía mundial que necesita un régimen de guerra infinita. Contra esta
legitimación bélica del poder es contra lo que debemos luchar, inventando
nuevas formas de lucha anticapitalista. No son tanto los gobiernos
particulares a los que hay que presentar batalla, terminemos de una vez
con las fronteras. Debemos desarrollar una idea de una lucha más amplia,
poniendo juntas la fuerzas de todos los países que se oponen al nuevo
orden global.
Naomi Klein: Las grandes manifestaciones de
protesta ya no alcanzan. Creo que llegamos al momento de pasar a la acción
concreta, de hacer acciones directas y ya no solamente simbólicas. Volver
a producir efectos prácticos e inmediatos sobre la vida de la población.
Como ocupar las tierras, conectar la luz a las casas que no tienen,
requisar medicinas y alimentos para todos, liberar a los inmigrantes de
los centros de acogidas, como sucedió en el desierto de Australia.
Toni Negri: Los nuevos patrones del mundo pusieron
la guerra en nuestra vida. Pero nosotros no queremos la guerra, no nos
interesa, la refutamos, y no queremos ni siquiera responder con otra
guerra. Por eso seremos desobedientes y organizaremos el éxodo de todo
esto, haremos como los primeros cristianos que se negaron al Imperio.
Provocaremos la deserción para vaciar este mundo y que no haya ninguna
persona más que se pueda sentir fuera.
Naomi Klein: Al movimiento le sirven las nuevas
raíces, la nueva idea de internacionalismo y un fuerte empujón
antifundamentalista. Se necesitaría pensar en crear una suerte de asamblea
constituyente para el movimiento y abrir un segundo ciclo de luchas contra
los que quieren imponer la guerra global permanente. No se puede pensar,
en el nuevo orden global, en seguir aceptando el trazado de un mundo que
deja fuera del bienestar mundial a semejante porción de la población.
Pero, para hacer esto, no hay reglas ni modelos a seguir. Hay que inventar
cualquier cosa nueva, salir de los esquemas preconcebidos y de las
experiencias nefastas del pasado, como aquéllas de matriz
marxista-leninista, prisioneras de las ideologías rígidas y viejas de hace
cincuenta años, que siempre pensaron en la gente sólo para usarla para sus
propios fines e intereses, y que se montaron en las protestas sólo para
justificar su propia existencia.
Toni Negri: La izquierda se arruinó sola. Los
mismos sindicatos fueron los que desmontaron la fuerza de clase que
nosotros habíamos construido con nuestras luchas operarias e intelectuales
en el 68. Y ahora encontramos un cuadro mundial en el que todas las reglas
que habíamos querido conquistar se han roto, como las de la representación
y las de la organización política y sindical, y hasta la de la
distribución de la riqueza. Todo entró en crisis. Ahora sería importante
empezar a pensar qué sería una nueva izquierda, e imaginar construir
juntos el éxodo de este mundo de guerra, lo que no quiere decir escapar,
sino proyectar una nueva realidad en la que una persona no tenga que
avergonzarse de ser comunista. Si quieren formar parte de este cambio,
hasta los comunistas pueden sumarse a nosotros pero comencemos a trabajar
juntos para construir el éxodo hacia un mundo posible. ¡Y por favor, no
nos traicionen otra vez!
Naomi Klein: Pienso que es mejor combatir las
nuevas estructuras que el orden global está imponiendo que quedarse en las
ciudades haciendo pequeños encuentros entre nosotros. Pelear con acciones
directas y no simbólicas
Tomado de A-Infos