Mientras,
el juez de la Audiencia Nacional española Baltasar Garzón remitió al
Gobierno de Lakua un nuevo auto en el que aseguró que «según los informes
policiales remitidos, se desprende que es la organización terrorista ETA-Ekin
la que está, a través de varios responsables, en la convocatoria y
preparación de la manifestación referida», y pide al Gobierno de Juan José
Ibarretxe que actúe «para prevenir la legalidad y el cumplimiento de las
resoluciones judiciales firmes». Las medidas de un juez instructor, como
es Garzón, en ningún caso pueden considerarse «firmes», ya que son
cautelares o provisionales.
El informe de la Unidad Central de Inteligencia de la
Policía española indica que los dos «peticionarios» de la manifestación
están «vinculados al proyecto de ETA-Ekin-Joxemi Zumalabe». La UCI añade
que «como portavoces de esta iniciativa han comparecido» Xabier Amuriza y
Amparo Lasheras, «promotores el primero del partido político Euskal
Herritarrok e integrante la segunda de la comi sión dinamizadora del
proceso Batasuna, que produjo el tránsito desde Herri Batasuna-Euskal
Herritarrok hacia Batasuna».
Para Garzón, esos datos acreditan «que no se trata de
una manifestación para discrepar o criticar las resoluciones judiciales,
ni para protestar por la falta de libertad de expresión, reunión y
manifestación, o con cualquier actividad lícita, sino que se trata de una
clara actividad orgánica de la organización terrorista, a través o con la
cobertura de otras personas físicas aquiescentes vinculadas a la propia
estructura investigada».
Horas antes de esta nueva resolución de Garzón,
Amnistía Internacional expresó su temor a que la resolución judicial del 2
de septiembre -que prohibía los actos de Batasuna y «las personas de su
entorno»- pueda interpretarse «como una prohibición de celebrar cualquier
protesta pacífica contra las iniciativas encaminadas a dejar fuera de la
ley a Batasuna».
«Si tal es el caso -prosiguió AI-, no hay duda alguna
de que se estarían conculcando los derechos fundamentales a la libertad de
expresión y a la protesta pacífica». Por ello, Amnistía Internacional
instó a «las autoridades españolas y vascas a aclarar esta cuestión y a
asegurar que se seguirán protegiendo estos derechos internacionalmente
reconocidos».
También hace referencia a la resolución del 6 de
septiembre, en la que «se estableció que la prohibición de celebrar
manifestaciones impuesta al grupo nacionalista vasco no abarcaba los actos
organizados por otros partidos o individuos».
«No obstante, -objetó AI-, no ha quedado claro el
alcance concreto de las diversas medidas adoptadas y se ha censurado al
Gobierno Vasco por permitir la celebración de una manifestación pacífica
el fin de semana pasado», en referencia a la movilización por lo presos en
Donostia [...] y según argumenta en su nota:, «los abusos cometidos por
ETA no deben utilizarse como excusa para justificar la erosión de las
libertades fundamentales. Cuando nos enfrentamos a graves abusos contra
los derechos humanos, la defensa de estas libertades se vuelve aun más
importante».
Amnistía Internacional recordó que «la coalición
Batasuna, anteriormente conocida como Herri Batasuna y después como Euskal
Herritarrok, se formó en 1978 y desde entonces ha actuado como un partido
parlamentario legal».
En mayo de 2002, la Sección Española de Amnistía
Internacional expresó su preocupación por algunos aspectos de la nueva Ley
de Partidos y en especial, señalaba que «la ambigüedad de la redacción de
ciertos pasajes podía dar lugar a que se proscribieran los partidos que
tuvieran metas políticas similares a las de los grupos armados pero que no
hubieran empleado la violencia ni propugnado su uso».
El comunicado resaltó cómo, «poco después de ordenarse
la suspensión de las actividades de Batasuna», Amnistía Internacional
recibió información en la que se indicaba que la Ertzaintza «había
clausurado las oficinas de Torturaren Aurkako Taldea (TAT) en Bilbao,
grupo vasco que trabaja para oponerse a la tortura. La Policía también
clausuró la oficina de Etxerat, organización de familiares de presos
vascos».
Extraído de barcelona.indymedia.org