ecimos ser conscientes de
nuestro presente y conocedores de nuestro pasado.
Sabemos que cuando hablamos de represión y torturas
lo hacemos de este y de cualquier estado.
La historia reciente no es
contada de un modo tergiversado que es peor que no
contarla. Sin pasado reciente, sin memoria
histórica, es muy fácil que los medios de
comunicación te presenten la realidad como a ellos
les interese..
No hace falta que ningún portavoz
nos revele algo que ya sabíamos: Hay un pacto para
presentar la realidad del País vasco como a lo
partidos políticos nacionales les interesa. Ya sea
la prensa o la radio y mucho más la televisión
presumen de decir la verdad, de tener libertad de
prensa. Y dicen algo cierto. La verdad que interesa
a los firmantes del pacto por la seguridad y la
libertad de publicar todo lo que apoye su discurso
de solución policial y no dialogada.
Hoy por hoy, pedir una solución
dialogada, que la independencia o lo que sea,
pudiera ser discutida sin que intervinieran
"especialistas" armados sería ingenuo si no fuera
hasta peligroso de ser acusado de pertenecer a ese
difuso "entorno" que puede ser, de ahora en
adelante, cualquiera. Sindicalistas, miembros de
asociaciones de vecinos, incluso miembros de alguna
ONG. Y no solo del País Vasco.
Los medios de comunicación te
presentan la realidad vasca bastante distinta de
como es. Los noticiarios parecen partes de guerra. Y
no hay más que oír los programas, para ver que todos
siguen la misma línea. No hay ninguna disidencia,
ninguna voz que ponga un matiz. Si acaso, hablan de
tecnicismos legales. Critican que no se haya hecho
bien pero no entran en cuestiones de fondo,
políticas.
En las tertulias radiofónicas, en
las entrevistas de televisión, he oído a ministros y
a
enteradillos a sueldo pero no he
oído a ningún militante de Batasuna, a ningún
abogado de la coalición. No sé, a decir verdad, qué
es lo que tienen que decir. Les están cerrados los
micrófonos. Y yo, sinceramente, para creer que no me
están dando por activa y por pasiva un solo
discurso, que no me están manipulando, quisiera
escuchar a todas las partes.
¿Creen que no soy capaz de
formarme mi propia opinión o quieren que me forme la
que les interesa a los que usan los medios como
propaganda de sus lamentables espectáculos
políticos?
Vamos a fijarnos en un dato
revelador sacado de sus mismas fuentes, de las
encuestas de las radios del régimen: Mientras en
España se dice que un 75% apoya la ¡legalización, en
el País Vasco se dice que solo un 32% lo hace.
Creo que, al menos, se puede
decir que la realidad se ve de manera distinta en
España que en el País Vasco. Una cosa bien distinta
es lo que te cuentan y otra lo que de verdad se
vive.
Si esto fuera una democracia, los
poderes judicial y ejecutivo estarían separados pero
no nos llamemos a engaños, esto no es una
democracia. Los tres poderes -los cuatro si metemos
a la prensa- son ramas del mismo, árbol infecto del
estado. O, para entendernos mejor, las cuatro patas
del mismo taburete.
La evidente complicidad del poder
ejecutivo forzando esa votación, ese gesto a lo
George Bush de "conmigo o contra mi" y, con el
resultado garantizado por un pacto previo, la
inmediata actuación del poder judicial autoencarnado
por el Juez Garzón.
El numerito estaba preparado. El
guión ya estaba hecho. La película se llama golpe de
efecto. Que todos los parlamentarios consideren que
Batasuna debe ilegalizarse sólo sirve para presentar
una denuncia ante el Tribunal Supremo. El auto solo
de Garzón sería sopesado como todo auto de un juez y
seguramente desestimado si es tan endeble como
parece. Ambos teatros, respaldándose mutuamente, y
con la ayuda de la prensa han hecho que la maniobra
haya sido evidente
Todo el montaje trae una peste
tremenda. Y, lo peor, suena a burla. A burla contra
la gente. Tan evidente despliegue, tan obvio truco,
tan manipulado espectáculo ha terminado mostrando la
connivencia entre los poderes. Siempre ha existido,
por supuesto. ¿Era tan necesario para los amos del
cotarro mostrar de manera tan clara cuán íntimamente
ligados están el poder político, judicial y la
prensa?
Sí. Es necesario a sus ojos. Es
mostrar sus fuerzas, es demostrar lo absoluto de su
poder. Es la burla definitiva. No es otra cosa.
Es como lo que han hecho los
americanos, exigir la inmunidad para sus tropas ante
el Tribunal Internacional. Sus tropas siempre han
sido inmunes, nunca han sido juzgadas. Ni en la
segunda guerra mundial, ni en Vietnam, ni en la
guerra del golfo... pero ahora quiere que se le
reconozca además eso. Ahora exige que se acepte que
puedan hacer lo que quieran. Es el colmo de la
humillación.
Se recurrirá la ilegalización a
Estrasburgo. Si se mantiene, volverá a ser una
decisión política.
Revisando todo este montaje para
escribir este artículo no puedo quitarme de la
cabeza los versos de Bertolt Brecht. Podría
atreverme a cambiar los términos. Podría
sustituirlos por abertzale, obrero, inmigrante, etc.
Pero no es preciso. El sentido, el espíritu sería el
mismo.
"Yo no soy de Batasuna, ni
siquiera comparto sus planteamientos..."
No haría ni falta decir esto. Es
más, deberíamos negarnos a decirlo al hablar de este
tema. Es como curarse en salud. Es reconocer que se
tiene miedo a las consecuencias. Es mostrar que
existe censura de las cuales, la peor es la interna.
Si mi palabra fuera mía, si no me
la hubieran robado, si no me pusieran un micrófono
para que diga lo que quieren que diga, si no me
obligaran y me ¡legalizarán por no decir lo que
quieren que diga, si me preguntarán mi opinión sobre
el terrorismo patronal, entonces la daría.
Pero, aunque la voz es nuestra,
la radio es suya. Y no me da miedo decir que estoy
contra la ¡legalización de un partido político.
Porque mañana lo ¡legal será manifestar una idea,
llevar la contraria al gobierno, hacer una
concentración, repartir propaganda, convocar una
huelga, salir a la calle...
Quieren que tengamos miedo. Que
temamos hablar, que temamos salir a la calle.
Quieren que nos quedemos en casa. Que callemos y
otorguemos. Que perdamos nuestros derechos y
nuestras voces y hasta nuestras almas. Que nos
creamos del "entorno", criminalizables. Lo somos, lo
seremos. Criminalizados, encarcelados. Por expresar
nuestras ideas, por manifestarnos, por escribir
poesías. Todos los regímenes totalitarios lo hacen.
Pero no podemos tener miedo. No
podemos tener siempre miedo. A eso se llama ser
esclavo.
Y yo no quiero tener miedo. No
podemos permitirnos perder nuestra libertad.
Salud y alegría.