Un
hombre de 32 años, condenado por revueltas violentas durante la reunión
cumbre de la UE, completa 16 días de huelga en la cárcel de Skänninge, en
la cual éste ha sido tratado de forma desconsiderada por la dirección del
penal. Por esta razón, ocho condenados por las revueltas callejeras
iniciaron una huelga de hambre en solidaridad con el condenado
anteriormente mencionado, como un acto de protesta por la condena injusta
a la que éste fue sometido, y la frustración que genera el hecho de que la
condena fue basada únicamente en el testimonio extremadamente
contradictorio de 2 policías. El mismo día hubo una manifestación de apoyo
en Estocolmo.
"Nuestra acción no cuenta
con exigencias específicas, sino que es un mero acto de solidaridad con el
huelguista condenado" dijo uno de los reos.
De los ocho huelguistas
simpatizantes, cuatro se encuentran en la cárcel de Åby, en las afueras de
Uppsala, dos en la cárcel de Skenäs, en las afueras de Nyköping, y dos en
la cárcel de Rostorp en los alrededores de Malmö. No se descarta que la
huelga que sostuvieron se prolongue por más días. A juzgar por las
apelaciones que han presentado durante sus juicios, ellos están muy
descontentos con sus condenas. También en tales casos se trata de pruebas
débiles o de condenas demasiado largas según las prácticas conocidas en
casos anteriores de revueltas violentas.
El objetivo de la huelga es
que la condena a su colega en huelga sea suspendida. El escritor Erik Wijk
ha realizado un nuevo análisis de los testimonios en la corte, instancia
que confirmó la culpa.
La situación del reo en
huelga, según su propio relato del jueves por la tarde, es la siguiente:
no ha ingerido alimentos ni suero durante 16 días, se encuentra agotado y
duerme mucho. Desea acogerse a licencia médica lo que no le es permitido,
dado que se le considera el causante de su propia situación, ya que se ha
sometido a la huelga de forma voluntaria. Uno de os días se le sometió a
arresto por cinco horas, en una celda con la ventana abierta, la cual él
no pudo levantarse a cerrar, enfriándose así la habitación y sin poder
obtener agua para beber, lo cual significa un peligro grave considerando
el estado en que se encuentra. Anteriormente, él había solicitado la
aplicación de suero para evitar daños severos en su organismo, lo cual se
le ha negado de acuerdo a una orden del inspector de gendarmería Rolf
Rydell (Erik Wijk posee copia de la resolución) argumentando que a éste
"se le otorgan las mismas facilidades que a otros reos para visitar el
comedor de la cárcel". El inspector pone énfasis en la propia
responsabilidad del reo.
Para mayores informaciones
sobre este caso y sobre la huelga de hambre solidaria, llamar a Erik Wijk
al número de teléfono +46(0)730-63 34 68 o enviar correo electrónico a
erik.wijk@odata.se |
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