8) Mr. Bush alardea que logró
"el mayor aumento en los gastos para educación en mucho, mucho tiempo". En
realidad, el 15% de aumento autorizado por la ley educacional de Mr. Bush es
el mayor desde el año anterior, en el que Mr. Clinton autorizó el aumento
del presupuesto educacional en 18,5%. La lista de exageraciones,
deformaciones y mentiras no es ni aproximadamente definitiva. La
administración también se ha permitido los siguientes embustes:
9) Mr. Bush ha contado a
menudo la historia del "trifecta". En la historia pretende que durante la
campaña dijo que no habría un déficit excepto en el caso de una guerra, una
emergencia nacional o una recesión. Mr. Bush luego sonríe y dice, "Nunca
soñé con que ocurriría la trifecta". Mr. Bush jamás hizo una declaración
semejante durante la campaña. La afirmación de que lo haya hecho es
simplemente falsa. Después que la prensa indicó a la Casa Blanca que Mr.
Bush no estaba diciendo la verdad. Mr. Bush continuó a contar su
"enormidad". Vea The New Republic.
10) Poco después de su
inauguración, la Casa Blanca anduvo difundiendo la historia de que los
funcionarios de Clinton habían robado platería, porcelana y el
Sello.Presidencial de Fuerza Aérea Uno [el avión presidencial]. No era más
que una mentira.
11) La administración ha
impulsado incansablemente la historia de que Al-Qaeda e Irak estaban en la
misma liga en el 11-S, basándose en una supuesta reunión en Praga entre
funcionarios iraquíes y el secuestrador Muhammed Atta. La historia fue
desenmascarada nada menos que por Vaclav Havel.
12) Mr. Bush sugirió que Ken
Lay, de Enron, apoyó a Anne Richards en la campaña para Gobernador en Texas.
Fue una verdadera enormidad.
13) La administración se ha
mostrado evasiva sobre el porcentaje de beneficios que recibe el 1% de más
ingresos en los beneficios fiscales de 2001.
14) Según informa Jeff Cooper:
A mediados de agosto, el Secretario de Defensa Rumsfeld argumentó que la
presencia de personal de Al-Qaeda dentro de Irak demostraba el apoyo de
Sadam Husein a ese grupo. Una semana más tarde, el Secretario Adjunto de
Estado, Richard Armitage reconoció que los miembros en cuestión de Al-Qaeda
se encontraban en las partes del país controladas por los kurdos, fuera del
alcance de Husein.
15) El 15 de abril de 2002,
Mr. Bush declaró ante la televisión británica, respecto al Medio Oriente,
que: "Bueno, hemos probado las reuniones en la cumbre en pasado, como
ustedes recordarán. No hace tanto tiempo que se convocó a una cumbre y no
pasó nada, y como resultado tuvimos una importante intifada en el área".
El 6 de abril de 2002, Mr.
Bush declaró ante los reporteros: "Alguien me dijo que hay por ahí una
historia de que de alguna manera yo estoy culpando a la administración
Clinton por lo que ahora sucede en el Medio Oriente... Aprecio lo que el
Presidente Clinton trató de hacer. Trató de lograr la paz en el Medio
Oriente".
16) John Ashcroft, declaró a
la televisión desde Moscú que José Padilla había sido arrestado tratando de
entrar a EE.UU. para hacer estallar una "bomba sucia". Pronto, "funcionarios
de la administración señalaron que Padilla no poseía material radioactivo ni
otros equipos para hacer bombas, de ningún tipo. Tampoco había escogido un
objetivo, o formulado un plan".
17) Como ha señalado
Spinsanity la Oficina de Bush de Administración y Presupuesto trabaja con un
sistema de engaños.
18) La última enormidad se
remonta a la discusión de la primaria republicana del 6 de enero de 2000 en
New Hampshire en la que el candidato Bush prometió que jamás utilizaría el
puesto de presidente "para osfucar" (sic).
La lista no es completa.
Podríamos citar muchos ejemplos más. La lista es suficiente para concluir
que la administración Bush se ha empeñado en una campaña de engaños,
mentiras, exageraciones, estratagemas y deformaciones.
"¿Qué se puede pensar de una
tal campaña? ¿Qué estándar podemos aplicar al evaluar la renuencia de la
administración Bush a decir la simple verdad? Se recordará que en el año
2000, la campaña de Bush, sus aliados y la prensa, pensaron que Al Gore
tenía problemas con la verdad. Tal vez, entonces, sería adecuado aplicar a
la actual administración los mismos estándares que la prensa y los
republicanos aplicaron a Al Gore durante la campaña.
Si ése fuera el caso,
nosotros, como Dick Cheney, deberíamos estar "confundidos y entristecidos"
por la incapacidad de esta administración de decir la verdad.
Tal vez deberíamos concluir
que la administración es "profundamente deshonesta" o "delirante" como
Donald Lambro del Washington Times y Michael Medved de USA Today
dijeron de Al Gore según la cita de Bob Somerby.
Según Walter Shapiro en
USA Today, podríamos llegar a la conclusión de que Mr. Bush tiene "un
defecto de carácter" que es "profundamente preocupante".
¿Es relevante el que la
administración Bush tome la verdad tan a la ligera cuando se trata de algún
tema importante? Jonah Goldberg de NRO nos asegura que:
"No importa cuál sea la
perspectiva de alguien, es difícil imaginar cómo alguien podría decir que la
personalidad del presidente es irrelevante... Pero todo esto es un argumento
tan viejo y tan flagrantemente obvio que se pierde el simple punto
fundamental, tan a la antigua. El Presidente debería decir la verdad y ser
un caballero."
Mr. Goldberg nos recuerda
además que:
"Los estadounidenses
comprenden que importa decir la verdad, pienso, espero. Y pensaba que la
prensa lo comprendía, pero estoy cambiando de opinión... Pero la mentira
penetra el corazón de la política y lo ennegrece. Es siempre relevante...
La honradez es una virtud.
Por ello, si deseamos la visión definitiva sobre cómo reaccionar ante los
engaños de la administración Bush, deberíamos escuchar a un experto en la
virtud, Mr. William Bennett. Mr. Bennett escribió en una opinión editorial
en el Wall Street Journal del 11 de octubre de 2002, lo siguiente:
"Sin embargo, como lo
comprendieron los fundadores de la nación, no hay casi nada que importe más
respecto a un jefe del ejecutivo que su carácter público y su confiabilidad,
su veracidad y su integridad... "
"Las mentiras permanentes por
una persona en un elevado puesto público, no son sólo "personales"; tienen
que ver con el interés público. Un puesto público es una demostración de
confianza del público, y la gente que la viola deberían responsabilizarse...
"
La pérdida de confianza del
público estadounidense en el gobierno es un tema vital del país. No
necesitamos que otro presidente profundice aún más el cinismo de la gente.
Finalmente, si uno habla de
un policía, de un maestro, de un doctor, o de un mecánico de automóviles, es
de gran importancia ver si la palabra de esa persona posee algún valor. Si
importa en el caso de todas esas personas, seguramente vale en la selección
de un presidente.
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Traducido para Rebelión por
Germán Leyens |