l Ministerio
del Interior, a través de los ficheros informáticos de la Dirección
General de la Policía, guarda datos sobre las costumbres sexuales, salud,
aficiones, forma de vida, afiliación a asociaciones, sindicatos y partidos
políticos de millones de ciudadanos. Hasta la raza a la que pertenecemos,
la lengua en la que hablamos o nuestro mismísimo código genético figuran
en sus archivos.
Esta información sobre la vida íntima de los
investigados no se limita a personas condenadas por la comisión de
delitos, sino a cualquiera que en algún momento de su vida haya sido
detenido, investigado o, simplemente, se haya visto involucrado en algún
tipo de atestado.
Para más inri, la Ley de Regulación del Tratamiento
Automatizado de Datos de Carácter Personal no permite la cancelación de
los dossieres que se acumulan en los ordenadores policiales.
161 bancos de datos al servicio del Gran Hermano Todas
las personas con Documento Nacional de Identidad, algunos menores de 14
años y casi todos los extranjeros que residen en el Estado español o lo
han visitado alguna vez, aparecen, más o menos detalladamente, en alguno
de los 49 ficheros de la Policía y de los 9 que usa la Guardia Civil.
Además, hay otros 103 bancos de datos controlados por empresas,
instituciones y organismos dependientes de la Administración, que son
utilizados normalmente por los distintos cuerpos policiales.
Entre todos, destaca el fichero PERPOL que guarda los
datos personales origen racial, vida sexual e historiales médicos
incluidos- de toda persona física de nacionalidad española o extranjera
que haya tenido o tenga alguna orden de búsqueda o requerimiento.
También se encuentran en él los datos de cualquiera que
haya sido detenido o, simplemente, considerado sospechoso de participar en
la comisión de delitos o se haya visto implicado en algún sumario
judicial.
Pero hay muchos más ficheros.
Así, ARCHIVO recoge todos los datos concernientes a las
personas jurídicas y físicas sospechosas de poner en peligro la seguridad
pública, e INTELIGENCIA se ocupa de los investigados por delitos contra la
salud pública. Sólo estos dos acumulan más de 60 datos confidenciales de
cada fichado, entre otros, la adscripción a asociaciones y clubes, la
afiliación a sindicatos o partidos políticos, las suscripciones a revistas
y diarios y, por supuesto, los ingresos económicos, seguros, hipotecas,
tarjetas de crédito, inversiones, rentas, etc.

El fichero bautizado como ADN, por su parte, archiva el
código genético de aquellos individuos supuestamente implicados en delitos
de cualquier tipo. La ambigüedad de esta clasificación, así como la
opacidad en lo que se refiere a la obtención de estos datos fisiológicos,
hace de ADN un cajón de sastre policial en el que cualquiera puede estar
incluido.
¿Cómo conseguirán las muestras? GRUMEN guarda toda la
información referente a "menores de edad de interés policial" y a sus
amigos y familiares.
PISO 13 acumula fichas de personas que han firmado
algún contrato de alquiler, tanto por la parte arrendadora como
arrendataria.
PROPIE se encarga de los propietarios de vehículos de
todo tipo y de los titulares de permisos de conducir de todas las
categorías.
En BELINF figuran todas las personas que tienen
contratado algún tipo de servicio telefónico con cualquiera de las
compañías existentes.
DNIFIL recoge los datos de todos aquellos ciudadanos
que han solicitado la expedición o renovación del Documento Nacional de
Identidad, es decir, de prácticamente toda la población.
En el PASPOR están todas aquellas personas de
nacionalidad española en posesión de pasaporte y, en caso de usarlo,
constan también los países de destino.
TRANSPORTES tiene fichados a todos los titulares de
tarjetas de transportes; BARCOS, a los propietarios y usuarios de
embarcaciones; ESTRECHO, a propietarios y usuarios de vehículos que han
sido embarcados alguna vez en cualquiera de los transbordadores que cruzan
el Estrecho de Gibraltar con destino a Melilla, Ceuta o Tánger.
Etcétera De Berta a Clara La multimillonaria cantidad
de fichas y antecedentes está a buen recaudo en un edificio de la
población madrileña de El Escorial que no tiene señal externa alguna.
Desde que a mediados del año pasado se jubilara el ordenador Berta, una
nueva y potentísima computadora, de nombre Clara, ha ocupado su lugar.
La temible y famosa Berta, que será desguazada
próximamente, era un ordenador Siemens H- 90 y H-100 de tercera generación
que necesitaba para guardarlo el espacio de 13 armarios. Clara, sin
embargo, es un nuevo Sun Microsystem que sólo ocupa dos muebles de 1,80
metros de altura, cada uno con una capacidad de memoria de tres terabytes
(tres billones de unidades básicas de información de un ordenador).
Clara, que ha costado 490 millones de pesetas, cumple
todos los requisitos de seguridad. Así, guarda los datos por duplicado y
está programada para que, en caso de que uno de los muebles fallara,
funcione el otro automáticamente. Clara se encuentra bajo la custodia de
un comisario del Cuerpo de Policía Nacional llamado Mauricio Pastor,
responsable del centro informático de El Escorial y que, a propósito de la
nueva computadora, declaró recientemente: "Le hemos dado nombre de mujer
porque ellas son más trabajadoras, más constantes, más silenciosas y no se
quejan".
Sin comentarios.
Una fortaleza de película El lugar elegido por la
Dirección General de la Policía para esconder esta gran superficie de la
información ha sido un antiguo seminario reformado a comienzos de la
década de los ochenta. Al entrar en el edificio, según se va aproximando
la sala de los ordenadores, las medidas de seguridad se van incrementando
paralelamente hasta el extremo de ser imposible acceder al lugar donde se
encuentra Clara si no se cuenta con la pertinente y restringida
autorización. Las zonas contiguas están protegidas por policías de élite
que interceptan a cualquiera que pretenda acercarse. La antigua escuela
religiosa está cercada por vallas electrificadas.
Además, este centro cuenta con tres sistemas de
seguridad independientes y, ante la más pequeña señal de ataque externo,
la sala de máquinas se cierra herméticamente. Para acceder a la sala de
ordenadores hay que entrar en un montacargas especial que se activa con
una tarjeta de banda magnética y una clave secreta que cambia
constantemente. Una vez en el sótano hay que atravesar un pasillo con dos
puertas, la segunda de las cuales no se abre hasta que se ha cerrado la
primera. Todo el recorrido está protegido por un sistema de vídeo
vigilancia que graba cualquier movimiento. Tras volver a introducir la
tarjeta de seguridad se llega a otra nave de grandes dimensiones,
construida de hormigón armado, que está iluminada por potentes focos y que
impide el paso de cualquier onda electromagnética, incluidas las que
emiten los teléfonos celulares. Media docena de técnicos de máxima
confianza desarrolla su labor en tres relevos permanentes. Ellos son los
responsables de que no se registren incidentes mientras los ordenadores
trabajan sin cesar.
Si alguien lograse un permiso para visitar las
instalaciones tendría que pasar primero el control de huellas, conocido
técnicamente como SAID - sistema de análisis e identificación digital-,
que tiene almacenados en su memoria 1. 143 millones de huellas de los
dedos de las manos de los detenidos en todo el Estado. Allí se archivan,
además, otras 90000 huellas recogidas por los distintos cuerpos policiales
en lugares donde se ha cometido algún delito. Aunque algunas pertenecen a
personas ya fallecidas, todas las huellas se guardan para posteriores
consultas, por si se necesitan para la investigación de casos no cerrados.
La siguiente dependencia que ve el imaginario visitante
es la destinada al Documento Nacional de Identidad. En ella se almacenan
todas las fotografías, la firma y la huella, junto con los datos
personales de todos los poseedores del DNI, pasaporte o tarjeta de
residencia, además de los visados expedidos.
En esta sala se guardan también todos los datos
internos del Cuerpo Nacional de Policía (nóminas, fichas de servicio, etc)
y pueden ser consultados on line desde cualquiera de las casi 500
comisarías de policía que hay en el Estado, así como desde las más de 100
de Policía Local dependiente de los ayuntamientos- que tienen autorizado
el acceso.
La Ertzaintza, los Mossos d' Esquadra y la incipiente
Policía Autonómica de la Junta de Andalucía, además de otros organismos
públicos como el Ministerio de Trabajo o el de Administraciones Públicas,
cuentan también con una clave que les permite consultar parte de la base
de datos.
Curiosamente, sin embargo, la Guardia Civil no tiene
acceso directo a Clara ya que no comparte información con el Cuerpo
Nacional de Policía.
El instituto armado dispone de un ordenador central
propio que lleva por nombre el título nobiliario de su fundador, "Duque de
Ahumada". No obstante, hay un espacio común. Se trata del llamado BSDN
Base de Datos Nacional- que pueden consultar tanto la Policía como la
Guardia Civil, además de todos los cuerpos y fuerzas de seguridad que
firmaron el Acuerdo de Schengen, que supuso la abolición de las fronteras
para personas y mercancías entre los estados holandés, luxemburgués,
belga, alemán, austríaco, griego, francés, portugués y español.
El fichero Baseter La Dirección General de la Guardia
Civil dispone, dentro del mencionado ordenador central "Duque de Ahumada",
de un fichero automatizado de nombre BASETER cuya finalidad es "la gestión
de información relativa a personas relacionadas con el terrorismo para la
investigación policial propia de la Guardia Civil".
Este fichero recoge todos los datos incluidos los de
índole personal- referentes a personas sospechosas de pertenecer a "grupos
terroristas y colectivos afines".
La información se recaba de diligencias, documentos
intervenidos e investigaciones practicadas por la Guardia Civil.
En BASETER se acumulan, además de los datos del DNI,
otros sobre infracciones penales y administrativas y cualesquiera que sean
considerados de interés policial.
La Unidad responsable del Servicio Informático de la
Guardia Civil se encuentra en Madrid, en la calle Guzmán el Bueno, 110. La
obsesión de la seguridad Para acceder a las bases de datos de la Dirección
General de la Policía se utilizan bandas anchas de comunicación, lo que
dota a este sistema, diseñado para combatir la piratería informática, de
una gran celeridad.
Suponiendo que un hacker pretendiera sustraer
información almacenada en Clara, tendría que salvar diferentes obstáculos.
En primer lugar hay que sortear un cortafuegos central (firewall), que
sólo admite la entrada a personas perfectamente identificadas y que
conozcan la contraseña actualizada. Una vez salvado el cortafuegos hay que
entrar en una zona calificada como "desmilitarizada", que impide seguir el
proceso a los internautas no autorizados. La computadora descubriría al
intruso y se desconectaría automáticamente. La conexión telefónica sería
desviada a otro de los tres terminales existentes que la entretendría en
una sinuosa maraña plagada de laberintos informáticos mientras la llamada
es localizada. La Brigada de Información más próxima al hacker le
detendría acto Seguido.
Tanto antes Berta como ahora Clara proporcionan la
información encriptada y codificada. Además, hay cuatro copias de
seguridad de los datos almacenados en el complejo informático de El
Escorial. Una está en el mismo edificio, junto a los ordenadores
centrales. Otras dos se encuentran ocultas a más de 40 metros bajo tierra,
en dos búnkeres del propio centro muy separados entre sí. De la cuarta
sólo se sabe que está en algún lugar de Castilla-La Mancha que muy pocas
personas conocen.
Este centro de San Lorenzo de El Escorial ha sido
recientemente calificado por la LORTAD - Ley de Protección de Datos- como
de alta seguridad.
Nadie que no esté perfectamente identificado puede
acceder a su base de datos, registrándose escrupulosamente cualquier
incidencia como fecha, hora y si la consulta corresponde al nivel
permitido.
Los policías o técnicos con permiso para entrar en
Clara pueden hacerlo solamente hasta la base de datos que le corresponda.
Así, un policía adscrito a la oficina del DNI sólo podrá llegar hasta ese
nivel del ordenador. De igual modo sucede con el archivo de huellas o con
cualquier otro.
Para hacerse una idea del enorme trasiego de
información que genera Clara, sólo en el año 1999 se produjeron casi 50
millones de consultas, llegando a contabilizarse en algunos momentos 3 000
usuarios a la vez, lo que significó ocupar el 98 % de la capacidad total
de Berta.
Para Clara, sin embargo, este altísimo ritmo de trabajo
habría supuesto únicamente el 12 % de su potencial.
En el edificio de El Escorial, con 130000 metros
cuadrados útiles, trabajan de forma permanente 218 personas que, en caso
necesario, podrían subsistir hasta 120 días sin salir del mismo.
En la planta superior hay más de 20 apartamentos,
disponiendo, además, de despensas refrigeradas capaces de almacenar los
alimentos necesarios para los cuatro meses. Con todo, el sistema eléctrico
es el más protegido del complejo. En el centro informático hay dos
acumuladores, un gran aprovisionamiento de baterías y tres potentes
generadores Diesel con 18 cilindros cada uno y con el combustible
necesario para alimentarlos los cuatro meses de rigor.
El Gran Hermano El imparable crecimiento del uso de
Internet está dando más trabajo del habitual a los policías que trabajan
en El Escorial pese a que tienen a su disposición los más modernos
programas para controlar a la población. Así, desde hace unos meses
utilizan el denominado SIG Sistema Informático Geográfico- que representa
a distintas escalas todo el Estado español y en el que se puede ver en
tiempo real cualquier incidencia sucedida en una comunidad, una provincia,
una población, un barrio o, incluso, una calle. Entre la información
complementaria que suministra este programa inteligente, el usuario puede
saber, además, la hora exacta del suceso y, en su caso, si se han
producido víctimas o detenciones. Las características de este sistema
permite discriminar a los usuarios. Por ejemplo, un Jefe Superior de
Policía puede consultar toda la zona a su cargo, mientras que un comisario
sólo accederá a la localidad en la que está su comisaría..
Para el futuro inmediato se prevé que los coches
policiales vayan provistos de ordenadores portátiles que conectarán con
Clara gracias al sistema GSM el mismo que se emplea en telefonía móvil- lo
que facilitará, sin duda, la labor del Gran Hermano.
Extraído de sindominio.net