l gobierno
de Álvaro Uribe Vélez continua con la política de desconocimiento y
exterminio de los pueblos indígenas En el año 2001, ante la política
etnocida del gobierno Pastrana, los pueblos indígenas tomamos la decisión
de retirarnos de las mesas nacionales de concertación con el gobierno,
como son la mesa de derechos humanos, la comisión de territorios indígenas
y la mesa de concertación.
Después de la posesión del Presidente Álvaro Uribe
Vélez, en reunión del día 22 de agosto, los pueblos indígenas, presentamos
un documento en el que le solicitamos fijar la política del nuevo gobierno
para el respeto y el desarrollo de los derechos de los pueblos indígenas.
Hasta la fecha, no ha planteado su respuesta por escrito, pero está dando
mensajes claros y expresos de que su gobierno va a continuar con el
arrasamiento de los pueblos indígenas de Colombia. Como prueba están los
siguientes hechos: En lo político, el actual gobierno, tal como el
anterior del presidente Pastrana, tienen el objetivo de eliminar los
derechos culturales, organizativos, territoriales de los pueblos
indígenas. Para lograr este objetivo se vienen agotando o cerrando los
espacios de concertación y de participación a través de las reformas a las
instituciones. Otro mecanismo para menoscabar los derechos ha sido el
nombramiento de funcionarios anti-indigenistas y racistas que se oponen al
desarrollo de las reivindicaciones políticas, económicas, sociales y
culturales de los pueblos indígenas, desconociendo que se tratan de
derechos legítimamente adquiridos y bajándolas a la categoría de
privilegios, con el fin de desmontarlos fácilmente. Tal ha sido la
experiencia con la dirección de Asuntos Indígenas del Ministerio del
Interior.
En materia de derechos humanos El actual gobierno no ha
cumplido con las medidas cautelares ordenadas por la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos, frente a varios casos tales como:
Pueblo Embera Katío del Alto Sinú, Comunidades indígenas, negras y
campesinas del Alto Naya (límites entre Valle y Cauca). No se han tomado
medidas para evitar la masacre, silenciosa pero continuada, de la que está
siendo víctima el pueblo kankuamo de la Sierra Nevada de Santa Marta. Y la
desaparición forzada del dirigente Kimy Pernía Domicó sigue en la
impunidad.
En materia territorial, está suspendido el proceso de
constitución, ampliación y saneamiento de resguardos indígenas, a pesar de
que hay un sinnúmero de expedientes que ya han culminado los trámites
previstos en la normatividad vigente, previos a la expedición de la
resolución.
Y como si esto fuera poco, cuando las comunidades
indígena indagan por los procesos de legalización de sus territorios,
distintas instituciones les han respondido que todos los expedientes
tienen que ser verificados a la luz de nuevos requisitos que constituirán
la política del actual gobierno de Uribe Vélez, tales como: deberá haber
un concepto etnológico previo al inicio de cualquier trámite de resguardo;
no podrá haber trámites de constitución o ampliación que comprendan globos
de terreno discontinuo; cuando haya presencia de población campesina o
negra en territorios susceptibles de ser legalizados como resguardos, así
sea una persona, no se podrá continuar con los trámites. Según la
información recibida, estas medidas harían parte de las normas que
expediría el gobierno de Uribe Vélez en uso de facultades extraordinarias;
mientras tanto, las reuniones de las entidades gubernamentales se vienen
haciendo de manera subterránea, obviamente sin consulta a los pueblos
indígenas.
Todas estas medidas están claramente orientadas a
frenar la legalización de los territorios indígenas a pesar de que su
derecho ya ha sido reconocido en la Constitución Política. Y resulta claro
que con ellas se va a legalizar la política de invasión de los territorios
indígenas, motivada por grupos paramilitares puesto que es bien sabido que
en varias zonas del país dichos grupos, a través de la colonización
pretenden desalojar a las comunidades indígenas para más adelante
facilitar los procesos de siembra de cultivos ilícitos, realización de
megaproyectos, explotación de recursos, monocultivos, entre otros. Igual
estrategia perversa se está aplicando frente a las comunidades negras,
pues en zonas como Balsitas (Río Sucio – Chocó), por influencia de
paramilitares se está desalojando a los afrodescendientes de su territorio
a cambio de una vivienda de interés social en otra zona, con el ánimo de
evitar la legalización del territorio colectivo y dar paso a la siembra de
palma africana y cultivos de uso ilícito.
En materia de consulta y concertación La normatividad
que se viene expidiendo últimamente está orientada a desmontar el derecho
a la consulta previa, a pesar de que el Estado colombiano suscribió el
Convenio 169 de la OIT y de acuerdo con el artículo 93 de la Constitución
Política de Colombia, por ser un convenio de derechos humanos de los
pueblos indígenas, prevalece en el orden interno. El Decreto 1728 de 2002,
que fue expedido el último día del gobierno Pastrana, pero avalado por el
gobierno Uribe, pretende desmontar toda la protección ambiental, de los
derechos territoriales y humanos de los pueblos indígenas, ante la
explotación de recursos y la ejecución de megaproyectos.
Paradójicamente, sin consulta con los pueblos indígena,
el gobierno de Uribe Vélez pretende expedir una nueva reglamentación sobre
consulta previa, con la cual planea disminuir aun más nuestro derecho
fundamental a ser consultados antes de tomar decisiones que puedan
afectarnos.
Igualmente, el gobierno actual, tanto dentro de sus
estructuras como en los espacios de representación que hemos ganado los
pueblos indígenas, está vinculando o designando personas que, a pesar de
ser indígenas, ya están contaminadas por los politiqueros tradicionales,
por las empresas petroleras o por otros actores que se oponen a la
pervivencia de los pueblos indígenas y sus derechos. Con esta práctica se
pretende reducir los espacios de participación y cambiar el derecho a la
consulta y concertación por espacios burocráticos.
En materia de educación, no ha habido un
pronunciamiento del gobierno en donde quede clara la obligatoriedad de
aplicar la legislación especial, frente a las nuevas normas que se han
expedido en el campo educativo. Por el contrario, con los decretos
reglamentarios de la Ley 715, que está expidiendo el gobierno, se pretende
invisibilizar la existencia de los pueblos indígenas, pues en dichos
decretos se utilizan términos que pretenden recoger, pero en realidad
desaparecen la diversidad étnica y cultural, tales como "zonas de difícil
acceso", poblaciones especiales", "poblaciones, consagradas en el Título
III de la Ley 115 de 1994" En materia de salud, se planea una reforma a la
actual normatividad en salud, y no se ha consultado con las organizaciones
indígenas, a pesar de que las propuestas conocidas hasta el momento
afectan la prestación del servicio de salud a las comunidades indígenas, y
de manera particular plantean nuevos obstáculos a la existencia de las
empresas de salud que han conformado los propios pueblos indígenas.
Esta normatividad está claramente orientada a favorecer
a los grandes monopolios en detrimento de la salud de los colombianos, y
entre ellos de los indígenas.
Proyectos de Ley El gobierno de Uribe Vélez, a través
de congresistas afines a sus intereses, viene impulsando en el Congreso de
la República diferentes proyectos de ley con los que pretende cumplir su
tarea de acomodar el país a las exigencias de los acuerdos comerciales
como el ALCA, sin importar que se tenga se sacrificar los más altos
intereses de un país, como son su población y su soberanía.
En tal virtud, se está tramitando actualmente en el
congreso el proyecto No. 097 de 2002 Cámara, por el cual se modifica la
ley de Reforma Agraria, con un claro corte antisocial, anti-indígena, y
anti-campesino, y a favor de los grandes monocultivos agroindustriales que
de ninguna manera van a garantizar la soberanía alimentaria de los
colombianos. Asimismo se impulsa el proyecto de Ley 34 de 2001, por medio
del cual se reforma la Ley de Fronteras, con el ánimo de quitar la
protección de que gozan actualmente las reservas forestales de las zonas
de fronteras para permitir la colonización, la realización de
megaproyectos, monocultivos y promoviendo de paso la ampliación o la
siembra de cultivos para uso ilícito, mientras por otro lado fumiga con
veneno las poblaciones, territorio, alimentos, so pretexto de acabar con
dichos cultivos.
Por todo lo anterior, manifestamos nuestro enérgico
rechazo a esta política de exterminio de los pueblos indígenas, continuada
por el actual gobierno de Álvaro Uribe Vélez. A la vez, nos declaramos en
alerta ante estas políticas y oponemos nuestra resistencia milenaria, la
cual nos ha permitido pervivir durante todos estos siglos de intento de
aniquilación de los pueblos indígenas.
De igual manera, solicitamos a los organismos de
control y a la comunidad internacional, mantenerse pendientes de estas
nuevas medidas, pronunciarse y llevar a cabo las acciones que sean
necesarias para que nuestros derechos milenarios, que además han sido
reconocidos en la Constitución de Colombia y en tratados internacionales,
sean respetados.
Comité pour les droits humains "Daniel Gillard"
Maison de la Paix 35, rue Van Elewijck B - 1050 Bruxelles
Tél/fax: 32 (0)2 6485118
mailto:d.gillard@skynet.be
d.gillard@skynet.be
Bruxelles-Belgique
Extraído de a-infos