No creo que ninguna persona laboriosa, sea un albañil, un
carpintero, un agricultor, un investigador, un médico, etc. pudiera resistir
largo tiempo cerrando los ojos a los resultados de su trabajo. Los HECHOS
son siempre la mejor prueba, la única prueba de verificación de que la tarea
emprendida ha dado o no los resultados apetecidos. A partir de estos
resultados se puede corregir, rectificar, mejorar o hasta cambiar
radicalmente los métodos, las herramientas o los sistemas empleados. A
partir de los HECHOS podemos desarrollar nuevas aplicaciones científicas y
hacer de otros sueños futuras realidades.
Cuando los HECHOS son sistemáticamente obviados (OBVIAR:
negar o evitar lo que puede ser contrario) el resultado es la esclerosis
tanto del albañil, como del carpintero, como del agricultor, como del
investigador, como del médico. Obviar los hechos representa la más absoluta
negación a utilizar el mejor instrumento de los humanos: la inteligencia.
Obviar los hechos es el campo abonado para la metafísica .
Para una gran mayoría de los actuales politólogos e
intelectuales, obviar los hechos que acontecen en el mundo, el gran proceso
de destrucción en el que estamos inmersos y el verdadero significado de la
actual crisis, es el pan nuestro de cada día... Así, sus discursos vacíos,
metafísicos y de espaldas a la realidad, van cayendo en el inagotable saco
agujereado de la inutilidad y de la insensatez. El rigor científico con el
que la sociedad aborda sus tareas cotidianas, es necesario que también
impregne cada vez más la sociología, la política, la economía, y a todas
aquellas materias que han intentado explicar e influir en el pensamiento y
en el comportamiento de los seres humanos .
Mil discursos y cientos de páginas escritas para nada.
Cientos de nuevas palabras inventadas, de nuevos recursos morales y
filosóficos, de retórica de buenas intenciones, de frases ingeniosas y
rebuscadas devienen sencillamente en papel mojado.
Los hechos avanzan implacablemente
Y mientras los HECHOS siguen determinando la historia de
los hombres ellos continúan preguntándose por el sexo de los ángeles .
Ellos no comprenden que la Historia recorrida hasta
nuestros días ha sacrificado la verdad, la justicia y los grandes ideales AL
PODER, y siempre ha condenado a muerte a aquellos hombres y a todos los
pueblos para quienes la verdad fue más importante que la ACCION, y la
justicia más esencial que la FUERZA .
Frente a la destrucción del mundo, no es tiempo de
grandes ideales ni de verdades filosóficas. Son momentos en que solamente la
acción decidida de los pueblos puede cambiar el rumbo de la Historia. Apenas
nos queda margen ni tiempo para elegir entre esto o aquello. Solamente
podemos hacer lo necesario o no hacer nada... y esperar sumisamente un gran
periodo de destrucción y aniquilación humana .
Esto que ustedes no entienden y que les puede parecer un
discurso catastrofista, es el auténtico drama humano, (los HECHOS), en el
que viven millones de pobladores del Planeta, de jóvenes sin esperanza, de
niños desnutridos y acosados por pandemias, de hombres y mujeres que no
llegarán a vivir más de treinta y pico de años, de pueblos enteros que se
debaten entre el éxodo o la extinción.. .
Estos hechos son irrefutables y toda la palabrería
moralista para torcer este proceso se ha demostrado absolutamente vana y
fracasada .
Quien no quiera reconocer que estamos en una crisis
distinta a otras crisis vividas anteriormente está ciego. Esta es una crisis
límite .
La crisis del sistema
Ni el robo, ni el saqueo, ni la corrupción, ni la
especulación, auguran ninguna crisis de un sistema económico. Todo esto ha
tenido lugar en todas las épocas y en todos los sistemas sociales aún en sus
momentos de mayor auge y esplendor. Podríamos relatar un sin fin de tales
situaciones, tanto en las dinastías egipcias como en las chinescas, como en
la Roma Imperial, como en el Medioevo, como en la construcción de los
ferrocarriles americanos, como en la expansión colonialista, etc .
Una sociedad sustentada en el "derecho a la propiedad de
unos" (o negación de este derecho a otros) ya ha legalizado de hecho el
robo, el saqueo, la corrupción y la especulación .
Es cuando la sociedad no puede seguir avanzando bajo unas
relaciones determinadas que decimos que el modo de producción está en crisis
y cuando esta crisis es irresoluble podemos hablar de colapso .
Cuando se llega a esta situación se asiste a un cambio
sustancial en la FORMA con la que los sectores privilegiados intentan
conservar el PODER .
La situación actual no es ninguna novedad en la Historia.
Cuando el modelo de producción entra en decadencia, el poder ya no puede
sostener la estructura legal y jurídica (lo que llamamos el Estado de
Derecho) con la que ejerció la sumisión de sus súbditos. Como el "modelo de
producción" (por ineficacia) se transforma simplemente en un descarado
"modelo de saqueo y pillaje" lo que aflora de manera descarnada es el
derecho de la fuerza. Las leyes de la guerra, del saqueo, de la destrucción
y la imposición de la paz de los guerreros, se imponen como los únicos
principios de estabilidad y de orden social .
Cuando esto ocurre se abre un periodo de un gran
retroceso y anquilosamiento de la sociedad. Son procesos de una gran
destrucción .
Cuando el aparato político-militar toma directamente las
riendas de esta nueva estructura del Poder, solo podemos hablar de las leyes
de la fuerza. La burguesía que lideró el modelo de producción capitalista,
con su instrumento: la Democracia, ya ha cedido su mando a un funcionariado
oligárquico, criminal y mafioso, que necesariamente se servirá de un nuevo
instrumento: las legiones. Los 380.000 millones de dólares del presupuesto
de Defensa de los Estados Unidos (pendiente de una nueva petición de aumento
de 35.000 millones) y los 38.000 millones de dólares para un
macrodepartamento de Seguridad Interior en donde trabajarán 170.000
funcionarios (a parte de la CIA y del FBI), no dejan opción a la menor duda.
El Cesarismo ha sustituido a la Democracia. El Senado romano siempre
entendió muy bien lo que sucedía cuando las legiones atravesaban el Rubicón
.
Estas reflexiones generales ya forman parte del discurso
de muchos analistas y estudiosos. Se escribe constantemente del Imperio, del
Nuevo Orden Mundial, de Estados Canallas, de economías destructivas, de
oligarquías mafiosas y criminales, de capitalismo de casino, etc. Pero todo
parece indicar, para algunos, que el problema está en la FORMA en la que un
grupo de cleptómanos malvados y especuladores han relegado a un segundo
término a un capitalismo productivo, tecnológicamente avanzado (que sigue
estando en el centro de la vida económica de las sociedades) y que de alguna
manera misteriosa puede aún aplicar ciertas medidas correctivas
(especialmente morales y éticas) en la producción y la distribución de la
riqueza. Tal vez les refrescará la memoria un párrafo de Malthus sacado de
su obra "Ensayo sobre el principio de la Población" (1798): Quien nazca en
un mundo que ya ha sido objeto de apropiación privada y no tenga medios de
subsistencia ni de sus padres ni de su trabajo, no tiene derecho a que le
mantengan los demás; en realidad, es un ser inútil en este mundo. Ningún
plato le está reservado en la gran mesa de la Naturaleza, La naturaleza
decreta que debe irse, y él no tarda en acatar esta órden. Se trata en
definitiva de "seguir alimentando a este capitalismo productivo de los
valores éticos que promuevan la solidaridad de las naciones y la equidad en
el mundo, frente a un capitalismo de rapiña y de especulación financiera" (Adrian
Salbuchi: "Argentina en manos de la mafia mundial") .
Yo les podría decir que ustedes viven aún en el siglo
pasado. Es probable que las mentes de las élites que gobiernan el mundo
fueran desenmascaradas por cualquier análisis médico o psiquiátrico
riguroso. A buen seguro que no son simples cleptómanos. Pero en todo caso no
son en demasía diferentes (en criminalidad y sadismo) a las mentes que
gobernaban el Antiguo Régimen, por ejemplo. Pero el derrumbamiento del
Antiguo Régimen no puede ser analizado por la salud mental de sus dirigentes
ni por la legitimidad moral o ética de sus instituciones .
La legitimación de un sistema social (la legitimación de
la defensa, la justificación, y el mantenimiento de las leyes que lo
sustentan) tiene un carácter colectivo e impregna en la vida, el pensamiento
y el comportamiento de todos los miembros de la sociedad. Aunque esté regido
por la fuerza necesita imperiosamente ser impuesto por unos y aceptado por
otros .
La ilegitimación del Antiguo Régimen la encontrarán
fácilmente en su incapacidad de desarrollar la máquina de vapor, el
ferrocarril, los nuevos sistemas fabriles, la industria siderúrgica, el
comercio, etc. Es decir cuando el conjunto de relaciones de producción que
constituyen la estructura económica de la sociedad, representan un absoluto
freno para el desarrollo de las fuerzas productivas empujadas imparablemente
por las nuevas adquisiciones del conocimiento humano .
Toda la estructura jurídica y política de la vieja
sociedad sólo se puede sostener, entonces, por la fuerza y la brutalidad .
No me extraña en absoluto que la mayoría de analistas no
alcancen a criticar mas allá de las FORMAS en que se sostienen estos
estadios de gran contradicción entre el modelo económico y el desarrollo de
las fuerzas productivas. Obviar el contenido de esta contradicción no
significa más que obviar el verdadero meollo de la cuestión: las relaciones
de PROPIEDAD que sustentan el modelo económico en decadencia .
Pero esta cuestión parece ser un hecho menor o poco menos
que intocable .
Como es un asunto menor o intocable, no es nada extraño
encontrar aún voces que claman a las burguesía nacionales emprendedoras
(pero impedidas y ahogadas por la fuerza de una oligarquía militarista y
especuladora) para que tomen el mando de un modelo capitalista ético y
equitativo .
Ellos obvian la Historia. Las burguesías nacionales ya
realizaron esta tarea. Unas fueron derrotadas y otras se erigieron en el
liderazgo de la nueva oligarquía mundial que domina el mundo. La Segunda
Guerra Mundial y el derrumbamiento de la URSS ya ha definido con bastante
claridad la composición del Imperio. Las guerras imperialistas ya han
terminado .
Esta oligarquía mundial es el resultado de una gran
concentración de capital industrial y financiero basado en el expolio de los
recursos de la Tierra y en la apropiación de los resultados de una gran
revolución industrial, científica y tecnológica. Globalización e Imperio no
son más que la vertiente económica y política de un mismo fenómeno. Se ha
producido una gran concentración de la PROPIEDAD
Entraría pues en su lógica clamar por la vuelta a atrás
de la Historia: ¡que las burguesías nacionales vuelvan a recuperar la
propiedad sobre sus territorios, de sus industrias, de sus entidades
financieras, etc.
Proponer de nuevo lo que históricamente ya ha acontecido
es simplemente un sarcasmo .
El Mercado Común Europeo, el ALCA y el recientemente
constituido Mercado Africano no son más que intentos desesperados, no para
enfrentarse con esta oligarquía mundial, sino para intentar subirse a su
carro. Con toda posibilidad, estos nuevos mercados regionales se convertirán
en grandes infraestructuras coercitivas (militares y tributarias) al
servicio del Imperio para el expolio de sus ciudadanos. La gran fuga de
capitales hacia los centros del poder es el hecho más significativo .
Toda la ficticia libertad de los mercados nacionales o de
los mercados agrupados para operar y negociar acuerdos comerciales en el
marco de lo que se vino a denominar libre mercado o libre competencia (que
en los mismos EEUU dependía del Capitolio, es decir del poder legislativo
estadounidense), también ha terminado. La nueva ley impuesta por George Bush
(27 de julio), el fast track, permitirá que sea el aparato político militar
que detenta el poder, quien directamente apruebe los acuerdos comerciales de
las empresas norteamericanas. Los grandes lobbys ya no necesitarán actuar
sobre el Congreso y el Senado para que se aprueben políticas favorables a
sus intereses. Bastará la autoridad de Bush .
En cierta manera podemos decir que este modelo de "saqueo
y pillaje" del mundo, va adquiriendo una nueva estructura legal y jurídica
que nada tiene que ver con la que la "honorable y honesta" burguesía
enmascaraba su poder en el siglo XVIII .
Este capitalismo de rapiña, mafioso, destructor y
criminal, no es más que el desenlace histórico inevitable de aquel
capitalismo productivo, emprendedor y desarrollista cuando entra en plena
decadencia .
Pedir a la burguesía que defienda los valores éticos, que
promuevan la solidaridad de las naciones y la equidad en el mundo, es obviar
que esta burguesía ya no existe, que la Sociedad de las Naciones ya hace
años que desapareció y que la Organización de las Naciones Unidas ya ha
quebrado .
La gran concentración de la Propiedad que se ha producido
en las últimas décadas es, en si misma, la realización absoluta del sistema
y es, a su vez, (cuando alcanza los límites absolutos) precursora de su
total agotamiento. Cuando la privatización del mundo alcance su máxima
realización, la crisis ya no podrá ser resuelta dentro de sus propios
espacios .
(...)"Una formación social nunca declina antes que se
hayan desarrollado todas las fuerzas productivas que ella, en toda su
extensión, es capaz de contener y nunca surgen nuevas relaciones de
producción superiores antes de que sus condiciones materiales de existencia
hayan sido generadas en el seno de la vieja sociedad. Es por esto que la
Humanidad nunca se propone realizar tareas que no pueden ser llevadas a
cabo, ya que si analizamos bien las cosas, llegaremos siempre a la
conclusión de que la propia tarea solo surge si las condiciones materiales
de su resolución ya existen de antemano, o por lo menos existen en vías de
formación". (Marx, en el prefacio de la "Crítica de la economía política") .
La inmensa capacidad de desarrollar las fuerzas
productivas que la Humanidad ha alcanzado camina en el sentido contrario al
de la parcelación o individualización de la propiedad. Hace muchos siglos
que caminamos en el sentido contrario. Es ceguera intelectual no comprender
este proceso. La vuelta atrás es impensable: no podemos volver a parcelar
los cielos, los mares, los territorios, los recursos naturales, etc. Nuestro
Patrimonio Común es único e indivisible y la próxima tarea de los ciudadanos
del mundo será sin duda alguna evitar que éste sea nuevamente privatizado
por individuos o grupos de individuos, por naciones o grupo de naciones para
su beneficio privado .
El proceso de concentración que se está realizando dentro
del sistema capitalista, la Humanidad en su conjunto la terminará .
La crisis del trabajo asalariado es la crisis del capital
La crisis del sistema es el final de un proceso histórico
en donde la manera de organizar la producción y la distribución de la
riqueza nos acercan a un callejón sin salida .
Por primera vez en la Historia el trabajo humano es
considerado como un COSTO de producción a eliminar o suprimir. En la
sociedad de esclavos el expolio del trabajo humano era de las 24 horas. En
el feudalismo era prácticamente de sol a sol. En las primeras sociedades
industriales las jornadas laborales alcanzaban de 14 o 16 horas. Más tarde
la reducción de la jornada laboral que impusieron las luchas de los
trabajadores, constituyó un notable descenso del tiempo de trabajo apropiado
(en 1936 en Francia ya se estableció la jornada de 40 horas semanales) fue
recuperada por un incremento muy importante de ingentes masas de
trabajadores asalariados, y en la implantación de sistemas tayloristas de
producción que acompañaron a las constantes innovaciones tecnológicas. Más
fábricas, más trabajadores, incesantes innovaciones tecnológicas y una gran
racionalización del trabajo hizo posible una gran etapa de acumulación
capitalista .
Las crisis cíclicas (ciclos de Kondrayev) no asustaban a
los economistas. El circulo capital-mercancía-capital parecía no
interrumpirse .
Durante todos estos periodos de expansión y de
concentración capitalista ya se dieron los diferentes síntomas de unas
crisis inherentes al modo de producción que de una manera rigurosa ya fueron
analizadas por Karl Marx en el año 1858 en los borradores preparatorios a
"El Capital". La sobreproducción, el paro, las crisis bursátiles, las
guerras destructivas, los procesos migratorios actuales no son ni mucho
menos síntomas novedosos o sorprendentes.
Lo verdaderamente relevante (que el análisis de Marx
desarrolla y anticipa) es la continua desvalorización del trabajo humano en
la medida que el ingenio, la destreza, la técnica, la rapidez, la
perfección... el vertiginoso avance de los conocimientos aplicados que los
seres humanos hemos ido transmitiendo, acumulando y aumentando sin cesar,
los hemos ido depositando en artilugios tecnológicos que pueden producir
mucho más y mucho mas eficazmente. La reducción del tiempo de trabajo
necesario hace inviable que este siga siendo la única medida del valor y la
única fuente de riqueza. La desvalorización del trabajo representa la
desvalorización del Capital por cuanto el círculo capital-mercancía-capital
se ha interrumpido .
Tanto es así, que el trabajador en la actualidad, en la
llamada sociedad de la tercera revolución tecnológica, estará obligado a
trabajar muchas más horas y en peores condiciones laborales que los
antepasados que trabajaban con maquinaria mucho menos adelantada y observará
con indignación que su salario va perdiendo progresivamente su valor de
cambio en la medida que la tecnología se haga cada vez más eficiente .
Este hecho contradictorio no es más que el resultado de
un cambio profundo en las relaciones de producción: el carácter individual
de la fuerza física de trabajo (perfectamente calculable) se ha transformado
en otra fuerza de carácter colectivo (el conocimiento: investigación,
comunicación, información, etc) mucho más eficiente .
La revalorización del Capital ha llegado a sus límites .
Mientras nuestra capacidad de producir ha aumentado de
manera espectacular, NADA EXISTE ni puede existir si no pude ser convertido
en mercancía, es decir sin adquirir un valor de cambio: sino puede venderse
.
Un ciudadano argentino me escribía: ..."En una hectárea
de trigo en la provincia de Buenos Aires se cosecharon once toneladas de
trigo, probablemente un récord mundial. En el año 2001, Argentina produjo 70
millones de toneladas de cereales, o sea dos mil kilos por habitante. Si a
eso le sumas la producción de carne de vaca, ovejas, cerdos, pollos, pesca,
lácteos, frutas y hortalizas, producimos más de 3.000 kilos de alimentos por
habitante por año. Expertos en alimentos calcularon que Argentina, si no
exportara sus cereales podría alimentar a 300 millones de personas. Nuestra
población es de 36 millones (...) Acá no se ara la tierra. El suelo es tan
fértil que no hace falta. Se practica la siembra directa, es el país del
mundo donde se practica más la siembra directa que consiste en eliminar las
hierbas con herbicidas y luego sembrar directamente sin remover el suelo
(...) Más de 7 millones de argentinos en este mismo momento, comen menos de
lo necesario para sobrevivir, o sea están en peligro de desnutrición e
incluso de muerte..." .
Los ciudadanos argentinos continuarán trabajando la
tierra pero seguirán viendo sus graneros vacíos. Ellos no podrán comprar aún
cuando el precio mundial de los cereales seguirá también desvalorizándose
(precios a la baja para el productor y al alza para el consumidor) . Como se
desvaloriza el café, la leche, la caña de azúcar, el cacao, ... el acero o
el petróleo. Cuando los graneros del Imperio estén a rebosar y no necesiten
sus cereales, se quemarán si es preciso sus campos de trigo porque no pueden
existir para su USO, solo existen para el CAMBIO .
Es así como el Capital ha sentenciado a una gran parte de
la Humanidad y es así como continentes enteros se han convertido en simples
reservorios de recursos para un pequeño sector privilegiado de la población
mundial.
Los periodos en donde en estos países expoliados se
intentaba mantener una cierta estructura política, con el intercambio de
materias primeras-armamento con el que sus capataces podían mantener un
enorme séquito de funcionarios y fuerzas represivas para someter a sus
desesperanzados pobladores en la mas absoluta rendición, parece también
haber acabado. Simplemente se ha optado por una selecta y demoledora fuerza
militar vigilante de gaseoductos, acueductos, centros de materias primeras,
etc. que asiste impasible al desmembramiento, luchas fratricidas y
autoaniquilación de los pueblos expoliados. Afganistán y Colombia son dos
ejemplos de ello .
La destrucción
Cuando en la mayoría de los países estamos asistiendo no
solamente a un gran retroceso de procesos de desarrollo anteriormente
emprendidos, sino tambien a una gran destrucción y aniquilación humana (el
PIB de los pobladores africanos es un 30% inferior al de 1980) hemos de
entender que estos HECHOS no son banales sino que corresponden a una manera
determinada con la que el PODER está respondiendo ante la crisis del sistema
.
No es casualidad que el saqueo vaya acompañado
indisolublemente con la destrucción de los medios y de la infraestructura
básica de los países expoliados .
Cualquier guerra, cualquier conflicto religioso,
cualquier plan antiterrorista, cualquier operación humanitaria ... no es más
que la antesala de un futuro saqueo y las trompetas anunciadoras de una gran
destrucción. La guerra de Yugoslavia fue premonitoria. Los expertos
militares aún no pueden explicarse el bombardeo de los puentes sobre el
Danuvio .
Se trata simplemente de abortar cualquier posibilidad de
desarrollo que la demanda SOLVENTE no pueda absorber. La diosa ley de la
oferta y la demanda debería ser invalidada y sustituida por la ley de la
oferta y la demanda solvente. Los alimentos no son para comer sino para
vender, las medicinas no son para curar sino para vender, la música no es
para escuchar sino para vender, el agua no es para beber sino para vender,
.. .
Los conservacionistas llevan razón cuando nos advierten
que haría falta tres Planetas como la Tierra para poder hacer generalizable
el modelo de progreso actual. Pero no existe ninguna razón científica que
pueda demostrar que las necesidades humanas de primera categoría (la
alimentación, la salud, la educación y el cobijo) no puedan ser atendidas
adecuadamente. No existe ninguna razón científica que pueda demostrar que
otras necesidades de bienestar y confort que hemos alcanzado algunas
sociedades industrializadas occidentales no puedan ser una gran parte
también generalizadas .
No existen razones rigurosas que expliquen porque el
nivel de vida de muchos pobladores de la Tierra se esté deteriorando
progresivamente, porque no podemos acortar la jornada laboral, porque las
sulfamidas no lleguen a los niños enfermos de diarrea, ni las vacunas
alcancen a terminar con enfermedades endémicas absolutamente conocidas por
la Ciencia, porque los cereales se vacían de los graneros de los pueblos
hambrientos, porque el agua potable, la luz y el teléfono sean aún
desconocidos por una gran parte de los habitantes de la Tierra, etc .
No existe ninguna razón que pueda explicar que
conocimientos científicos que los occidentales aplicamos desde hace muchos
años sean desconocidos para la mayoría de la población mundial. No existe
ninguna razón que pueda condenar a los pueblos al regreso a la prehistoria .
Todas estas razones no están avaladas por la Ciencia sino
solamente por sentencias bíblicas.
Contrariamente, estamos en condiciones de solucionar
todos estos problemas fundamentales con extrema facilidad. Tenemos los
medios y los conocimientos necesarios para solucionarlos. En realidad
estamos ante una gran crisis de sobreproducción que no es nueva en el
capitalismo pero que ha alcanzado unos parámetros nunca observados en
tiempos pasados y que solamente es solucionable para el Poder con un gran
salto adelante en la producción y el despilfarro de las riquezas en los
territorios imperiales y una gran destrucción en el resto del mundo .
La miseria, el paro y el deterioro de las condiciones de
vida de los pobladores de Derby, de Manchester, de Liverpool, etc
contrastaba con los almacenes repletos de mercancías de la Inglaterra
pionera de la revolución industrial. La expansión imperialista y el reparto
del mundo dio salida a una gran etapa de sobreproducción en donde en un
corto periodo (1830-1900) el comercio mundial creció desde los 300 millones
de libras esterlinas a casi los 5.000 millones .
Las grandes evasiones de Capitales hacia el Imperio no
tienen otro significado tanto si se convierten en Tesoros (depositados en
paraísos fiscales), como si son despilfarrados en grandes obras suntuarias,
como si se invierten en grandes proyectos de investigación o tecnológicos
(que en función del mercado serán aplicados o no) o son quemados en ingenios
militares. Inmensas cifras son apartadas de la producción. La destrucción de
Capitales es el signo más evidente de la incapacidad del sistema para
continuar determinando el desarrollo de la vida social de los hombres .
El mundo que se avecina
Cuando el modo de producción es mantenido por la fuerza y
la destrucción constituye la única posibilidad de su continuidad se abre un
periodo de confrontación social .
Nunca ningún sistema social ha podido detener el proceso
imparable de la vida humana que empezó en el Neandertal y que ha continuado
hasta la civilización capitalista. Nuestra Historia no ha sido rectilínea
pero ha evolucionado en una dirección: del individuo tribal recolector y
cazador, autónomo, independiente, autor de sus propios actos que necesitó
vivir en sociedad y que disputó con otros hombres los recursos de la
naturaleza, al hombre plenamente social. El hombre social fruto de un
proceso histórico colectivo en donde su propia individualidad solo puede
serle otorgada en y por la sociedad .
Los hombres que han detentado el Poder nunca han podido
detener este proceso. Ningún modo de producción que ha determinado durante
un espacio de lugar y tiempo el desarrollo de la vida social, política,
intelectual en general de los hombres y que ha calado en su pensamiento y en
su comportamiento ha sido capaz de detener este proceso .
Nuestras anteriores magmas de culturas, identidades,
formas tribales, patriarcales, feudales, nacionales, precapitalistas... son
fragmentadas, disgregadas, destruidas, olvidadas en un abrir y cerrar de
ojos por la fuerza imparable de este proceso. No podemos volver atrás. Las
llamadas de los recogedores de cadáveres son inútiles: ¡Resucitemos a la
burguesía nacional¡ ¡Resucitemos los partidos políticos¡ ¡Resucitemos al
artesanado¡ ¡Resucitemos la explotación fabril¡ ¡Resucitemos a los
Sindicatos¡ ¡Resucitemos a los reyes y a los césares¡ ¡Resucitemos al Estado
Social¡ ... Palabrería en vano .
No es la conciencia de los hombres la que determina su
existencia, sino su propia existencia social (los lazos que unen a los
hombres en su lucha por la vida en unas condiciones determinadas) la que
determina su conciencia .
Estos lazos los estamos creando constantemente y los
estamos estrechando en razón a los medios y a los conocimientos que
alcanzamos en un largo proceso cada vez más imperiosamente colectivo .
Impedir este proceso es una tarea fracasada .
Nada podrá impedir que estos lazos a favor de la vida y
del bienestar de los seres humanos se estrechen cada día con más fuerza, que
no usemos para el beneficio común la gran revolución científica que hemos
alcanzado, que no usemos los alimentos para comer, las vacunas para curar
nuestras enfermedades, el agua para beber, las fuentes energéticas para
hacer funcionar nuestras fábricas robotizadas, los medios de comunicación
para generalizar nuevos conocimientos, nuevas técnicas, nuevos métodos de
trabajo, que las aportaciones de cada individuo sumen a la gran progresión
geométrica de otras aportaciones (de una ida y vuelta , de un suma y sigue
ininterrumpido),.. Nada podrá impedir que la Humanidad en su conjunto ante
tales posibilidades, que nos abren la puerta a una Historia hasta ahora
desconocida, no se ENFRENTE masiva y decididamente a los sectores
privilegiados que intentan impedir que esta gran revolución se desarrolle .
A los miedosos, asustados y cobardes que no quieren
aceptar que un mundo nuevo está ya en la antesala, al alcance de nuestra
mano (y que solo intentan reformar el viejo o regresar al pasado) no quieren
aceptar lo más evidente, la obviedad más manifiesta: Para que la Humanidad
pueda USAR para su beneficio los medios y conocimientos alcanzados debemos
enfrentarnos sin dilación con la única ley que ha sido intocable e
inamovible a lo largo de nuestra Historia pasada, la ley que todos ustedes,
ciegos del intelecto, omiten en todos sus escritos , discursos y parrafadas:
LA LEY DE LA PROPIEDAD PRIVADA.
Una sola ley, defendida con uñas y dientes, ha de
enarbolar la bandera de los ciudadanos del mundo: LA LEY DEL PATRIMONIO
COMUN.
Solamente de este manera podremos cambiar el rumbo de una
etapa de destrucción y de barbarie a la que la sociedad del Capital nos
lleva irremediablemente. Porque el callejón, no tengan ustedes ninguna
esperanza, no tiene salida .
Josep- Agosto 2002