as
organizaciones e instituciones que sirven como medios de control y de
dominio para los globalizadores pueden dividirse en dos niveles (mundial y
nacional) y clasificarse en cuatro tipos (económicas, políticas,
sociales/ideológicas y militares).
Algunos autores, mencionan que las organizaciones e
instituciones a nivel mundial están conformando un Estado Global o
Sistema Mundial, en el cual el G-7 integra su gabinete, mientras que
su estructura ejecutiva esta formada en lo económico por el Banco Mundial
(BM), el Fondo Monetario Internacional (FMI), la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y la Organización Mundial de
Comercio (OMC); en lo político por la Organización de las Naciones Unidas
(ONU) y su Consejo de Seguridad; en lo social e ideológico por la ONU y su
Asamblea General, así como por la Organización de las Naciones Unidas para
la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), el Programa de las
Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), el Programa de las
Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), y la Organización Internacional
del Trabajo (OIT); y finalmente en lo militar por la Organización del
Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
De esta manera, las organizaciones e instituciones a
nivel nacional se integran de manera subordinada al Estado Global o
Sistema Mundial que actualmente se encuentra al servicio de los
globalizadores. Las acciones que llevan a cabo cada uno de los elementos
de dicho sistema responden, en la mayoría de los casos, a las necesidades
y los intereses de los globalizadores; por ello, el desafío que enfrentan
los globalizados de América Latina y del resto del mundo consiste en
desarrollar una estrategia que les permita poner al Sistema Mundial a su
servicio. [...]
Raúl Pérez Ríos