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Aquellas
y aquellos que quieran leerse el acuerdo recién firmado por los sindicatos
que se autoproclaman más representativos sobre la función pública, tendrán
que aprovisionarse convenientemente de las famosas sales de fruta para
digerir la cantidad de palabros del estilo de: modernización, mejora,
orientación, calidad, consecución, niveles, eficacia, eficiencia,
objetivos, rentabilidad, instrumentos, procesos, conciliación, y más y más
y más. Palabras que según los mismos firmantes del acuerdo representan una
serie de mejoras mínimas sobre una situación lamentable. Situación que,
como se afirma ya en el segundo párrafo del susodicho acuerdo, parte de la
finalización del proceso de transferencias, como bien deben saber todos
los gobiernos autonómicos, pues según alguno de los sindicatos firmantes,
insisto, se ha tenido especial cuidado en no herir ese tipo de
susceptibilidades.
Ya pasó con el decretazo y
la huelga del 20-J, que tras una posición de fuerza por ambas partes, la
administración se avino a negociar ocho puntos "irrenunciables" que
quedaron en siete mal contados si leyésemos bien el resultado alcanzado,
luego llegó Paco, en el parlamento, con la rebaja, y vete tu a saber en
qué quedó aquello tan irrenunciable, eso sí, los sindicatos demostraron
que los tienen bien puestos, puestos a buen recaudo.
Igualmente, en el nuevo
AASMMA (Acuerdo Administración-Sindicatos para la Modernización y Mejora
de la Administración Pública) básicamente la administración podrá hacer lo
mismo que le permitía la ley 14/2000 tan protestada en su momento, sólo
que, negociándolo o comunicándolo a los sindicatos (según el párrafo en el
que nos encontremos aparecerá una u otra palabra), aunque la experiencia
nos indica que estas mesas de negociación a veces no llegan ni a mesas de
información.
En lo que respecta al
salario seguimos en la mismas, ni revisión salarial, ni recuperación del
poder adquisitivo perdido en más de quince años. Cuando lees que el
gobierno augura un 2% de aumento del IPC o que los sindicatos firmantes
preveen ese mismo porcentaje para el 2004 (debe de ser ya una tradición),
te queda un regusto amargo en lo más íntimo,. Aznar y Rato no tienen ni
vergüenza, ¿Cuántos millones de españoles vamos a tener que seguir oyendo
eternamente el mismo cuento?. Puestos a decir, aquí y ahora anunciamos un
0%, y a ver quién da más.
Otro año a perder poder
adquisitivo, y otro año en el que las diferencias de salario entre
compañeros aumentan, poco eso sí: a ello sólo se destinarán un 0,71% para
complementos de destino, un 0,59% para productividad, eficiencia,
eficacia,... digitales (a dedo). Además contamos con un aumento hasta el 1
% de acción social (mayor facilidad para organizar equipos de futbito) y
el establecimiento del 0,49% para un futuro fondo de pensiones. Más
complementos igual a menos sueldo, más productividad igual a menos sueldo,
más acción social igual a menos sueldo, fondos de pensiones igual a menos
sueldo, igual a más diferencias entre compañeros. Si eso es lo que quieren
negociar los sindicatos firmantes, ¡viva su solidaridad y conciencia de
clase! Luego que no vengan a protestar con que los funcionarios no nos
movilizamos. Su misión, la que están aceptando y firmando es la entrar en
el reparto, junto con la administración, de las migajas que permitirán a
unos pocos llegar mejor a fin de mes. La única homogeneización salarial
que se propone, es a la baja, para redimir el pecado cometido por alguna
autonomía al intentar compensar la interminable pérdida de poder
adquisitivo.
Llegados aquí, lo del
horario casi es lo de menos, trabajar 30, 35 o 40 horas, qué más da, si la
clase trabajadora en el conjunto del estado se tiene que plantear volver a
la reivindicación de las 40 horas semanales, de qué nos quejamos las y los
privilegiados del horario mañanero. Pero, si todos los trabajadores
envidian, o envidiaban, nuestra situación, ¿porqué no incluir la jornada
continuada en todas la negociaciones habidas y por haber?, pero eso sería
reivindicativo, por no decir revolucionario, y estos sindicatos ya se sabe
de qué pasta están hechos, en suma, otra homogeneización a la baja.
Otra diferencia que se
establece entre compañeras y compañeros: si tienes 15, 20, 25 o 30 años de
antigüedad en la administración, tienes derecho a un día, dos, tres o
cuatro de vacaciones más que el resto, un regalo que te llega tras
incontables
días de aguantarlos a unos y a otros.
Preguntad a vuestros
dirigentes sindicales por el resto de las mejoras logradas, a esos que
votáis cada cuatro años, seguro que se les llenará la boca de maravillosas
nimiedades. Los pesimistas vemos otro año perdiendo poder adquisitivo, más
enchufismo y por algún lado medio oculto entre "modernización",
"homogeneizar" o "propósito compartido", más comisiones, más dietas y más
horas sindicales para los liberados, y por supuesto, más formación
continuada.
Javier Montes
Nucli Confederal de Ponent
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