| |
|
|
|
Como era de esperar
sigue Sintel |
|
El 5 de
noviembre, más de 300 antiguos trabajadores de Sintel se concentraron en
Madrid ante la sede del PP para protestar por el incumplimiento de los
falsos acuerdos que, en su día y para hacer desaparecer el campamento que
toda la plantilla había levantado y mantenido durante seis meses en el
Paseo de la Castellana, fueron tomados por el Ministerio de Trabajo,
Telefónica y CCOO-UGT y que consistían en prejubilar a 800 obreros y
recolocar en filiales de Telefónica a otros 800 en condiciones de
precariedad con relación a su estatuto anterior. Y decimos que era de
prever y nosotros así lo previmos entonces, dado que, según el viejo
adagio popular, aplicable a varias circunstancias, "prometer hasta meter",
y dada también la catadura de los firmantes, sólo la traición y el engaño
podía esperarse de semejante contubernio. La protesta ante la sede del PP
está muy bien como guarida que es de la banda principal de expoliadores,
pero debe repetirse y hasta intensificarse ante las sedes de todos y cada
uno de los firmantes, y, fuera de ello y dado que los expoliadores siempre
van a eso, a expoliar, la enseñanza fundamental ha de ser que toda
confianza puesta en los Comités de Empresa y en los sindicatos de donde
proceden es una confianza echada a perros, pues, recibiendo éstos dinero
del Estado y dependiendo de él su propia existencia, no hacen sino
plegarse sistemáticamente a las imposiciones de la Patronal y de su
aparato de dominio que es el Estado.
Redacción |
|