El bulevar de las putas viejas
está más triste que nunca
desde la policía decidiera
dejar huérfana a la noche.
Yo que pinté de rimel
la bandera de mi patria
y que hallé asilo político
debajo de sus bragas
Estoy triste,
más triste que nunca
sin ver a las viejas putas
desde mi ventana
Las veía en París
reinando en la aceras
vistiendo a la noche
con piel de pantera.
A todas las he amado
sin osar tocarlas.
Pero ya no las veo
desde mi ventana.