, mediterráneos y
conflictivos que han buscado reflotar sus alicaídas economías en base al gas. La
construcción de ductos ha generado disputas internas y en ambos países ha estado
activa una misma multinacional.
Se trata de la Pan American Energy, un consorcio entre la
antigua British Petroleum y la corporación argentina Bridas. La PAE tiene
inversiones en los pozos de Tarija. Esta, British Gas y la española Repsol-YPF
son quienes están queriendo invertir $ 5,000 en ductos y plantas que lleven el
gas desde el sur boliviano (donde está una de las reservas más ricas del
hemisferio sur) a California vía un puerto chileno o peruano.
En Bolivia hay una serie de enfrentamientos acerca de cómo y
por dónde debería exportarse el gas. Los contratos con la PAE, BG y Repsol han
sido cuestionados por razones económicas o por querer favorecer una salida por
Chile, que es objetado por un amplio sector de la población.
Lo que es poco conocida es la historia que ha tenido uno de
los 2 componentes de la PAE, la empresa Bridas, en el conflicto afgano. Esto es
algo que veremos en el presente artículo.
Una multinacional argentina tras los talibanes
De la Guerra afgana se ha hablado mucho pero poco se conoce
de la participación de una multinacional argentina en dicho conflicto y en
apuntalar inicialmente a los talibanes así como de la camuflada guerra por
Afganistán entre la multinacional argentina BRIDAS y UNOCAl, el doceavo
consorcio petrolero estadounidense UNOCAL. Ambas se enfrentaron por la
construcción del gasoducto afgano por el que debería fluir los hidrocarburos del
Asia Central hacia Occidente. La corporación argentina de la familia Burleghoni
quiso transformarse en la mayor inversionista que jamás antes haya tenido
Afganistán. Su planeado gasoducto hubiese permitido un ingreso de más de cien
millones de dólares anuales para el tesoro de un país que apenas exporta 5
millones de dólares mensuales. Mas, para hacer ello, BRIDAS debía apuntalar a la
dictadua talibana tal y cual lo hicieron previamente con la de Videla.
La batalla por los nuevos yacimientos de oro negro
Las reservas de crudo del Mar Caspio representan alrededor
del 5% de las que hay en el mundo. Sin embargo, son las menos explotadas y
exploradas que hay y las que tendrían mayor potencial. Durante más de 7 décadas
éstos fueron solamente utilizados por y para la Unión Soviética. Al destruirse
ésta y su sistema económico basada en una economía planificada no capitalista,
ocho nuevas repúblicas asiáticas emergieron abriéndose al mercado y a las
inversiones transnacionales occidentales. Una carrera por explotar y transportar
el oro negro de la región cáspica fue enfrentando a diversas multinacionales
conllevando a una serie de luchas de poder en los nuevos miembros de las
Naciones Unidas.
La principal ruta para los gasoductos que conecten Bakú con
occidente vía el Mar Negro pasan por zonas que dichos combustibles inflaman.
Azerbaiján ha estado en guerra con Armenia. Chechenia, donde debe pasar el ducto
y una refinería, y otras zonas aledañas caucásicas y el este turco son
polvorines. El nuevo país que más ha venido dependiendo de la producción y
exportación del oro negro es Turkmenistán. Esta nación semi-desértica de apenas
4 millones de habitantes se postula como el nuevo Kuwait post-soviético.
En los noventas la única ruta directa que tenía el gas
turkmeno para fluir hacia occidente era vía el gasoducto iraní. Mas, EEUU no ve
con buenos ojos a uno de los que Bush tilda como ' ejes del mal ' . En 1999 se
firmó un contrato para que un consorcio estadounidense construyese un ducto que
lleve hidrocarburos turkemenos vía Azerbaiján y Turquía.
Sin embargo, la principal tentación que podría tener EEUU
para sacar el gas turkmeno hacia el exterior era vía Afganistán para que
desembocase en los puertos de su aliado Pakistán, el mismo que es uno de los
países más poblados del mundo y que puede ofrecer ductos hacia todo el
subcontinente indio donde vive más de un cuarto de la humanidad. En 1994 la
compañía argentina BRIDAS fue la primera en proponer dicho ducto y un año
después la multinacional estadounidense asentada en la Texas de Bush plantearía
un proyecto similar.
Bridas
Bridas ha sido la tercera compañía petrolífera Latino
Americana. Tiene gran experiencia en la construcción de tubos en zonas
climáticas heladas como la Patagonia. A inicios de los 1990s serían pioneros en
Turkmenistán donde descubrirían pozos, crearían ductos y luego entrarían en
distintos litigios con su dictador Nuyazev. A fines de los 1990s BRIDAS hizo una
coalición con Amoco y British Petroleum para dar paso a Pan American Energy. En
ésta BRIDAS tenía el 40% de las acciones mientras que los británicos poseían el
60%. La BP tiene numerosas inversiones en Latino América y en Colombia han sido
denunciados por organismos de derechos humanos por financiar a los paramilitares
para asesinar activistas. El consorcio argentino-británico PAE es la segunda compañía
energética en Argentina y controla la mitad de la Empresa Petrolera del Chaco,
que exporta el gas boliviano. El PAE posee, además, un ducto que une Argentina
con Uruguay y varias plantas procesadoras como la brasilera de Río Grande donde
llega el gas boliviano. PAE tiene ambiciones sobre todo el conos sur, incluyendo
Perú y un posible ducto que lleve el gas boliviano al pacífico vía Chile o
Moquegua. Bridas inicialmente fue el dueño de Astra, una petrolera que sería
comprada por Repsol. Hoy esta compañía española se ha convertido en la principal
petrolera de Argentina. Repsol, PAE y Shell están asociadas con la explotación
de varios yacimientos argentinos.
Entre 1995 y 1996 Carlos Burgheloni se la pasó nueve meses
viajando en su jet privado entre Washington, Moscú y el Asia Central. El y su
equipo se sentaban con diversos jefes tribales afganos y centro-asiáticos.
BRIDAS y UNOCAL vieron con simpatías como los talibanes entre 1994 y 1996
llegaron a tomar el 90% de Afganistán. Para ambos este movimiento puritano
autoritario era el que mayor podía estabilizar dicho país y establecer un
régimen teocrático como el de la península arábiga con lo cual se podría garantizar
la construcción del anhelado gasoducto.
Mas, a fines de 1995 el dictador turkmeno Niyazov firmó un
acuerdo con UNOCAL y la multinacional saudita DELTA. Henry Kissinger estuvo
envuelto en dichas negociaciones como asesor de la UNOCAL. Burgheloni furioso
llevó a la corte a UNOCAL y DELTA acusándoles de haber robado sus planes. El
gobierno pakistaní de Bhuto se puso de lado de los argentinos mientras que
Clinton amparaba a sus conacionales. Al final el juzgado estadounidense se lavó
las manos diciendo que las leyes que regían dicha disputa no eran parte de su
jurisdicción. En Septiembre 1996 los talibanes capturan Kabul y BRIDAS en su
guerra comercial contra UNOCAL plantea estar en mejores condiciones que sus
rivales tejanos para construir el ducto. Esto debido a que no necesitaría
préstamos internacionales y a que se estaba asociando con la compañía saudita
Ningarcho, tan cercana al Príncipe Turki, quien inicialmente llevó a Bin Laden a
Afganistán y quien fue hasta recientemente el poderoso jefe de la inteligencia
saudita, la misma que canalizó el mayor apoyo financiero para los talibanes. El
conflicto entre las petroleras argentina y estadounidense también repercutía en
una lucha interna entre dos clanes de la familia real saudita. Cuando el
gobierno de Bhuto fue remplazado Pakistán se fue inclinando a favor de la
multinacional estadounidense.
Una guerra sin vencedores
UNOCAL se perfilaba como el mayor postor para el gasoducto.
Estaba protegida por Washington y ligada al gobierno republicano tejano de
Bush y a
Kissinger. Los republicanos solo llamaron a deponer a los talibanes en los
últimos meses. Sin embargo, hasta el ultimo no dejaron de mostrar una
predisposición a congraciarse con el Mullah Omar.
El razonamiento de las petroleras estadounidenses, como la
UNOCAL, es que una autocracia islamista conservadora como la talibana no era un
mal. Es mas, sus mejores inversiones en el golfo pérsico habían sido hechas con
emiratos que tenían sistemas teocráticos similares.
El problema que tenía UNOCAL para invertir en Afganistán es
que para ello se requería de un reconocimiento previo de Washington hacia los
talibanes. Mas, ésto no era fácil debido a la hostilidad que había en muchos
feministas y demócratas norteamericanos a las prácticas talibanas. BRIDAS, en
cambio, ofrecía al Mullah Omar y a los distintos caudillos afganos la
posibilidad de iniciar la construcción del gasoducto sin tener que suscribir
ninguna concesión a los derechos humanos. BRIDAS se había gestado durante la
dictadura argentina y no se supeditaba a la política de EEUU.
A fines de 1998 UNOCAL se retiró del consorcio pro-gasoducto
afgano. La caída de los precios petroleros y las concesiones de Clinton hacia
los grupos de presión anti-talibanes le obligaron a ello. Sin embargo, la
multinacional argentina no pudo sacar provecho de ello. Afganistán iba ganando
la reputación de ser un nido para Bin Laden y un país próximo a estallar.
En el 2002 cuando el poder ha vuelto a los viejos caudillos
militares afganos que guerrearon entre sí y que fueron depuestos por los
talibanes, existe la posibilidad para que se vuelva a desempolvar el proyecto
del gasoducto. Esta vez, otros consorcios, incluyendo rusos o australianos,
podrán entrar a tallar en la disputa por ver quien será el que más saque
hidrocarburos desde el Asia Central.
La PAE ya no pone sus ojos tanto en Afganistán. Ahora una de
sus principales inversiones la está colocando sobre otra altiplanicie, pero en
el cono sur. Al igual que en el caso afgano la pelea por los beneficios anima
tensiones internas.