ámaras por
todos lados Si viaja a NY sonría Como si no hubiera razones suficientes para
andar con cautela por estos días en Nueva York, usted puede dar ahora un
paseo por el centro con el guía turístico Bill Brown, quien le brindará aún
más motivos para estar nervioso al mostrarle las miles de cámaras que
vigilan las calles de la ciudad.
"Soy sólo una persona común que trata de averiguar lo que
ocurre en esta ciudad que tanto quiero", explica Brown, que es nativo del
barrio de Brooklyn. "No creo ser paranoico, creo que los paranoicos fueron
los que llenaron las calles de cámaras".
Brown, de 43 años, defiende enérgicamente el derecho a la
privacidad, trabaja ocasionalmente como actor, es editor independiente de
medios gráficos y desde hace dos años ha decidido dirigir los domingos
algunos recorridos gratuitos a pie por las zonas de Manhattan en las que hay
más cámaras de vigilancia.
Durante su recorrido por zonas como el Times Square,
Chelsea, las Naciones Unidas, el parque de la Plaza Washington y la Quinta
Avenida, Brown informa a los paseantes que hay casi 5.000 cámaras observando
lo que ocurre en las calles de Manhattan. Y esas son únicamente las que él
puede ver.
Parado en la Calle 16, entre las avenidas Octava y
Novena, señala 16 cámaras, algunas giratorias, otras en forma de cono y
algunas más dentro de una caja. La mayoría son fáciles de detectar.
"Esta manzana es como un museo al aire libre observado
por distintas cámaras", afirma.
Señala que el 90 por ciento de las cámaras de vigilancia
en Manhattan pertenece a compañías privadas preocupadas por proteger sus
propiedades y por reducir el costo de las pólizas de seguros.
Otras, según él, son cámaras de la policía, como una
ubicada en la Octava Avenida y la Calle 14, que a primera vista parece un
farol.
La policía no desmiente la aseveración, pero tampoco
emite mayores declaraciones. "No hacemos comentarios sobre ningún asunto
relacionado con la seguridad", señala el agente John Sullivan, un portavoz
policial.
En un domingo reciente, Brown bailoteó frente a una
cámara, sosteniendo en alto un ejemplar de la Constitución, que según él
prohíbe este tipo de vigilancia. Luego pegó en el poste que alberga la
cámara un mensaje que decía: "Usted está siendo observado, note la cámara de
vigilancia".
Realizó acciones similares frente a las cámaras
emplazadas en los semáforos de la Novena Avenida y la Calle 20, y también
afuera de una oficina de American District Telegraph (ADT), una empresa
fundada hace 130 años que suministra sistemas electrónicos de seguridad.
¿Privacidad o precaución? Desde luego, las cámaras no
molestan a Robert Volinski, gerente de ventas de ADT en Manhattan, quien
informa que la industria de la vigilancia mediante circuito cerrado de
televisión crece a un ritmo del 15 por ciento anual. Las compañías instalan
cámaras principalmente para que sus empleados sepan que alguien los observa
y para observar a su vez la actividad dentro de las instalaciones y
alrededor de ellas, explica Volinski.
"Puedo mostrarles a ustedes el equipo mediante el cual es
posible ver lo que ocurre en las oficinas de una empresa en Puerto Rico o
California, para no mencionar siquiera lo que pasa en la puerta principal de
su propia casa", asegura el ejecutivo.
Los recorridos de Brown atraen sólo a unas cuantas
personas. Según el activista, incluso en sus mejores días reúne sólo a una
docena de interesados. No paga publicidad, pero publica algunos escritos en
los diarios locales y promueve los recorridos mediante su página en
Internet.
Pat Volpe, un residente de Brooklyn que solicitó el
recorrido tras ver la página, se manifestó indignado por la vigilancia. "Es
molesto. Es sintomático sobre la invasión hacia nuestras libertades civiles
y nuestra vida privada", alegó.
En el mismo grupo que toma el recorrido hay un equipo de
la televisión alemana, que retrata a Brown como una voz solitaria de
disgusto contra la ley aprobada después de los atentados terroristas del 11
de septiembre, que amplió las facultades de vigilancia del gobierno.
Brown afirma que sus recorridos se basan parcialmente en
una lista de cámaras compilada por la Unión por las Libertades Civiles en
Nueva York.
"Cuando uno no puede caminar por una calle sin que
alguien lo capte con una cámara, uno pierde su anonimato, su vida privada,
ya sea que (la vigilancia) provenga del gobierno o de grupos particulares",
afirma la directora general de la Unión, Donna Lieberman.
"La línea entre ambos (el gobierno y los grupos privados)
se borra cuando el secretario de Justicia de Estados Unidos insta al pueblo
por televisión a que espíe a sus vecinos", lamenta Lieberman, sobre el nuevo
Sistema de Prevención e Información sobre el Terrorismo (TIPS).
Todos, según Brown, adolecen de algo que quisieran
guardarse para sí mismos, ya sea una cita amorosa, una opinión política, un
llanto o una caída al estar borracho.
Hablando en defensa del TIPS, el jefe de Seguridad
Interna de Estados Unidos, Tom Ridge, señaló recientemente que el programa
no pretende ser una intrusión en la vida privada de los estadounidenses.
"Sólo queremos que la gente use su sentido común",
aseguró Ridge. "El presidente (George W. Bush) sólo quiere que la gente esté
alerta y atenta...
No les pedimos que espíen a los demás".
Brown no está seguro de eso.
Una gran cámara, que apunta con sus lentes hacia abajo en
la Calle 16, le resultó particularmente molesta durante un recorrido
reciente.
"Es como un ave de rapiña", concluyó.
Enviado por Akraton