Seres multicelulares
vertebrados
mamíferos...
se nos parecen
más de lo que pensamos
y
ahora
bien alimentadas
con nuestra basura
asoman su nervioso hociquillo
fuera del retrete
intentando arrebatarnos
la supremacía
sobre los demás seres vivos
que tan duramente hemos ganado
en esta gran letrina que fuimos construyendo
durante siglos
sobre este planeta
Ratas...,
hace una semana que vengo estudiando
a 4 ó 5 de ellas
que se pasean por delante de mi coche
donde suelo meterme cuando paro a descansar
y a comerme un bocadillo
en el trabajo
por las mañanas.
Al principio me daba asco contemplarlas,
la comida me sabía como a su propia carne,
pero,
ahora,
hasta me divierte verlas
royendo los bajos de los coches de mis compañeros
que hay en la zona de aparcamiento,
como si quisiesen emularme,
guareciéndose dentro de ellos,
y se me despierta cierto ambiguo y gozoso sentimiento
paterno-filial
no exento de sadismo,
viéndolas como devoran,
hambronas,
los grandotes y grasientos cebos envenenados que les he
puesto
por doquier.
Ratas...,
observo,
orgulloso,
las migajas que han quedado donde antes había
lustrosos bocados amarrados en los troncos de los setos
y las venero cuando se introducen dentro de algún agujero
para morir allí
¡Se parecen tanto a mí!