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Problemas comunes, esencia común. Jesús Lizano
sobre nuestro común denominador ......................... 24
Opinión
cnt
n°297 enero 2004
2
222
Manuel Ibrahim Pérez
D
e pasada -no es el objeto de este
artículo- para ilustrar el uso, cuan-
to menos poco inocente, del len-
guaje compararemos dos titulares
de El País del día 1 de diciembre
de 2003. El primero, página 16, es: "Cacería
de españoles en la carretera de Bagdad" y el otro,
página 2, "Soldados estadounidenses matan a
46 iraquíes al repeler dos emboscadas al norte
del país". Unos días antes, en la página 5 de El
País del 29 de noviembre, el titular es: "Soldados
de EE.UU. ametrallan por error a dos niñas ira-
quíes". La pregunta que cabe hacerse es: ¿Cuán-
tos iraquíes tienen que morir para merecer un
titular que diga"Los marines se van de mon-
tería y se cobran 48 piezas todas ellas iraquí-
es"? ¿Valen más siete agentes del CNI que
cincuenta civiles? ¿Por qué los espías son "víc-
timas del terrorismo" y los otros, en masa,
unos muertos sin importancia? ¿Por qué se
sustituye la palabra "asesinar" por "ametra-
llar" en el tercer titular? ¿Es más suave? ¿Sigue
habiendo clases aun después de muertos? ¿Quié-
nes son los terroristas en esta fábula absurda
que se escribe con letras de sangre?
La pregunta es hora de formularla cruda-
mente: ¿A cómo va el kilo de carne humana?
La de agente español un titular impactante,
la vida de dos niñas iraquíes... ¿Cuánto vale
la carne de un niño iraquí?
El verdadero motivo de este artículo es hacer
una defensa de las acusaciones de antisemitis-
mo que dejan caer los medios de comunicación
los últimos días del mes de noviembre contra
los que se oponen a la política del Estado de Isra-
el. Porque esa política permite derribar casas,
arrancar olivos, condena a la miseria a mucha
gente y, en última instancia, está causando
mares de sangre. Es fácil que una persona media-
namente sensible se oponga a esa política, a ese
genocidio, que sigue el Estado israelí. Y no por
que "Europa se reencuentre con el fantasma
del antisemitismo" o "en España haya un ima-
ginario colectivo en el que hay elementos anti-
semitas inflamables en ciertos momentos".
En El País del domingo 23 de noviembre
de 2003 -página 3- la comunidad judía de
España dice sentirse "asediada". Hay muchos
grupos de ultraderecha -que aún no están en
el gobierno- en este país que seguramente
sean los responsables de esas pintadas así
como de las amenazas, etc. El presidente de la
Comunidad Judía de Madrid, Jacobo Israel Gar-
zón, tiene derecho a denunciarlo. Incluso a
decir que "el rechazo a la política israelí se
convierte en rechazo a los judíos a través de
falsedades del idioma". Que lo diga. Y que nos
dejen a los demás responderle. Esa frase de J.
I. Garzón, traducida, viene a decir que por
culpa del pobrecito lenguaje, al criticar el muy
criticable régimen israelí, se está haciendo
antisemitismo.
Antisemitismo. La palabra trae automáti-
camente a la cabeza desfiles con antorchas en
Nüremberg. La "trampa" del lenguaje la está
haciendo el señor Garzón. Y, no sé si de un
modo deliberado, hace defensa de la política
israelí al insinuar que no debe ser criticada
porque se recordará la posibilidad de que esas
críticas tengan tintes antisemitas lo que, de ser
cierto, las privaría de valor moral. Pero basta
de hipocresía, de confundir el culo con las
témporas. No hay nada de antisemita en decla-
rarse enemigo del estado de Israel, pues las
objeciones no van contra los semitas sino con-
tra los actos delictivos de los que dicen repre-
sentarles, defenderles. Por eso acusan a sus
detractores con lo que pueda asustar a sus
supuestos defendidos. El estado de Israel, cual-
quier estado a decir verdad, se sostiene por el
miedo. Y por la violencia. Creo que no es nece-
sario explicar qué diferencia hay entre ser
antisemita y ser contrario a los ejércitos del esta-
do que sean, a las políticas de opresión y masa-
cre de los pueblos. Lo que se entiende por
pacifista, vaya.
En España, en Europa, hay otros colectivos
que, con igual o mayor razón, también pueden
declarar sentirse "asediados".
En El País del mismo día (23-11-03) se infor-
ma de una redada masiva de inmigrantes en
Costa Polvoranca. Cincuenta detenidos y mil qui-
nientos registros a las personas. Y a los que
se resistían o protestaban, palo. Policía nacio-
nal, municipal, antidisturbios y lo que haga
falta. Es una práctica habitual -el sábado noche-
de la Policía. Ha habido ya, al menos, tres reda-
das de estas características. La Jefatura Supe-
rior de la Policía de Madrid asegura que "son
medidas normales".
Pero lo mejor llega al día siguiente, 24 de
noviembre, en El País. Agresiones impunes en
El Ejido. "Me voy porque la gente aquí es mala",
dice uno de los agredidos. En la página 28 un
centro de internamiento para 250 inmigran-
tes que van a abrir en Canarias. Una escueta
información dice que una persona se ha aho-
gado tratando de llegar a nado a Ceuta. Son
muchos los que se ahogan en el Estrecho o
camino a Canarias. Hay fosas comunes para
los que no son identificados.
Sólo a algunos enfermos morales se les ocu-
rre decir que se queden en su país, sólo a
alguien muy cabrón que le gusta ser llamado
racista. A las personas normales no nos gusta.
La decencia, la dignidad, pasa por saber absur-
do que haya alguien superior o inferior a nadie
por nada, y menos por la raza.
Cuando te acusan de eso, una persona nor-
mal se siente ofendida. Si no lo eres y te lla-
man antisemita lo primero que te sientes es muy
ofendido y de la misma rabia te callas. Ésa es
su estrategia. Ésa es su trampa del lenguaje.
Tú, persona razonable y con sensibilidad,
estás contra el empleo de la fuerza. Y el que
emplea la fuerza, encima, te acusa a ti que te
opones a sus crímenes. Eso es desfachatez, eso
es ser un genocida y querer, además, ser feli-
citado, que las víctimas, encima, te den las
El precio de la carne... humana
- He quedado con unas chicas al salir del colegio.
- ¿Son de este país?
Conversación de dos niños en un autobús.
Estamos en tiempos en los que los medios de comunicación son la voz de sus amos -imperios editoriales,
televisivos, industriales, etc.- y ejecutan, conforme a sus intereses, las campañas que les ordenan. Estas
campañas de lavado de imagen delatan la propaganda en que, a menudo, se han convertido los medios de
comunicación. Incluso un periódico de referencia, de fama "liberal" como El País
Sharon, su ejecutivo, el
ejército, los empresarios
de las armas y la
seguridad no son el
pueblo de Israel. Son tan
enemigos de los israelíes
como de los palestinos.
Son enemigos de la raza
humana. Esos oligarcas,
esos asesinos que no
pueden querer la paz
porque la guerra, el
exterminio, es su negocio,
tratan de insultar a la
gente que lucha cada día
por desmontar esa
militarización. Es llamar
asesino a los pacifistas, a
la gente que trata de
construir cosas
GEORGE GROSZ. Del libro "Das Gesicht der herrschenden Klasse: 57 politische Zeichnungen" (El rostro de la clase dominante: 57 dibujos políticos). Malik Verlag, 1921.
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