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cnt
n°297 enero 2004
Sindical-laboral
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Conflicto en Astilleros
Sección sindical de CNT en IZAR-Pto. Real
A la hora de hablar de un tema tan extenso
como el de la industria y reconversión naval,
con todas sus variantes: sindicales, económi-
cas, laborales, de conflictividad, etc. es im-
prescindible hacer una breve introducción para
conocer el punto de partida, el camino reco-
rrido y dónde nos encontramos ahora.
Perspectiva histórica.
La reconversión naval da sus primeros pasos el
año 1977 pero no es hasta la entrada del go-
bierno socialista cuando se acomete de una
forma directa, y en algunos sitios de forma
brutal con cierre de factorías, conflictividad y
represión policial.
Esta reestructuración del sector naval, que
se produce a la sombra de una crisis en la de-
manda de construcciones, acomete directa-
mente dos razones fundamentales: por un lado,
se exige una reducción de la capacidad con res-
pecto a nuestros vecinos europeos y a un reparto
de las cuotas de construcción, por el otro, ha
llegado la hora de acometer una reforma labo-
ral que se va a convertir en permanente, don-
de paulatinamente se irán reduciendo puestos
de trabajo y derechos adquiridos en aras de una
consolidación del sector que nunca ha llegado.
Como cualidad de estos acontecimientos es
la posición de los sindicatos mayoritarios, tan-
to UGT como CC.OO., donde lejos de negar los
argumentos, hay una aceptación de crisis del
sector y la necesidad de reducción de astille-
ros y plantillas. La negociación es considera-
da como el eje principal y el marco de
negociación será el de cada empresa en su ám-
bito. Se facilita al gobierno una dispersión de
conflictos, debilitando una causa y solución
común. La salida será la de tomar medidas no
traumáticas (prejubilaciones, bajas incentiva-
das), aunque la suerte es desigual y dará lu-
gar a despidos y cierre de astilleros.
Con respecto al Astillero de Puerto Real,
como no podía ser de otra forma, y haciendo
bueno eso de la reconversión permanente, he-
mos ido sobreviviendo durante estos años a
cambio de ir perfilando convenios con pérdi-
das sociales y retrocesos en derechos labora-
les y todo, para ser dignos de merecer algunas
contrataciones que se producían cíclicamente.
Divide y vencerás.
Después de haber ganado, hace más de vein-
te años, la batalla de la integración (donde
una inmensa cantidad de trabajadores obtu-
vimos el derecho a formar parte de la planti-
lla de astilleros) observamos, durante estos
últimos tiempos un proceso, a la inversa, de
cómo aquellos puestos de trabajo que se per-
dieron en la reconversión, se están transfor-
mando de nuevo en puestos en precario, con
unas condiciones deplorables y unos conve-
nios sistemáticamente incumplidos.
Este nuevo panorama ofrece un ambiente
favorable para las contratas y subcontratas sin
escrúpulos, donde por primera vez tenemos
una tercera clase de trabajadores, los de las
ETTs que son la antesala del trabajo de "inmi-
grante" por su precariedad. Ante todo esto y
aunque está maquillado con convenios (pe-
queña y mediana empresa, convenios secto-
riales), comisiones paritarias de seguimiento,
etc. lo cierto es que la utilidad de lo firmado
por CC.OO. y UGT es tan manifiesta, que no
tardaría en ser el desencadenante de una se-
rie de conflictos.
El primero de ellos se produce a partir de
una asamblea común entre ambas plantillas,
donde la CNT contribuye a la radicalización y
solución del conflicto y demanda la participa-
ción del personal de contratas, como parte in-
tegral de una asamblea global de trabajadores,
sin distinción de contratos y donde una parte
fundamental de las reivindicaciones sería la de
las condiciones de las contratas. A partir de
aquí, la CNT encabeza este movimiento reivin-
dicativo haciendo saltar todas las alarmas en los
sindicatos del Comité y la propia empresa. Esos
sindicatos ven perdida su representatividad y
la empresa está decidida a salvar el modelo de
contratación en precario y a sus sindicatos.
Pocas veces hemos asistido a una sintonía
tal entre empresa y comité a la hora de con-
trolar un "problema". El comité nunca había ex-
presado tanta vehemencia ni desplegado tantas
herramientas para no perder la batalla.
Para ser breves, diremos que todo se resume
en las primeras elecciones sindicales que se re-
alizan en las contratas, buscan al personal más
acorde a sus tesituras y los nombran "repre-
sentativos". A partir de aquí se produce una
ruptura en la unanimidad de la Industria Auxiliar.
La CNT recibe un torpedeo continuo por
parte del comité, de la propia empresa y de
los miembros escogidos de las contratas, dan-
do lugar a un restablecimiento de la situación
anterior. Ni que decir tiene que todo lo firma-
do se volverá a incumplir sistemáticamente.
Para acabar con el tema diremos que C.COO.
y UGT aprenden la lección y negocian un nue-
vo convenio de la pequeña y mediana empre-
sa del metal, dando lugar a movilizaciones,
que les generará alguna simpatía en la Indus-
tria Auxiliar, pero, de nuevo, lo firmado se vol-
verá a incumplir en todo sus contenidos.
Aprovechando esta buena coyuntura, el co-
mité vuelve a convocar a la Industria Auxiliar para
unas reivindicaciones conjuntas con el perso-
nal de plantilla, pero los trabajadores, de nue-
vo, acabarán frustrados por ser utilizados sin
dar solución a su problemática lo que llevará a
una radicalización y a un enfrentamiento con los
sindicatos mayoritarios. La respuesta de estos
sindicatos será ahora negarles cualquier cauce de
expresión que no sea el ordinario de sus delegados,
evitando cualquier convocatoria conjunta.
En la actualidad, nos encontramos con una
industria auxiliar muy controlada y descon-
tenta, con unas condiciones que no han me-
jorado nada, con un incumplimiento continuo
del convenio y a la vez en la tesitura por par-
te del comité de convocar a dichos trabajado-
res en unos momentos de problemática para el
futuro de la empresa.
El grupo IZAR.
El 14 de marzo de 2001, se produce la fusión de
los astilleros civiles y los militares, es decir As-
tilleros Españoles y Bazán, y nace un grupo lla-
mado IZAR. Las razones en principio eran obvias,
la bancarrota de Astilleros y una forma de po-
der financiar los astilleros civiles a través de
los militares. Entre los compromisos adquiridos
por ambas partes (la Sepi como órgano admi-
nistrativo público y los sindicatos mayorita-
rios) están los de conseguir un volumen de
empleo y contrataciones, un plan industrial
que responda a una racionalización de la In-
dustria Auxiliar y de las subcontrataciones y a
un convenio único del grupo IZAR donde se
contemple el rejuvenecimiento de plantillas.
Aunque hayan pasado ya varios años y so-
plen vientos de comprensión por la desleal
competencia de los astilleros chino y coreano
y exista cierta permisividad para dar ayudas (se
Falta de perspectivas de futuro y falsas promesas de cargas de trabajo, generan una conflictividad constante en Astilleros Españoles.
/ AGENCIAS
El pasado 11 de diciembre, se producían violentos choques entre tra-
bajadores del Astillero de Sevilla, que se manifestaban por la falta de
perspectivas del sector, y los antidisturbios, enviados a reprimir la pro-
testa. El enfrentamiento se salda con catorce trabajadores heridos. Se
hace así público y notorio un conflicto que, de manera latente, venía
arrastrando desde hace años el sector de la construcción naval y que,
sin embargo, era casi desconocido para la mayoría de la ciudadanía.
Desde esa fecha no han parado las movilizaciones y ya se anuncia un re-
crudecimiento de las acciones para el próximo enero además de una po-
sible una huelga general ante el anuncio de un expediente de regulación de
empleo. Pese a la opinión empresarial, los trabajadores siguen afirmando
que existe la posibilidad de aumentar la carga de trabajo en Astilleros.
A continuación, presentamos dos aportaciones al tema por parte de las
secciones sindicales de CNT en Astilleros de Puerto Real y Sevilla.
Astilleros en lucha
Un sindicalismo que se
preocupa por la empresa
más que el empresario, es
un sindicalismo débil. Un
sindicalismo donde se
negocia más que se
presiona, es un
sindicalismo débil. Un
sindicalismo dependiente
de subvenciones y
financiación estatal es un
sindicalismo débil. Un
sindicalismo que fragmenta
los intereses y la unidad de
los trabajadores es también
un sindicalismo débil
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