Tengo constancia de vuestra publicación que combate la tiranía del sistema y por ello vengo a pediros vuestra solidaridad.

Siempre he llevado una vida sana, tanto en libertad como ahora en prisión. Mi única adicción es el tabaco, el culturismo y el kick boxing como deporte de contacto.

Siempre me he encontrado bien de salud, pero en el mes de mayo comencé a sentir una pequeña fatiga. Alarmado, acudí a los servicios médicos de la prisión, y estos me insistían una y otra vez que era cuestión de los nervios, algo que yo negaba pues estaba bien conmigo mismo en prisión.

Al final, fui atendido por el neumólogo y éste me detectó un Enfisema Pulmonar, o al menos creía que era eso.

Me trasladaron a la prisión de Villabona, allí comencé a sufrir mareos y desvanecimientos. Salí de urgencias al neumólogo de Asturias y éste me dijo que de enfisema nada.

Ahora me encuentro en la prisión de La Moraleja (Palencia), apenas puedo respirar y me es imposible conciliar el sueño, porque hay algo en mi cuerpo que me lo impide. Aquí me ha visto de nuevo el neumólogo y por lo visto en las placas no sale ninguna anomalía pulmonar.

Los "médicos de aquí dejaron de investigarme pues a ellos les cuesta dinero y ganas para ello. Mientras tanto, sigo sin poder dormir porque me asfixio y estoy todo el día mareado. Creo que el problema pueda estar en el corazón o en el cerebro, en alguna parte de mi cuerpo debe estar.

Les ruego publiquen mi carta para que alguien pueda ayudarme, no deseo morir sin saber qué es, mi familia está angustiada y yo estoy en un Departamento Especial sufriendo y agonizando. Ayúdenme.