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Sobre un panfleto bolivariano

Desde El Libertario

El martes 1 de octubre salió a la calle un nuevo número del vocero anarquista venezolano, que en la siguiente edición - prevista para fines de noviembre - llegará a los 7 años de vida.

En este nº 29 destaca el artículo que sigue, donde el compa Pedro Pablo da cabal respuesta a las acusaciones que el chavismo ha lanzado recientemente contra el movimiento anarquista local)

"Un cierto panfleto bolivariano En agosto pasado, el chavismo distribuyó ampliamente un volante firmado por el equipo de análisis político de la Alcaldía del Municipio Libertador-Caracas (también circuló ampliamente vía Internet y fue reproducido en varias publicaciones pro-gubernamentales), donde se hace una crítica al anarquismo y su concepción de cambio y revolución frente a la llamada revolución bolivariana.

Nos creemos en la obligación de responder a esta crítica, surgida no sabemos por qué causa precisa, pero que adivinamos nace del temor frente a un movimiento que en el mundo se ha mostrado como la mejor alternativa frente al actual orden de cosas, algo a lo que la revolución bolivariana dice aspirar y cuyo fracaso en alcanzarlo es evidente para todos. Con pintoresca exageración en el discurso, se abre diciendo: ‘La revolución bolivariana es la más hermosa propuesta de cambio planteada al país en los últimos 100 años’. Hablar de propuesta (desconocida más allá de afirmaciones propagandísticas, generales y vacías de contenido) después de casi 4 años en el gobierno es una exageración porque, como dice el refrán, lo que va a salir se asoma y lo que se ha asomado se parece más a la clásica combinación latinoamericana de liberalismo económico con autoritarismo político y populismo verbal, aderezada con mucha ineptitud y torpeza, que nadie puede asociar razonablemente con una revolución y menos socialista. Lo que ha sido el movimiento chavista es revolución si por tal se entiende girar en el mismo lugar alrededor de un mismo punto; en cambio, sí se trata de ‘un quítate tu para ponerme yo’ en el disfrute del tesoro público; y hay que tener un sentido estético muy particular para ver lo hermoso de la miseria, hambre, degradación y desamparo que padecemos tras estos 44 meses de ineptitud al timón. Agravado ello porque, como bien lo dice el escrito, Venezuela es un país con inmensas riquezas y una profunda vocación de paz.

No entraremos en el detalle de los absurdos que pueblan el libelo, como que la marcha del 11-A es una señal de que la oposición pierde; como la defensa de una paz armada, obsoleta herencia conceptual de la Guerra Fría; como la denuncia que hacen contra los retorcidos intentos del TSJ (Tribunal Supremo de Justicia), olvidando que fue la revolución quien lo nombró; como la oscuridad que envuelve el abundante uso de la categoría pueblo, de claro origen fascista; ni la reivindicación de la figura de Chávez, nada brillante en las confusas jornadas del 11-A y días subsiguientes, investido aquí como único líder reconocido por el pueblo y por todos los revolucionarios. Centrémonos en la crítica al anarquismo, construida con más calificativos que ideas sustantivas. Dice el panfleto: ‘A los anarquistas con sus discursos pseudo revolucionarios, incendiarios y su desesperación inmadura, les decimos que la revolución es con todos y para todos’. Resulta que somos pseudo revolucionarios, como si abogar por la desaparición de todo poder autoritario institucionalizado, entre otras cosas, fuera pseudo; somos incendiarios, lo que no sabemos es a qué se refiere, a menos que tenga que ver con el fuego que prende en los corazones de quienes reflexionan sobre nuestra prédica; padecemos de desesperación inmadura, ignorando que el anarquismo lucha denodadamente por un cambio revolucionario auténtico desde antes de que apareciera el marxismo y lo hace en todo el mundo, con páginas heroicas escritas en América Latina, sin desalentarse en sus aspiraciones, con fracasos y éxitos que han servido para madurar nuestras ideas, dar solidez a nuestras propuestas y responsabilidad a los que las sostenemos.

Prueba de esta ignorancia es que aconsejan que la revolución es con todos y para todos precisamente al anarquismo, que reniega de cualquier división y distinción, que por eso no es demócrata (gobierno de alguien sobre otro al que "representa") sino ácrata (nadie gobierna a nadie), que rechaza cualquier liderazgo permanente como el que ese mismo impreso reclama para la revolución bolivariana, y que consiste en una dirección colectiva socialmente reconocida (no pretenden que sea aceptada ni elegida), constituida por un centro de dirección revolucionaria que organice y conduzca al pueblo. A diferencia del anarquismo que surgió, se nutrió y se nutre de la gente, parece que el chavismo considera al pueblo como una sarta de estúpidos que necesitan ser organizados y conducidos. Si hubiera resistencia, entonces el escrito dice que se disponen a la confrontación combinando la violencia y lo institucional, renegando de los conciliadores y de las negociaciones, en clara revelación de que sus intenciones son exclusivamente de dominación.

Sin duda que el punto clave de esta crítica es la oración que proclama: ‘Es preciso que comprenda [el anarquismo] que un pueblo, sin una dirección que construya estrategias en todos los terrenos, es un pueblo inerme frente a sus enemigos y destinado a perderse en escaramuzas aisladas y de segundo orden’. La expresión habla por sí sola. Por lo pronto, reconoce que el anarquismo no admite supremacías ni liderazgos de nadie; pero lo grave es que contradice el consejo que nos diera antes al hacer una clara exposición de cómo considera al pueblo, puesto que afirma que por sí solo es inerme y, como no puede pensar, está destinado a perderse. Ante esta ineptitud de la gente, este infantilismo del pueblo, la revolución bolivariana pregona que sólo le queda obedecer las esclarecidas estrategias de los líderes, que son ellos (Mussolini no lo habría dicho mejor). ¿Puede alguien sensato, anarquista o no, aceptar esta propuesta (depositar toda esperanza en un grupito de mortales que, en nuestro caso, ni siquiera tiene calificaciones altas en nada) cuando, desde la revolución rusa hasta Hitler, pasando por Mussolini, Franco, Perón y Fidel, ha demostrado su inutilidad en forma contundente? Sólo desde una perspectiva anclada en el Siglo XIX se puede proferir una declaración tan anacrónica e insultante para la inteligencia. Si algo ha aprendido la gente en el mundo con todos los fracasos del Siglo XX, y lo está aprendiendo en Venezuela a pasos agigantados, es precisamente que no se debe dejar la dirección de ninguno de sus asuntos en manos de nadie que no sea las de ellos mismos. A lo más, permitir que alguien coordine o administre, un empleado, pero está fuera del buen sentido y de la experiencia histórica optar por un centro de dirección revolucionaria que organice y conduzca al pueblo, fije metas y objetivos, construya estrategias, nos fiscalice y luego nos notifique en un círculo bolivariano cuáles son nuestras obligaciones, mientras sufrimos penurias a causa de la revolución bonita.

Todo esto porque somos supuestamente incapaces para elegir nuestro camino. Pasando por un momento al plano práctico de la rimbombante revolución dirigida por ese núcleo de iluminados que conducirá y ordenará, por los que hay que dar todo; tenemos algunas preguntas como parte del pueblo que no participa en negociaciones cupulares, ni somos explotadores terratenientes o travestis de la dominación foránea: ¿quiénes integran ese centro de dirección revolucionaria, cuántos son, qué pretenden, quién los nombra?, ¿los elige el Espíritu Santo en un Pentecostés Bolivariano?, ¿en ese centro acaso no estuvieron Olavarría, Miquelena, Peña, Angela Zago, los 4 Comandantes, Izarra, Escarrá, Lameda, Puchi, Pablo Medina? (algunos de los ex-chavistas que ahora se enfrentan al Comandante)...

De acuerdo a lo que hemos visto, el tal centro de dirección revolucionaria parece cambiar según los ciclos lunares. Dado que el escrito afirma que no se trata de un problema con Chávez o contra Chávez, cuando Miquelena se separó ¿con quién de los dos se fue la revolución y por qué?. El auténtico movimiento revolucionario, originado en las propuestas del 4-F, ¿Es el de Chávez o el de los otros comandantes con Arias a la cabeza?... ¡Cuántas frases hechas, dichas sin ningún fundamento y sin ninguna relación con la realidad!".

Enviado por Nelson_Méndez

El Libertario Arriba lucha antifascista

 

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