Este militante de la CNT, nacido hacia 1905, era carpintero de profesión y, como víctima del pacto del hambre (una estrategia de los patronos para dejar sin trabajo a los sindicalistas más destacados y obligarlos a la emigración), tuvo que ganarse la vida trabajando por su cuenta en un taller de la calle Tints de Figueres.

Clausurado el sindicato durante el periodo de la represión que siguió a los hechos de octubre del 34, Joan Quer asumió la Secretaría de la CNT figuerenca durante la clandestinidad y convirtió su taller en lugar de encuentro, sede de la Confederación y punto de contacto con los militantes de la comarca y con el Comité Regional de Cataluñaa. Por esta razón, tanto su madre como su compañera, Joaquima Viusó Carbonell, sufrieron valientemente los interrogatorios de la policía.

Finalizada la clausura del Sindicato, Joan Quer se responsabilizó de la presidencia del Sindicato de Oficios Varios de la CNT de Figueres y su hermano Joaquín aceptó la Secretaría.

Tras el estallido de la revolución del 19 de julio de 1936 y de la constitución del Comité Antifascista de Figueres, como consecuencia de algunos cambios que tuvieron lugar en el Comité, Joan Quer pasaría a formar parte del mismo en representación de la CNT.

El 30 de julio, Joan Quer salía como miliciano en uno de los 45 coches que, desde Figueres, se dirigieron al frente de Aragón. Formaban la centuria Jubert que, integrada en la columna Ortiz, luchó en Torres de Alcalá durante las primeras semanas de agosto. Con la línea del frente sin definir, Joan Quer y un grupo numeroso de jóvenes milicianos de Figueres dejaron la vida el 22 de agosto de 1936 en una emboscada en el sector de Monte Lobo, cerca de Belchite.

Mientras una parte de sus compañeros de centuria se incorporaban más tarde a la Columna Durruti que participó en la defensa de Madrid, en Figueras, como homenaje a toda una vida de lucha por la justicia social, la calle Tints llevó el nombre de Joan Quer hasta la entrada de las tropas franquistas en febrero de 1939.

Col-lectiu Marc