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Decir que Stuart Christie tuvo una vida
interesante sería un eufemismo. Este es su informe (actualizado) de cómo
llegó a llevar a España explosivos de contrabando que habrían de servir para
matar a Franco. Su detención por la temida Brigada Político-Social y su
condena por un tribunal militar llamó la atención de todos los ojos del
mundo sobre la última dictadura de Europa y sobre la resistencia a ella. El
sentido del humor de Christie facilita el alivio de la tensión - vestido de
un holgado jersey para ocultar los explosivos, "parecía el hijo natural de
Quasimodo y Esmeralda" - pero no es inconsciente de cómo podría haber
acabado su historia en el acto.
La brutalidad del poder del Estado se hace
meridianamente clara en su relato de una ejecución: "Un sonido infernal
rompió el silencio del amanecer. Éramos como los residentes de un manicomio
representando el ( Oh Fortuna! de
los Carmina Burana, sin música". Cárcel significa también
aburrimiento, pero el sólo atisbo que hacemos de ello es cuando Christie lee
una historia en tres tomos de "La Civilización en Inglaterra" en un fin de
semana. Más bien que el clásico Memorias de cárcel de un anarquista
de Beckman esto es una odisea, no tanto por el sistema carcelario como por
su manera de vivirlo, no sólo en el aspecto político sino también personal,
según reacciona ante sus compañeros de prisión: "algunos con capacidades
verdaderamente notables y conocimientos altamente especializados asociados a
una moralidad deficiente".
Junto a su propia historia, Christie narra
la de otros militantes anarquistas que conoció, como Miguel García, Goliardo
Fiaschi, Juan Busquets Verges, complementando con detalles personales la
historia de la resistencia española y su "obligación de recuerdo". En sus
apéndices y cronología (que incluyen informes de la policía secreta francesa
y española) se pone en marcha el contexto de la resistencia española (cosa
que difícilmente podría haberse dado en la primera edición). Pero tanto las
cárceles como los encarcelados sienten los efectos del mundo de fuera, y
precisamente desde su celda puede Christie observar las revueltas que
hicieron de los sesenta un periodo de fermento revolucionario. Su informada
discusión sobre políticos (de izquierda y derecha) ofrece también una gran
cantidad de material para la reflexión.
Se trata de un libro peculiar y muy humano
y meditado. Será sin duda una importante fuente para los estudiosos del
moderno anarquismo, pero es también un relato "desde dentro" que te hace
detenerte y pensar.
Tomado de KSL n1
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Traduce del inglés Redacción
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tomo del archivo Christie: El general
Franco me hizo un "terrorista" |