La invasión
fracasó, 1.500 mercenarios fueron detenidos y, más
tarde, liberados a cambio de 10 millones de dólares
en alimentos y medicinas para los niños. (No
obstante la derrota, George H. Bush se convirtió en
director de la CIA en 1976).
Triste con el mal
desempeño de su primogénito como 007, Prescott
Bush se consolaba con el éxito que él tenía en
los negocios petroleros. Y aplaudió la amplitud de
visión de su hijo cuando George, a mediados de los
años 60, se hizo amigo de un contratista árabe que
viajaba con frecuencia a Texas, presentándose al
poco tiempo en la sociedad local: Muhammad Bin Lden.
En 1968, al sobrevolar los pozos de petróleo de
Bush, Bin Laden murió en un accidente aéreo en
Texas. Los lazos de familia, sin embargo, estaban
creados.
George Bush no
lloró la muerte del amigo. Andaba más preocupado
con las dificultades escolares de su hijo George W.
Bush, quien sólo obtenía un promedio de C. La
guerra de Vietnam se exacerbó y, para evitar que el
hijo fuese llamado a filas, George trató de
alistarlo en la fuerza aérea de la Guardia
Nacional. La bebida, sin embargo, impidió que el
nieto de Prescott se convirtiese en buen piloto.
Papá
George lo animó, entonces, a fundar, a mediados de
los años 70, su propia empresa petrolera, la
Arbusto ("bush" en inglés) Energy.
Gracias a los contactos internacionales que el padre
mantenía desde los tiempos de la CIA, George hijo
buscó las inversiones de Khaled Bin Mafouz y Salem
Bin Laden, el mayor de los 52 hijos que dejó el
fallecido Muhammad. Mafouz era banquero de la
familia real saudita y casado con una de las
hermanas de Salem. Esos vínculos familiares
permitieron que Mafouz se conviertera en el
presidente de la Blessed Relief, la ONG árabe en la
cual trabajaba uno de los hermanos de Salem, Osama
Bin Laden.
La Arbusto pidió
un concordato y renació bajo con el nombre de Bush
Exploration y, más tarde, como Spectrum 7. Tales
cambios fueron suficientes para impedir que la
bancarrota amenazase al joven George W. Bush. Salem
Bin Laden, fiel a los lazos de familia, vino en
socorro del amigo, comprando 600 mil dólares en
acciones de la Herken Energy, que asumió el control
de la Spectrum 7. Y firmó un contrato de
importación de petróleo por el valor de 120 mil
dólares anuales. Las cosas mejoraron para el nieto
del viejo Prescott, que luego embolsó 1 millón de
dólares y obtuvo un contrato con el emirato de
Bahrein, que dejó a la Esso muriéndose de envidia.
En diciembre de
1979, George H. Bush viajó a París a un encuentro
entre republicanos y partidarios moderados de
Khomeini, en el cual trataron de la liberación de
los 64 rehenes estadounidenses secuestrados, en
noviembre, en la embajada de los Estados Unidos, en
Teheran. Se buscaba evitar que el presidente Jimmy
Carter se valiese del episodio, a punto de
perjudicar las pretensiones presidenciales de Ronald
Reagan. Papá George hizo el recorrido hasta la
capital francesa a bordo del yate de Salem Bin Laden,
que le facilitaba el contacto con el mundo
islámico. (En 1988, Salem falleció, como el papá,
en un desastre de avión).
En aquel mismo
año, los soviéticos invadieron Afganistán. Papá
George, que coordinaba operaciones de la CIA,
recurrió a Osama, uno de los hermanos de Salem, que
aceptó infiltrarse en Afganistán para, dirigido
por la Agencia de Inteligencia, fortalecer la
resistencia afgana contra los invasores comunistas.
Los datos
anteriores son del analista italiano Francesco
Piccioni. Más detalles en el libro "A
fortunate son: George W. Bush and the making of an
American President", de Steve Hatfield. Trabajo
tanto más notable a la vista de la actual censura
consentida por los medios en Estados Unidos, y de la
omisión en la prensa de la historia de como la CIA
creó al general Noriega, de Panamá; Saddam Hussein,
de Irak; y Osama Bin Laden, del circuito Arabia
Saudita/Afganistán.
Ahora, el nieto de
Prescott Bush demuestra su fidelidad a la vena del
abuelo: invade Afganistán para obtener, aunque a
costa del sacrificio de la población civil, la
cabellera de Osama Bin Laden.
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