Entre tu pueblo y el mío,
hay un punto y una raya,
la raya dice «no hay paso»,
el punto, «vía cerrada».
Y así, entre todos los pueblos,
raya y punto, punto y raya,
con tantas rayas y puntos,
el mapa es un telegrama.
Caminando por el mundo,
se ven ríos y montañas,
se ven selvas y desiertos,
pero ni puntos ni rayas.
Porque estas cosas no existen,
sino que fueron forzadas,
para que mi hambre y la tuya
estén siempre separadas.