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Falsas serpientes de verano

S.P. del Comité Nacional

Las cosas ya no son lo que eran. Antes era fácil distinguir la canción del verano. También se veían claras las serpientes del verano -aquellas noticias o polémicas- alimentadas artificialmente y que en septiembre desaparecían como castillos en la arena.

Este verano, lo que el Gobierno hacía parecer como serpientes de verano son auténticas "Constrictor" y que si ahora nos parecen asfixiantes, esperen a ver en otoño.

Varias cargas de profundidad se han ido metiendo este verano: las leyes educativas y la Ley de Partidos, pero además, los datos de la realidad económica local y mundial están ahí para recordarnos que no ha sido posible la relajación este verano y que el otoño debiera ser movido en cuanto a respuesta social a tanta agresión.El 28 de junio, fecha muy artera para una norma que toca la misma Constitución, el BOE publicó la Ley de Partidos con el mismo espíritu que el borrador.

Bush ha arrastrado en su disparate antiterrorista medidas como ésta: Con la excusa del terrorismo cercenar las libertades civiles.

No son pocas las voces que se han atrevido a decir que será peor el remedio que la enfermedad, pero ¿A quién le interesa el resultado, más allá de las próximas elecciones?

La famosa Transición Española - brutal ejercicio de "Aquí no ha pasado nada"- saldó la desquilibrada balanza de los años de Dictadura con la única compensación de la legalización y financiación de partidos como el socialista o el comunista.

Veinticinco años después, el PP con una estrategia antiterrorista orientada simplemente a las elecciones y amparado en el clima antiterrorista del imperio, se permite actuar de Inquisición forzando al PSOE y a otros a que le sigan, muy eficazmente, sólo por el qué dirán, para-que-no-digan-que-yo-soy-menos-antiterrorista-que-éste.

Catedráticos de Derecho Constitucional han refrescado la memoria y han señalado el error de plantear un norma tan genérica para un solo caso, de las posibilidades que da la norma de retroactividad, de la posibilidad de extensión de la norma a supuestos políticos alternativos al sistema liberal-democrático, de que las responsabilidades de algunos de sus miembros se extiendan a toda la formación y, claro, también aluden a las dificultades procesales en cuanto a Jurisdicción y a la insólita posibilidad de que el Congreso y el Senado soliciten la ilegalización de un determinado partido al Gobierno, estando ellos constituidos por partidos que compiten con el que quieren ilegalizar.

El Gobierno ha sido hábil a destacar como serpiente de verano esto último: los vericuetos procesales y la utilización del Congreso y el Senado en el mismo agosto, para ello, la prisa es electoral, sin duda, pero los atentados veraniegos han allanado las dudas de algunos.

Se equivocan los catedráticos de Derecho Constitucional al suponer que esta ley es un error del Gobierno, puede que sea un error como medida antiterrorista, pero no es ningún error en su intención de ilegalizar y perseguir cualquier asociación que no comulgue con las ruedas de molino del devastador neoliberalismo, ya lo iremos viendo.

Para el paquete de leyes educativas, las palabras se quedan cortas.

La filosofía liberal propugna que triunfa el que más se esfuerza por sus propios medios, pero la práctica liberal es otra: privatizar los beneficios y socializar las pérdidas. Los ejemplos están en la mente de cualquiera.

Las nuevas leyes educativas son neoliberales, es decir, se basan en expoliar el dinero que generamos los trabajadores y trabajadoras con nuestro esfuerzo para que se eduquen rica y católicamente los que serán nuestros explotadores o los de nuestros hijos, no satisfechos con eso, se ríe de nosotros la ministra diciendo que el espíritu de la ley es el valor del esfuerzo. Nosotros hacemos el esfuerzo económico y corremos riesgos en nuestra salud y nuestra vida para ver que esa riqueza que generamos no la vamos a disfrutar, a menos que estemos dispuestos a santiguarnos y dorar la píldora de la madre superiora, y eso, siempre y cuando nuestro aspecto sea el adecuado.

Desde estas páginas ya nos hemos referido a las características generales de la Ley de Calidad y sus consecuencias. Podríamos decir que desde el punto de vista técnico es un error garrafal, pero caeríamos en el mismo error que los catedráticos de Derecho Constitucional: el error es creer que se trata de un error.

El error sería pensar que hay algún aspecto problemático del Sistema de Enseñanza que esta ley pueda corregir.

Se prevé un otoño caliente en la enseñanza pública y todos seremos responsables de su transcurso: padres y madres, alumnado, profesorado, ciudadanos. Ahora se llevan las manos a la cabeza profesores que hace poco criticaban la LOGSE, pedían segregación y jerarquización y llevaban a sus hijos a la concertada, pues ahora se dan cuenta de que su puesto de trabajo peligra, que sus condiciones laborales van a cambiar y que cuando se jerarquiza, la mayoría es tropa, no cargo.

Hemos oído muchas críticas de partidos y sindicatos a la Ley de Calidad y oiremos llamadas a la movilización, pero poco hemos oído sobre la Ley de Formación Profesional.

La razón es que la FP le interesaba casi exclusivamente a las entidades que obtienen pingües beneficios de la Formación Profesional Continua (empleados) y la Ocupacional (desempleados). La FP Reglada parece que solo le interesa al alumnado y al profesorado de la misma. El resto de la población es ajeno a pensar sobre ella.

Por un lado, la FP Reglada suponía mucha exigencia y poco beneficio para la iniciativa de los agentes sociales, de ahí su desinterés. Antes de la Ley, los Centros de FP Reglada no impartían FP continua-ocupacional y viceversa.

Con la excusa de integrar toda la FP en un Sistema Único, que permita al trabajador ir convalidando su experiencia o sus cursos convocados por los agentes sociales, por titulación de FP Reglada - lo cual es positivo-, se introducen discretos cambios que van a privatizar la FP, de un modo que no disgusta a "los agentes sociales". ¿Por qué?

Se anuncia a bombo y platillo que los institutos podrán ofrecer FP Ocupacional y Continua y que los centros que impartían Ocupacional y Continua podrán ofrecer Reglada. La primera parte es casi imposible de ejecutar por el férreo marco de disposiciones en que se mueven los centros de enseñanza reglada, sin embargo, la segunda, es la bicoca que le faltan a algunas entidades: ofrecer titulación académica con el mismo cambalache que el de los cursitos de FORCEM, sin ir más lejos.

La guinda es que, después de proceder la LOGSE a la dispersión de la FP por todos los Institutos de Secundaria, anulando los antiguos centros específicos de FP, se vuelven a crear los centros de FP, pero eso sí: con director nombrado por la Administración. Dos y dos son cuatro

Otra falsa serpiente de verano ha sido la crisis del turismo en España.

La probable crisis del turismo, o mejor, de la ocupación hotelera, es el efecto de la globalización económica y de las políticas de ajuste a la clase trabajadora.

Nos ha tocado lidiar con dos toros: la planificación de la UE y la globalización, sin más.

Por obra y gracia de la planificación europea a este país le ha correspondido eliminar el sector primario y secundario para centrar su actividad en los servicios. Se ha teologizado que los motores de nuestra economía son la edificación y el turismo. Son los yacimientos de empleo. El sector hostelero es el más nefasto para las condiciones laborales y el más lucrativo para avispados empresarios y qué decir del negocio inmobiliario. Y ambos sectores tienen intereses contrapuestos, no se olvide.

Como consecuencia de esta política se ha potenciado la 2ª vivienda en zonas con potencial turístico, aniquilando así el atractivo natural de la zona, al romper el equilibrio con el medio y ello no ha surtido efecto durante la inestabilidad de otros destinos competitivos con España, pero ahora sí pasa factura. Además, la 2ª vivienda resta ocupación hotelera y utilización del subsector de restauración.

La degradación y el empeoramiento de las condiciones laborales y la inestabilidad laboral se notan en verano, tanto o más que en invierno. Aquellas desiertas ciudades en agosto, cuando el personal se tomaba el mes de vacaciones, quedaron para la historia.

Nos quieren engañar con el cuento de que ahora la gente distribuye sus vacaciones durante todo el año. La realidad es que la clase trabajadora española y europea no sabe si tendrá vacaciones, cuándo y cuántas, y aunque las tenga, el bolsillo no alcanza, máxime a los que se han endeudado con letras de un maravilloso coche que no se mueve en todo el año más que para ir al hiper.

Hay excusas de todo tipo: Tengo mucho trabajo, se está muy bien en la urbe cuando todo el mundo se va, es un asco la playa en verano, donde mejor se descansa es en el pueblo en casa de la tía Lola y de paso le hacemos compañía, etc, ...

Este verano se han abierto más ojos a la realidad: para todos, la inflación es superior a la subida de salarios y hasta los premios de consolación y refresco veraniego en ciudades y pueblos se ponen cuesta arriba.

No hubo vacaciones, las falsas serpientes de verano son auténticas y en otoño tendremos muchas oportunidades de comprobarlo. También tendremos oportunidad de manifestar públicamente que el único error es creer que se trata de un error.

La pesadilla es creer que la realidad es una mala siesta de verano.Arriba lucha antifascista

 

 

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