Ya
están aquí, ¡preparemos la bienvenida a los
mandamases europeos!. En Sevilla celebrarán una
costosa cumbre que pretende avanzar en su proyecto
de extender el neoliberalismo. España deja la
presidencia europea, la cual ha costado 10.000
millones de pesetas, todas ellas sacadas del dinero
de los impuestos que el estado español nos ha
robado.
Pero hemos venido
a aguarles la fiesta con las estridentes verdades
que exclaman nuestras pancartas y gargantas.
Privatizaciones,
precariedad en el empleo, degradación ecológica,
individualismo exacerbado, desindustrialización de
Andalucía (como los Astilleros y las minas de
Aznalcollar o Río Tinto), pérdida de referentes
culturales propios, campos de golf a mansalva, bases
militares americanas, guerras, miseria, inmigrantes
que se quedan en el estrecho, crisis en Argentina,
etc., en eso consiste la globalización capitalista,
esas son sus consecuencias más palpables.
Es por ello que,
como anarquistas y anarcosindicalistas, nos oponemos
a ese proceso que pretende implantar la barbarie y
el caos en todo el planeta.
Desde las altas
esferas de la sociedad, los intelectuales vendidos
al liberalismo nos venden la moto diciéndonos que
nos traerán mayor bienestar, cuando realmente las
desigualdades sociales no han estado nunca tan
marcadas como hoy, y todo gracias a ellos.
Ni los partidos
políticos, ni las ONG´s de la caridad, ni los
sindicatos que llevan años vendiendo a la clase
obrera con sus Comités de Empresa, ni los grupos
marxistas, ni los pseudo-libertarios están en
condiciones de ofrecer alternativas al modelo
neoliberal. Tan sólo proponen medidas keynesianas y
socialdemócratas, un capitalismo con rostro humano
incapaz de poner fin a la vieja explotación del
hombre por el hombre; todo esto en el mejor de los
casos, cuando no, proponen una vuelta a la
"dictadura del proletariado". Estamos hartos de que
grupos como ATTAC y partidos políticos como IU
aprovechen y canalicen el descontento popular para
hablar en nombre de todos, tachando a los
anarquistas de "minoría violenta".
Se debe a que
saben que a nosotros no nos pueden integrar en el
sistema.
Si estas
organizaciones se consolidan como portavoces del
movimiento antiglobalización, entonces la derrota
está asegurada.
Nosotros, los
anarquistas, nos oponemos a esa dinámica de
explotación y muerte, y nuestra alternativa siempre
ha sido clara: el comunismo libertario. Sólo una
sociedad organizada de abajo a arriba y con los
medios de producción socializados se ha mostrado
capaz de asegurar bienestar y libertad para todos.
Nuestra estrategia
también es clara: militar en las organizaciones
anarquistas y anarcosindicalistas difundiendo en
nuestro entorno el ideal ácrata.
¡Preparemos la
Revolución que nos llevará al comunismo libertario!