La CNT-F y las presidenciales en Francia

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Samizdata, la página web del anarquismo venezolano, ha cambiado de dirección. A partir de ahora, está en samizdata.host.sk, con toda la documentación acerca de la escena libertaria venezolana, en especial los textos extraídos de la desaparecida CORREO A samizdata.host.sk/CorreoA.html, y lo publicado a partir del nº10 en EL LIBERTARIO, actual vocero de la Comisión de Relaciones Anarquistas (CRA) de Venezuela samizdata.host.sk/LIB.html, que ya va por su nº 27.

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Nelson Méndez

 

La CNT-F y las presidenciales en Francia

La crisis que se abre muestra que la sociedad necesita un cambio profundo

La abstención mayoritaria.- El 21 de abril, se abstuvieron de votar once millones de personas, más de un millón votó en blanco o nulo. El número de abstencionistas es superior al doble del número de votos obtenidos por el candidato que llega a la cabeza del escrutinio (sólo cinco millones). Es la primera vez que, en las presidenciales, la abstención es numéricamente mayoritaria. No se trata sólo de una verdadera afrenta infligida a Chirac, a Jospin y a los políticos en su conjunto. Es, antes que nada, un rechazo masivo de la lógica política, ya que esta abstención fue, en su parte preponderante, consciente y voluntaria.

La piel del oso.- Diestros en la manipulación de las conciencias en la que participaron (en el tema de la inseguridad), entendidos en el manejo de los mecanismos del Estado (gobierno, prefecturas, radios y teles que se dicen de servicio público), versados en sus numerosas cajas de resonancia (sindicatos institucionales, asociaciones controladas), los socialistas y sus aliados habían vendido la piel del oso electoral antes de cazarlo. Todas las fracciones de la izquierda y de la extrema izquierda política quisieron contabilizar sus votos, evaluar su influencia. Todas presentaron un candidato. ¿Por qué? Para poder negociar con dureza los traspuntines ministeriales en el gobierno inmediato. Esta dispersión costó a Jospin su segundo puesto (y hasta su primero).

La desenfrenada carrera por el reparto del botín de toda esta politiquería se pagó. Pero, en este punto, los políticos, los comentaristas políticos y los medios de comunicación son discretos: reservan sus ataques, violentos y cotidianos, a los abstencionistas. No subrayan la responsibilidad de los que dividieron su propio campo. Se olvidan de decir que habría bastado con que una sola de las fracciones de la izquierda plural SE HUBIERA ABSTENIDO de presentar un candidato para que Jospin "pasara" a la segunda vuelta.

Conmoción.- En la calle Solferino (sede del PS), los medios de comunicación, con un arte consumado de la escenificación, nos dieron muestra del estado de conmoción de los militantes. A aquellos a los que no habían hecho llorar ni los despidos masivos, ni las expulsiones, ni la miseria, ni los bombardeos sobre Belgrado o las destrucciones de los campos palestinos, de repente, les faltaban lágrimas para llorar la dimisión de Jospin.

Mucho más interesante fue la reacción de una calle, desbordante de juventud, conmocionada, desorientada, pero sincera en su reacción visceral. Confusamente, se resentía del afligiente absurdo del mundo en el que vive, sin llegar - al menos por el momento- a expresarlo claramente y a analizar sus causas.

A pesar de las angustias, a pesar de la confusión, ellas, la calle y la juventud, están abiertas a las interrogaciones y se les pueden aportar los elementos de crítica social, de reflexión política, de análisis que puedan permitir su maduración, que ayuden a aquellos que ya sienten que el combate será largo para pasar de una simple conmoción emocional a una rebelión consciente.

La trampa se ha vuelto a cerrar.- Si hay una sola ilusión no permitida, es la de pensar que la segunda vuelta y las legislativas permitirán "poner un muro de contención" y que, protegido por tal muro, todo el mundo podrá irse tranquilamente de vacaciones a la playa, por haberse desviado todo peligro. Cualquiera que sea el resultado de las elecciones, se puede asegurar que la trampa ya se ha cerrado sobre la población. Las declaraciones que se sucedieron tras las ocho de la tarde del 21 de abril, muestran que el juego político y parlamentario sólo ha hecho dar un paso más en el camino de la perversidad. La izquierda renueva el cálculo que viene haciendo desde hace veinte años. Si hoy no se atreve a decirlo tan claramente como lo hacía el Primer Ministro Pierre Bérégovoy ("El Frente Nacional es la ocasión histórica del Partido Socialista. Mientras sea fuerte, la derecha sea inelegible"), esa izquierda cuenta mucho con utilizar el miedo para frenar la abstención popular, comprimir el voto protestatario y obtener una mayoría parlamentaria en las próximas legislativas (pues las únicas apuestas electorales que le interesan desde ahora están ahí). La izquierda espera, pues, volver a tomar el gobierno. Pero, ¿cuál será el resultado? Si continúa la misma política (bien sola, bien en el marco de una alinza "izquierda plural-UDF-derecha diversa"), al producir las mismas causas los mismos efectos, la miseria y el descontento de la población seguirán creciendo. Y la próxima vez será todavía más fácil para la extrema derecha el captar electores y hacer un tanteo aun más "histórico". La posibilidad electoral que nos preparan los políticos "para dentro de cinco años" será por ello todavía peor. Vista la inversión de alianzas a la que acabamos de asistir, ni siquiera se puede excluir que todos vengan a pedirnos, con el corazoncito en la boca y en nombre de la salvaguardia de la democracia, escoger en segunda vuelta entre Le Pen y Mégret.

Si por cálculo, por "rehacerse" en los medios populares, la izquierda gubernamental flexiona su política hacia un poco más "de social" (integrando eventualmente a ministros trotskistas, ya que hay en curso negociaciones en el Oeste para llegar a candidaturas únicas de concentración izquierda/extrema izquierda), una fracción de la burguesía y de la patronal, que actualmente sostiene la alianza derecha/izquierda en torno a Chirac, cambiaría inmediatamente de campo y llevaría sus votos a la extrema derecha. La trampa electoralista funciona también en ese sentido.

Y funciona también en la tercera hipótesis: la de la alianza directa (desde ahora, donde sea posible, y, dentro de cinco años, de forma masiva) derecha/extrema derecha, ya que Le Pen no apunta tanto a la presidencial actual como a las legislativas. Si amenaza a la derecha parlamentaria actual con romperla, por más de 300 triangulares, es para hacerla hincar las rodillas. Y la cosa va: conversaciones entre responsables de derecha (que en público apoyan a Chirac, del que se espera protección) y los lepenistas han tenido ya lugar en el Sureste. Tampoco se excluye que haya lugar, localmente, a candidaturas únicas o relaciones de voto entre chiraquianos y lepenistas. Lo más probable es que seamos gobernados por una mayoría que utilizará en forma permanente la menaza de "nosotros o el fascismo". Y es por medio de esta amenza como piensan hacer pasar todas sus ofensivas contra los trabajadores. El miedo al Frente Nacional reemplazará al del paro como elemento de pacificación social.

La extrema izquierda.- Por aventurerismo o por táctica (con un reparto de papeles entre los diferentes partidos), la extrema izquierda flota y se divide. Esta chapuza indecente participa de la psicosis actual. Besancenot llama abiertamente y sin reserva a votar a Chirac. Apenas llegado a la escena política, el "candidato más joven", el "revolucionario", apoya al hombre que hace regalos a la Patronal, al "Supermentiroso", al comilón de 4.000 francos de pitanza diarios, al aniquilador de las pensiones, al representante de los garantizados.

Los militantes de cuando se discute con ellos, se encuentran en posiciones difíciles. ¡Ellos, que, en la perspectiva de un duelo Chirac/Jospin, rechazaban orgullosamente a los dos candidatos por igual! Laguillier rechaza la abstención y llama a votar en blanco o nulo. Votar en blanco o nulo es aceptar el juego electoral, es aceptar el procedimiento que se nos impone, ¡incluso cuando da los resultados que se ven! Es conceder claramente la propia caución moral a todo lo que salga en las urnas.

Los camaradas trotskistas, por haber puesto un dedo en el circo electoral, están en trance de pasar entera y progresivamente por él, y sus "ideas" revolucionarias conocerán la misma suerte que la de todos los que pasaron por allí: radicales, socialistas, comunistas.

Las elecciones pasan, los problemas se agravan.- La lógica parlamentaria y los juegos políticos de conquista del poder conducen a un compromiso republicano, es decir, anti-social. Lo que quieren salvar en nombre de la "democracia", de la "república" es el conjunto de un sistema político, ideológico y económico que perpetúa la explotación. La exclusión, los despidos masivos, la falta de libertades, el arsenal represivo, los conflictos armados, la mundialización liberal, la explotacion del Tercer Mundo, las poluciones aumentan, cualesquiera que sean los gobiernos, ya que todos están bajo la bota del capital. Llamando a votar y a sostener el sistema parlamentario anti-democrático, la izquierda y la extrema izquierda han conseguido deshabituar a los trabajadores a luchar codo con codo por la huelga y la acción directa contra los ataques patronales. Hoy, con el voto a Chirac, rompen un nuevo umbral psicológico e ideológico. El choque que deriva de ello nos abre perspectivas. La lucha contra el agravamiento de las condiciones sociales debe incitarnos a la acción.

Nuestra tarea, hoy.- Si hubiera necesidad de demostrar la perversidad del juego electoral, el "resultado" de esta primera vuelta debería bastar. Una fracción de la población, quizá más importante de lo que parece, aterrada por lo que acaba de descubrir, experimenta la trampa del pseudo-fascismo, se interroga sobre la capacidad del sistema parlamentario para resolver los problemas sociales, se plantea, confusamente, muchas cuestiones fundamentales. Es a todos ellos a los que deben dirigirse los anarcosindicalistas, los anarquistas, los libertarios en su conjunto.

Nuestro mensaje será claro. En vísperas de la segunda vuelta, a pesar del creciente ambiente de pánico mediático-político, a pesar de la escandalosa (y, permítasenos decir, antidemocrática) "caza al abstencionista", a pesar de las mentiras y las calumnias con las que se nos abruma, asumimos con calma y serenidad nuestra abstención de la primera vuelta y renovamos nuestro apoyo fraterno a todos los que han secundado nuestra campaña.

Si la abstención en la primera vuelta fue un rechazo, la abtención en la segunad sería una ruptura. Ruptura psicológica e ideológica, hoy, ruptura social, mañana.

Frente a lo que se perfila, el agravamiento de nuestras condiciones de vida, el aumento de la opresión y de la alienación, es indispensable construir una relación de fuerza en la base. No hay otra solución. Aparentar creer que Chirac es el baluarte de la democracia y que las legislativas son la solución definitiva es recular para mejor dejarse comer mañana.

Es preciso romper con toda esta confusión, con la angustia y el sentimiento de la impotencia. Sólo una afirmación permite hoy hacerlo: la afirmación clara de la ruptura ideológica con el sistema, de la que la abstención constituye en este momento el símbolo más fuerte. Papel de todo individuo consciente es propagarla. Es en la capacidad de llamar, como organización, a la abstención como se juzga hoy el carácter revolucionario o colaboracionista de cada organización.

La abstención es la única capaz de constituir hoy el polo de agrupamiento, el punto de partida de una dinámica de luchas, realmente antifascista por ser anticapitalista y en total autonomía por relación a las estrategias parlamentarias, a los políticos de todo género, a los aparatos sindicales y a los otros órganos de control social. Desde hoy, debemos trabajar por que se establezca una resistencia popular autónoma y se desarrolle, para hacer avanzar las luchas contra todas las formas de opresión, contra las políticas antisociales.

Más que nunca, los anarcosindicalistas, los anarquistas, los libertarios en su conjunto deben proponer los principios y las prácticas que siempre hemos defendido y que están, más que nunca, de actualidad: unión en la base, solidaridad, funcionamiento por asambleas generales, delegados con mandato imperativo, revocabilidad de todo mandatado por la asamblea general, acción directa (es decir, acción colectiva sin pasar por mediadores, por turnos institucionales), desobediencia civil, huelgas (puntual, intermitente, general), boicot, autogestión.

Y, para llegar a ello, rechazo de todo compadreo con la Patronal (rechazo de las elecciones sindicales), rechazo de todo lazo con el poder (rechazo de todos los partidos políticos y de sus submarinos, rechazo de todas las elecciones políticas).

CNT-AIT (Unión Local de Toulouse)

Traduce la Redacción Arriba lucha antifascista