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La comuna de San Sebastián. Reedición del libro de
Manuel Chiapuso
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Manifiesto surrealista sobre el esperpento. Situaciones
que se suceden sin aparente causalidad .................... 27
Cultura
cnt
n°293 septiembre 2003
2
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cine
Germinal
La década de los setenta del siglo pasado se está
convirtiendo en un filón para las producciones cine-
matográficas y televisivas. Motivos no faltan. En
ellos se hunden las raíces del modelo económico y
social que "disfrutamos" y, en estos malos momen-
tos para la lírica, al menos sirven de coartada para
que la "edad media" de este estado tenga la posi-
bilidad de reivindicar, o si es preciso inventarse, una
cierta épica. Series como Cuentáme o programas tal
que Cine de Barrio beben de una misma visión ama-
ble, confortable y delicadamente melodramática de
esos años. Convenientemente limados de sus aris-
tas más abruptas, aquellos tiempos se benefician de
aquello que dice "cualquier tiempo pasado fue peor"
pero, eso sí, "nos reíamos mucho". Las clases medias
nacidas en el desarrollismo franquista edulcoran sus
miserias, renuncias y traiciones para reivindicar su
parte en el "desmantelamien-
to" de la dictadura. No en vano, de ellas proceden
la mayor parte de la
actual clase política
cuyos signos de identi-
dad son los problemas de
la Comunidad de Madrid,
los concejales de
Marbella o los patroci-
nadores del clientelar
despotismo ilustrado
cultural imperante.
En este contexto ha llegado a las pantallas, hace
ya unos meses, Torremolinos 73 una película que se
mantiene todavía en cartelera y cuya visión, cuan-
do se escriben estas líneas, se presenta como una
digna actividad en estas calurosas tardes veraniegas.
Cierto es que el espectador debe quitarse el prejui-
cio que puede suponer un certero, por descriptivo,
título pero que puede remitir a las peores astraca-
nadas de aquellos años que cíclicamente se emiten
por televisión. Nada más lejos. Basándose en una his-
toria real, esta producción hispano danesa, tiene
varias virtudes que hacen aconsejable su visión. En
primer lugar que parece honrada. Lo que no es poco
en unos momentos en los que se vende cualquier
abalorio dorado como oro, véase Almodóvar, o cual-
quier niñato universitario, años de Filmoteca y pre-
sunta iconoclasia se convierte en un "peligro" para
el sistema y un genio insustituible. Baste recordar
a Alex de la Iglesia. En segundo lugar, cuenta una
historia que mantiene el interés del espectador salvo
que se tenga el cerebro completamente reblandeci-
do por la "caja tonta" o los "camparines" de los apa-
ratos de radio de los coches que pueblan las noches
veraniegas de esta piel de toro. Finalmente, en ter-
cer lugar, porque nos ofrece una cristalina disec-
ción del panorama humano mayoritario, tanto indi-
vidual como colectivamente, de la España de aquellos
años. Comprenderemos mejor la actual sociedad
española atendiendo a las motivaciones de esta pare-
ja que para salvar su situación económica y vital
terminan convirtiéndose en los protagonistas de
algunas de las películas pornográficas de más éxito
en Dinamarca.
Por ser una rara avis en el panorama cinemato-
gráfico español debe ser vista. Es una película de una
dignidad que, incluso, choca con las vicisitudes de
ese vendedor de enciclopedias a domicilio recon-
vertido en director de las películas "explícitamente
sexuales", que se decía entonces, de venta en
Escandinavia. Y ellos que se lo creían. Como hoy
nadie dice que mira lo que hay detrás de ciertas
gabelas inesperadamente obtenidas o fortunas rápi-
damente conseguidas. Como dijo el ínclito conse-
guidor, todavía en activo, y ministro de Hacienda del
PSOE, Carlos Solchaga, en este país el que no se
hacía rico era porque era
tonto. Y era verdad.
España parecía, y parece,
un inmenso Cotolengo,
en el que todo el mundo
mira a otro lado distin-
to del que quiere, en rea-
lidad, ver. Mientras, la
mano izquierda cuenta,
por delante, su arrojo en las barricadas del mayo
parisino o su compromiso contra la Dictadura, la
derecha, por detrás, agarra el cazo en el que caen
las monedas de los beneficios de ocupar cargos de
responsabilidad o de acuerdo con su real valía que,
por supuesto, nada tiene que ver con el modesto
puesto de funcionario u oficinista que ocupaba hasta
entonces.
Torremolinos 73 nos pone de manifiesto que no
hay otra cera que la que arde. Que si los pueblos tie-
nen los gobernantes que merecen, en la actual
España el aserto no sólo se verifica por completo
sino que, incluso, parece quedarse corto. Poco se
equivocaba el decrépito y consumido viejo general
golpista cuando en vísperas de su muerte afirmó
que todo quedaba atado y bien atado. Por lo menos
a corto plazo. Baste mirar cómo se mira con recelo,
cuando no abierto rechazo, los actuales tímidos
intentos de "recuperar la memoria" y dignificar a los
masacrados. El problema no es que un señor llama-
do Pío Moda escriba, e incluso obtenga cierto éxito,
con la vieja cacunda de sus libros, sino que haya
casas editoriales que lo promocionen y lo compren
quienes no quieren mirar a su alrededor y sí al infi-
nito para ignorar lo que tienen tan cerca.
Torremolinos 73
Director: Pablo Berger.
Interpretes: Javier Cámara, Candela Peña, Juan Diego
España 2003
93 mins
Torremolinos de
1973 a 2000
Sin Permiso
"19 cantautores del siglo XXI"
Pito Karkoma
Allá por el año 98 empecé a actuar en solitario con
un espectáculo que mezclaba mis canciones con sket-
ches, cuentos, humor, etc. y así anduve de escena-
rio en escenario, empezando a conocer a unos
cuantos "locos" como yo, que con sólo una guitarra
y unas letras, nos subíamos a un tablao, rompiendo
la dinámica de la bronka y el ruido, a pesar de que
seguramente todos nosotros habíamos cantado y bai-
lado e incluso formado parte, con los compañeros
de grupos HC-punk-metal con los que compartimos
codo con codo, ideas y esperanzas, pero ahora esta-
mos aquí para decir lo que queríamos y teníamos
que decir, cada uno a su manera, con sus letras, y
conseguimos, creo, algo importante, que la gente se
sentara a escuchar... algunos incluso empezaron tam-
bién a cantar algunas de nuestras canciones... y así
fui conociendo a Jano y a Angel "El Super" en
algún certamen de cantautores ¿punk?, o cuando
subí a tocar al Ateneo Libertario de Villaverde en
Madrid invitado por CNA, y conocía Regocijo en el
Fango, Producto Interior Bruto o Paso a Paso,
increíble y emocionante, su actitud conjugaba con
la poesía, la lucha con sentimiento, toda así de sen-
cillo, con tan solo una guitarra, luchando para cam-
biar la sociedad, para cambiar la vida, también para
cambiar la forma de decir las cosas, esas cosas que
hoy más que nunca tenemos que cantar y contar, por-
que la revolución hay que seguir haciéndola día a día,
precisamente allí fuimos hablando de hacer algo
juntos. A mí me apetecía hacer algo colectivo, poder
dar a conocer al resto del mundo, o al menos al movi-
miento "alternativo", a estos artistas de la calle, que
sencillamente me emocionaban sus letras y su forma
de hacer las cosas, que no pretendían más que can-
tar sus canciones, alejados de la mierda en que con-
vierten todo esto del rock en mero objeto de consumo
juvenil. Alguno de ellos ya editaba sus cassettes,
pero empezamos a hablar del proyecto de realizar
un recopilatorio como este, con la participación de
más gente, para decir, "aquí estamos, esta es nues-
tra forma de hacer y decir las cosas". Y ese fue mi
compromiso, yo había rastreado previamente los catá-
logos de las distris alternativas, ya que también
movía material en puestos y entre colectivos, y tenía
ya la sensacional y pionera cinta de javi Chispes
"Caperucita y la guerra", que le supuso el puente
entre Maniática y Banda Jachís, y que contiene una
serie de canciones que seguramente habrían calado
en mucha gente, Corazón Negro, El Siguiente,
Hadidas Apóstol, Desguaze,... formaban parte de mi
colección. Yo mismo también edité una cinta en soli-
tario como Pito Karkoma "Komando X tropicala" y
empecá a enviar circulares, cartas, e-mails, llamadas
telefónicas, etc. a donde pensaba que podían fruc-
tificar, comunicando el proyecto por todo el Estado,
solicitando adhesiones que pronto o tarde llegaron,
acabaron llegando, así como nuevas incorporacio-
nes: Juanito Piquete, quien no necesita presenta-
ción, El More, de quien conseguí una cinta con una
sigue en la página 26
música
Torremolinos 73 nos pone de manifiesto
que no hay otra cera que la que arde.
Que si los pueblos tienen los gobernantes
que merecen, en la actual España el
aserto no sólo se verifica por completo
sino que, incluso, parece quedarse corto.
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