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El que montó el caso Scala, ahora rige el Chapapote

Las cenizas del Scala

A las 13:15 horas del domingo 15 de enero de 1978, tras una manifestación contra los Pactos de la Moncloa convocada por la CNT en el centro de Barcelona, un grupo de jóvenes anarquistas lanzaba varias botellas incendiarias contra el restaurante espectáculo barcelonés Scala, en la esquina de Consell de Cent y paseo Sant Joan, que ardió como una pira. Las consecuencias de aquel acto, que tuvo una enorme repercusión, fueron la muerte de cuatro trabajadores –Ramón Egea, Juan López, Diego Montoro y Bernabé Bravo-, la destrucción de un local muy popular y el fin de la resurrección de la CNT.

Veinticinco años después, nadie pone en duda el trascendental papel desempeñado por un confidente de la policía, Joaquín Gambín, "el Grillo", que se infiltró en la CNT y dirigió el atentado. Aquellos días, el centro de Barcelona era un hervidero mezcla de radicalismo y de personajes siniestros, que protagonizaban casi a diario duros enfrentamientos con la policía. Gambín, como "el Rubio" o "el Legionario", formaba parte de aquel oscuro submundo entre la delincuencia y la colaboración policial.

El fiscal del caso Scala, que se juzgó en Barcelona en diciembre de 1980, Alejandro del Toro, escribe en "Cuadernos Jurídicos" (noviembre de 1994) que la información extraprocesal que logró sobre Gambín "era estupefaciente". Y añade que "carecía de sentido que un delincuente profesional, casi cincuentón, reclamado por diversos juzgados, hubiera sentido... tales ideologías libertarias, hubiera colaborado con ellos (los presuntos responsables) en conducirles por Barcelona en su SEAT 1430, en enseñarles la fabricación de cócteles molotov y en dirigirlos sabiamente". Pero lo cierto es que a las pocas horas del incendio, sigue escribiendo el fiscal Del Toro, "unos policías de Madrid comunicaron a sus colegas de Barcelona los nombres y señas de los autores, omitiendo cualquier referencia al Grillo. Más claro que el agua". El nombre de Joaquín Gambín aparecería después, en las declaraciones de los detenidos.

El entonces ministro de Gobernación, Rodolfo Martín Villa, presentó la detención del grupo en apenas 24 horas como un triunfo. La policía andaba necesitada de éxitos, temerosa de que la transición conllevara una purga en el cuerpo. Para los dirigentes de la CNT, estaba claro que había sido un complot policial para acabar con la emergente central libertaria. Los condenados, que nunca han aceptado su participación directa en los hechos pero sí en la preparación de los cócteles, se siente víctimas de manipulación por los servicios secretos.

La vista del caso Scala, en diciembre de 1980, no contó con el testimonio de Martín Villa, solicitado por las defensas (Loperena, Palmés, Krauel y Seguí), ni con la presencia de Gambín, fugado de la prisión de Elx en extrañas circunstancias. A pesar de varias órdenes judiciales de captura, la policía no lograba dar con el Grillo. Pero sí la prensa.

Fue el periodista Ferran Sales quien, en plena vista del juicio, dio con el confidente en Rincón de Seca (Murcia) y más tarde, Rafael Cid y Día Herrera lo entrevistaban en "Cambio 16". El comisario José María Escudero, alias ‘Escubi’, era mi jefe directo", declaró. Escudero era un policía de la "cuadra Conesa", un oscuro superagente implicada en diversos trabajos sucios. Gambín cobraba 45.000 pesetas mensuales por sus "trabajos" de infiltración o por constituir el Ejército Revolucionario de Ayuda al Trabajador (ERAT), grupo que practicó varios atracos antes de caer en otra "brillante" operación policial. Por la delación de Scala cobró 100.000.

La sentencia condenó a José Cuevas, Javier Cañadas y Arturo Palma a 17 años de prisión como autores de homicidio involuntario y por fabricar explosivos. Luis Muñoz fue condenado a dos años y seis meses por complicidad y Rosa López, a cinco meses por encubrimiento. Estas penas indignaron a sectores de la extrema derecha por considerarlas demasiado suaves. El recurso presentado por los defensores, por quebrantamiento de forma y denegación de pruebas por la no comparecencia de Martín Villa en la vista, fue rechazado por el Supremo.

La presión sobre la policía por el asunto Gambín se multiplicó a raíz de la vista y de las exigencias, en aquel sentido, del indignado fiscal Del Toro, que desde instancias judiciales conservadores fue acusado de "simpatizar con los anarquistas".

El representante del ministerio público se defendió años después escribiendo que, ante "el escándalo judicial" que representaba una vista sin el Grillo, "mi problema fundamental era no cubrir de ridículo mi carrera". Porque "todo estaba cojo y propicio a las más desaforadas imaginaciones".

Gambín siguió escabulléndose. Se hizo pasar por un tío suyo que murió y se organizó su propio entierro en Murcia, al que asistieron, incluso, algunos dirigentes de la CNT que le seguían los pasos. Esta depurada técnica de camuflaje ya la había practicado con ETA y una esquela que logró que publicara "Egin".

Finalmente, en diciembre de 1981, el Grillo era detenido, tras un tiroteo, en Valencia. Dijo que se entregó harto de que la Brigada de Información le hubiera abandonado.

La segunda vista por el caso Scala se vio en diciembre de 1983, con un solo acusado: Joaquín Gambín. "La Vanguardia" informó aquel día que "es la primera vez que se juzga en España a un confidente policial".

La sentencia le condenó a siete años por concurrencia a manifestación con armas y preparación de explosivos. Las cenizas del incendio se posaron definitivamente.

Josep M. Sòria

Extraído de La Vanguardia 12/01/03

D. Rodolfo Martín Villa. Siempre ¡Presente!

Nace en Santa María del Páramo, León, el 3 de octubre de 1934.

Cursó el bachillerato en el Colegio de los Agustinos, de León, y la carrera de Ingeniero Industrial en la Escuela de Madrid.

Ingresó por oposición en el Cuerpo Especial de Ingenieros Industriales al servicio de la Hacienda Pública.

Puestecillos ocupados durante el régimen del generalísimo (selección muy selectiva):

Jefe Nacional del SEU Presidente del Sindicato de Papel, Prensa y Artes Gráficas, Delegado provincial de Sindicatos en Barcelona, Director general de Industrias Textiles del Ministerio de Industria, en noviembre de 1969 fue nombrado secretario general de la Organización Sindical CNS, en 1974, gobernador civil y jefe provincial del Movimiento de Barcelona, el11 de diciembre de 1975, Ministro de Relaciones Sindicales, como procurador en Cortes, perteneció a las Legislaturas VII, VIII, IX , X

El 7 de julio de 1976, fue nombrado ministro de la Gobernación por el primer gobierno de Adolfo Suárez.

El 15 de junio de 1977 fue nombrado senador real, cargo en el que cesó al ser disueltas las Cortes en diciembre de 1978. Al formarse el nuevo Gobierno el 4 de julio de 1977, es confirmado como ministro de la Gobernación (Interior). Siendo él Ministro de Gobernación (Interior) y Manuel Jiménez de Parga (actual presidente del Tribunal Constitucional) Ministro de Trabajo tuvo lugar el criminal suceso del "Scala" de Barcelona. Fue ministro de Interior hasta el 6 de abril de 1979, fecha en que era sustituido por Antonio Ibáñez Freire.

El 8 de septiembre de 1980 fue nombrado Ministro de Estado para la Administración Territorial, en el último gabinete de Adolfo Suárez. En el de Calvo Sotelo fue confirmado en su carrera, con el rango de Vicepresidente de Administración Territorial, y en el segundo Gobierno de Calvo Sotelo, fue nombrado vicepresidente para Asuntos Políticos.

En las elecciones generales celebradas el 1 de marzo de 1979 resultó electo diputado (UCD) por León y durante la legislatura ejerció como miembro por el Grupo Parlamentario Centrista de la Diputación Permanente.

Reelegido diputado en 1982, renunció al acta con fecha 9 de febrero de 1983. El 29 de julio de 1982 cesa por real decreto como Vicepresidente primero del Gobierno, tras ser nombrado Secretario de organización de UCD.

En septiembre de 1985, ingresa en el PDP que presidía Oscar Alzaga. Fue elegido Presidente del comité regional de Castilla y León. En 1987 anuncia su candidatura a la Presidencia de la Comunidad Autónoma de Castilla y León en las elecciones del 10 de junio de 1987. Por razones que bien conoce Aznar, D. Rodolfo tuvo la amabilidad de retirarse y no competir con la candidatura de S.E que por aquel entonces también se presentaba a las mismas elecciones.

El 11 de febrero de 1988, el Consejo de Administración de Cajamadrid acordaba que la Comisión ejecutiva de la entidad estuviese constituida por 7 vocales, entre ellos, Rodolfo Martín Villa. Más tarde, el 8 de febrero de 1990 presentó la dimisión, como consecuencia del dictamen publicado sobre incompatibilidades de diputados dentro del Estatuto de los Diputados. No obstante, sí le fue reconocida su participación como accionista del 16,66 % de la empresa Cliner SA, que mantiene contratos con las Administraciones Públicas.

Es accionista desde su fundación en 1985 al igual que su esposa.

Con el ojo avizor que le caracteriza, en enero de 1989 ingresó en Alianza Popular, AP, unos días antes del IX Congreso del Partido celebrado el día 20 de enero, durante el cual dicho grupo pasó a denominarse Partido Popular. [...] En las elecciones generales del 29 de octubre de 1989, se presentó por Madrid y fue elegido diputado del Partido, y es presidente de la Comisión de Presupuestos de la Cámara Baja.

En el X Congreso del Partido, celebrado en Sevilla el 31 de marzo de 1990, fue elegido miembro de la Ejecutiva del partido.

El 19 de agosto de 1985, Antonio Cubillo acudió a la Audiencia Nacional para prestar declaración en relación a un atentado del que fue objeto en abril de 1978. A la salida de la Audiencia, manifestó que uno de los responsables fue el ministro del Interior, Rodolfo Martín Villa, quien el 30 de enero de 1990 solicitó al independentista 10 millones de pesetas por presunto delito de calumnias. Finalmente, en julio de 1991 la Audiencia Provincial de Madrid absolvió a Cubillo del delito de calumnia, al igual que el Tribunal Supremo cuya sentencia expone que "no se puede prescindir de la condición de víctima del grave atentado que lamentablemente ostenta el acusado".

D. Rodolfo Martín Villa fue el encargado por la dirección del partido de dialogar con Hormaechea, presidente de Cantabria, procesado por un presunto delito de prevaricación y malversación de fondos, motivo por el cual se planteó su dimisión. Hormaechea, tras el resultado de las elecciones autonómicas del 26 de mayo de 1991, se unió al PP y el 2 de julio fue elegido presidente.

Martín Villa, en las elecciones generales del 6 de junio de 1993, fue reelegido diputado por Madrid. Además, fue presidente de la Comisión de Control de la Caja de Ahorros de Madrid, y vocal del Comité Ejecutivo de su partido.

El 23 de octubre de 1995 fue reelegido presidente de la Comisión de Control de dicha entidad bancaria y es miembro del Comité Ejecutivo.

En las elecciones generales del 3 de marzo de 1996, renovó su acta de diputado por Madrid del Partido, partido que obtuvo la mayoría. El 16 de mayo, fue nombrado presidente de la Comisión de Justicia e Interior, en el Congreso de los Diputados.

No obstante, el 11 de febrero de 1997 renunció a su acta de diputado al ser nombrado por S.E, días antes (7/2/97), presidente de Endesa por el Consejo de Administración de la Sociedad Estatal Participaciones Industriales, SEPI.

[...] El 19 de marzo 1997, fue nombrado miembro del Consejo de Administración de CEPSA.

Durante su estancia en Endesa, ha dirigido su privatización lo que le ha llevado a quedarse en ella. El 29 de septiembre de 1997, se pusieron por primera vez sus acciones en bolsa y el 5 de junio de 1998, concluyó la venta un segundo grupo de acciones.

El 12 de noviembre, compareció ante una comisión del Parlamento chileno para explicar la alianza estratégica firmada en agosto entre Endesa y el consorcio chileno Enersis.

Unos días más tarde, el 28 de esa misma fecha, era designado vicepresidente de Enersis, en la primera reunión de su consejo de administración. Y el 30 de marzo de 1999, fue nombrado presidente, en sustitución de José Antonio Guzmán.

[...]

Enviado por estadono

 Arriba. ¡LUCHA ANTIFASCISTA!

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