Tanto la forma de preparación, como sus ingredientes son harto sencillos. Su calidad culinaria por el contrario es más bien escasa. Para su elaboración baste con tomar una base de caldo sea cual sea; Antiglobalización, Cumbre Europea, Primero de Mayo, Defensa de un paraje natural, Marcha contra la Base de Rota, etc y añádase el contenido de un buen sobre de letras.

Valen todas, no importa cuales sean: IU, CGT, UGT, CC.OO, USO....las que sean. Entre este revoltillo encontraremos las de siempre sabrosas C.N.T. pero con todo su sabor perdido al diluirse este en este batiburrillo de letras. Pocos ingredientes más admite la receta.

Por otra parte con cierto regusto amarillo (y eso que no lleva azafrán), reformista, politiquero o qué sé yo. A pesar de todo, a algunos compañeros les gusta el plato. No es de extrañar, existe gente a las que les gustan las hamburguesas del Mc Donald y ahí están. A otros compañeros nos causa asco y dolor de estomago este plato por la profusión de letras que se ven mezcladas. Preferimos un caldo más liviano pero también más sabroso y reconstituyente y ya nos conformaríamos con que las letras del mismo sean únicamente las que desde tanto tiempo, estamos acostumbrados a saborear CNT, FAI, MM.LL y JJ.LL ,si se desea se puede añadir las siglas de algún Ateneo Libertario y nada más.

Hemos dado esta receta para aviso de cenetistas, perdón, de comensales, pues estamos convencidos de que el uso y abuso de este asqueroso plato puede dar al traste con el restaurante confederal que tanto es de nuestro agrado. No estamos dispuestos a saborear este plato a la fuerza y muchos compañeros, lamentablemente, estamos obligados a rechazarlo siempre que se nos presente bajo la excusa de que unidos somos más efectivos. Dudamos de la efectividad que podamos adquirir en esta sopa de letras, salvo la de diluirnos en la nada, compartir el desprestigio o ser los tontos útiles de políticos, burócratas sindicales y trepas ...quizá  el gusto hacia este plato por algunos sea debido al olvido de que nosotros somos algo distinto a todo lo anterior y que precisamente en solitario es como debemos presentarnos a los comensales de esta sociedad sin perder el prestigio que es, al menos, lo que nos queda y que no debemos dejarnos arrebatar.