Quizá tú, que lees esto, hayas
opinado más de una vez sobre la manipulación y censura que hay en
todos los medios de información (o de "desinformación), quizá te
indignes con la visión única, lineal, prácticamente invariable de
todos los medios comerciales e, incluso, puede que te hayas preguntado
alguna vez cómo es posible que no haya un solo periodista imparcial,
con voz propia, que no esté vendido al poder de turno o a la mano que
le da de comer.
Pocas veces se reflexiona, en cambio,
sobre las condiciones en que trabajan esos periodistas: la precariedad
de un mercado de trabajo con mano de obra masificada y fácilmente
sustituible, las presiones que encuentra todo aquel que trata de ser
mínimamente imparcial, la censura o, lo que es más común, autocensura
a que se somete el propio informador para tratar de mantener sus puesto
de trabajo, por más precario o en condiciones de explotación que sea
porque la oferta no es mucha ni muy diferente.
Parece muy común últimamente que el
periodista sea contratado en una categoría inferior a la que ocupa
realmente (habitualmente como "auxiliar de redacción" en
lugar de redactor) yque por esta razón acabe cobrando hasta el 50%
menos y trabajando más de las 35 horas establecidas en el convenio
colectivo.
En esta situación se encontraba
nuestra compañera Helena González cuando llegó al sindicato allá por
el mes de diciembre. Trabajaba entonces en el semanario local "La
Voz de Medina" (de Medina del Campo, Valladolid) y colaboraba en el
"El Mundo de Valladolid". Traída bajo el brazo una carpeta
con los trabajos que habían sido censurados por su editor, Javier
Cuevas, propietario del semanario local (poco se pudo hacer contra esta
censura, pero esa es otra historia). Y decimos "trabajaba", en
pasado, porque la compañera fue despedida de forma completamente
caciquil poco después de poner el tema en manos del abogado de la CNT e
iniciar una reclamación de su categoría y diferencia salarial.
Nada más recibir la citación para el
acto de conciliación, el empresario inició una campaña de acoso y
derribo contra ella encaminada a que diese marcha atrás y, sobre todo,
a evitar que se extendiese el conflicto a otros trabajadores en iguales
o peores condiciones: la aisló en un despacho poco transitado, le
prohibió entrar en la redacción y hablar con sus compañeros, le
impuso tareas absurdas como copiar direcciones de la guía de
teléfonos, le prohibió hablar por su teléfono móvil y expulsó de la
empresa a las personas que acudían a visitarla, le amenazó
constantemente con
supuestas sanciones, la insultó, etc... hasta expulsarla
definitivamente el 1 de marzo pretendiendo que firmase sin leer una
carta de despido y ridiculizando el hecho de que se hubiese sindicado.
"Ahora llama a tus amigos anarquistas", le dijo.
Aunque no se vio posible iniciar un
conflicto colectivo dado el miedo del resto de los trabajadores (uno de
ellos llegó incluso a tratar de impedir que los compañeros repartiesen
octavillas a lectores y anunciantes del periódico), la CNT sacó el
conflicto a la calle: pidió el boicot para la publicación, repartió
octavillas explicando las razones del despido y reclamando la
readmisión, etc.
Gracias a todos los que enviasteis
faxes. La readmisión no parece hoy posible, pero al menos hemos
conseguido que el empresario cacique cometa errores que serán muy
útiles para el juicio, hemos logrado que un sector del pueblo se
implique en el asunto y mucha publicidad gratuita en toda la provincia.
Varios medios provinciales (el Norte
de Castilla, la Ser, Canal 9 TV) han dado noticias referentes a este
conflicto, CC.OO y UGT se han implicado igualmente opinando que
"hay otras formas de resolver este tipo de conflictos" y hasta
el mismo cacique le dedicó 4 páginas en su semanario y el editorial.
Os mantendremos informados de cómo
evoluciona el conflicto y de la sentencia judicial cuando la haya.
Esperamos poder animar a otros
trabajadores de esa empresa a que exijan igualmente los derechos que les
niega el empresario Javier Cuevas.
Sin más, agradecer a todos vuestra
solidaridad con la compañera Helena González.
SOV de CNT de Valladolid