Te lleva a la página de la CNT Te lleva a la página de la AIT-IWA

Índice General  Portada  Contraportada  Agenda  Actualidad  Sociedad  Gaceta Sindical  A.I.T.  Mundo  Ecología  Buscando el Norte  Opinión  Ocio Cultura  Vida confederal  Comunicados

Índice General

Portada

Contraportada

Agenda

Actualidad

Sociedad

Gaceta Sindical

A.I.T.

Mundo

Ecología

Buscando el Norte

Opinión

Ocio Cultura

Vida confederal

Comunicados

 

Tambores de guerra

Bartolomé

El negocio de la guerra

Estamos acostumbrados a ver en los medios de comunicación imágenes de guerra y violencia. Hoy se desarrollan en el mundo múltiples guerras y conflictos que suponen un despilfarro enorme de recursos en la construcción de armamento; a lo que hay que sumar las consecuencias destructivas, las vidas humanas perdidas, refugiados, enfermedades, contaminación del suelo y otras consecuencias medioambientales, etc. La mayoría de los estados priorizan muchas veces sus gastos en armamento militar sobre otro tipo de gastos: sectores productivos, educación, sanidad, vivienda, atención social, etc.

¿Por qué todo este derroche? No podemos ignorar las causas económicas, políticas, religiosas, territoriales, ideológicas, etc. que pueden estar presentes en los conflictos bélicos, pero lo que no podemos ignorar tampoco es que detrás de todo eso hay un gran negocio (beneficio económico) para las grandes empresas productoras de armamento y los que comercian con ese armamento, aunque ello condene a millones de personas a la desesperación, el hambre, el éxodo o la muerte. Hasta el siglo XIX la mayor parte de muertos en una guerra pertenecían a las fuerzas militares, pero ahora esas cifras se han invertido debido al desarrollo de armamentos cada vez más destructivos. Millones de minas terrestres distribuidas por diferentes zonas del mundo, en países con conflictos bélicos pasados o actuales, esperan que una víctima inocente las pise.

Los principales países (gobiernos y empresas industriales) productores y exportadores de armamento son EE.UU. Rusia, Gran Bretaña, Francia, Alemania, China, etc. que venden sus armas por todo el mundo., En los últimos años, los países importadores más importantes han sido India, Japón, Arabia Saudí, Afganistán, Grecia, Turquía, Iraq, Irán, Corea del Sur, Pakistán. Algunos países como Rusia o Alemania, además de ser importantes exportadores de armamento, también importan cifras importantes en armamento. El comercio de armas tiene -consecuencias desafortunadas para los países compradores, pues gastan recursos económicos que podrían emplearse para otros proyectos como la compra le maquinaria agrícola, producción de energía, tecnología manufacturera creación de escuelas u hospitales, etc.

España no se desvía de las directrices que marcan los países desarrollados fabricantes de armas. En los últimos años han aumentado los gastos militares, sobre tono en lo que se refiere a compra de armas e investigación (Ej: construcción del avión europeo de combate). España también exporta armamento militar; los principales compradores hasta 1.998 eran Turquía, Marruecos, Tailandia, Chile, Irán, Corea del Sur, Jordania, Angola, Filipinas, Indonesia.

No es de extrañar, pues, que, desde los principales países exportadores de armamento, cuyas economías se fortalecen con este tipo de negocios, se alimenten y provoquen conflictos en diferentes zonas del mundo. Se trata de provocar tensiones, vender armamento, etc. y después se envía a las ONGs para lavar la conciencia. Otras veces, la guerra se utiliza para controlar o mantener el control sobre determinadas zonas y regiones, sobre determinados regímenes políticos u otros, habiendo, la mayoría de las veces, grandes intereses económicos en juego: control energético, estratégico, geopolítico, etc. Podemos ver un tanto de falsedad en los discursos políticos de los estados más poderosos del mundo; por una parte, nos previenen del peligro procedente de determinadas zonas, justifican el enorme despilfarro en armamentos (hay que armarse para protegerse, nos dicen); pero, por otro lado, a la vez, se abastece (comercio-negocio) de armas a las zonas geográficas a las que se dice temer.

Las zonas de Asia donde hay mayores conflictos han sido alimentadas en armamento por los países exportadores que ahora están "alarmados". Lo mismo ocurre con Africa: primero, se les colonizó y se les expolió; más tarde, se les dio la "independencia" política, y, poco después, se provocó y alimento todo tipo de tensiones y conflictos bélicos entre ellos. El negocio ha estado por encima de todo, y entre esos negocios, el de la guerra, el de la venta de armas, es de los más lucrativos, claro está, para algunos.

¿Qué posibilitaría el desarme? Si los recursos derrochados en armamento militar se destinasen a desarrollar el bienestar social podrían solucionarse muchas situaciones de hambre y miseria existentes, no podemos olvidar que gran parte de la población mundial carece de los recursos mínimos para poder sobrevivir o vivir dignamente. Miles de niños mueren cada día por falta de alimento o medicinas. Millones de personas carecen de vivienda, agua potable, electricidad, escuelas, atención sanitaria, etc. Y no sólo hablamos de recursos económicos, también tenemos que contemplar los recursos humanos y de investigación derrochados. ¿No sería más beneficioso que todas las personas que investigan sobre armamento investigasen sobre otros asuntos (enfermedades, energías, tecnologías medioambientales, etc.), y que todos los que trabajan en fábricas de armamento fabricasen para cubrir necesidades humanas (alimento, vestido), o construyesen casas, hospitales, escuelas, infraestructuras básicas, etc.?

Con lo que cuesta un misil, habría para 100.000 dosis alimentarías. Con el dinero de un tanque, habría para construir 520 pequeños colegios. Lo que cuesta un submarino nuclear equivale a la construcción y puesta en funcionamiento de 50 hospitales de ciudades medianas.

El desarme posibilitaría la paz, y, con ella, que eso que llamamos "derechos humanos", el gran proyecto de dignidad que el ser humano ha creado, pueda ser una realidad algo más cercana de lo que hoy es para la mayoría de los seres humanos, para los que los "derechos humanos" no son más que un espejismo.

Algunos pensarán que esto del desarme es una utopía, una ingenuidad, que siempre habrá guerras, pues el ser humano es ambicioso, conflictivo, "malo" por naturaleza; etc. Eso es lo que interesa a este negocio de la guerra, que haya muchos que piensen así; pues, cuando haya otros muchos "muchos" que piensen que los conflictos se pueden resolver de otras maneras; que piensen que el negocio de la paz es más rentable y beneficioso para todos, este negocio de la guerra puede comenzar a hundirse, y el desarme dará paso al desarrollo del bienestar de muchos pueblos y sus gentes.

La "guerra" en Irak o el triunfo de la barbarie

Estados Unidos, mejor dicho, su gobierno, nos prepara otra guerra. Parece como si, cada cierto tiempo, el Imperio necesitara ofrecer al Dios Dinero (beneficio económico) un sacrificio, como si tuviera la necesidad de vaciar sus almacenes de armamento para poder seguir produciendo y alimentando ese gran negocio del terror y a sus beneficiarios.

Ahora le toca a Irak, Saddam Hussein se ha convertido en el enemigo principal para la humanidad. Pocos dudarán de que este personaje es un dictador que subyuga a su pueblo; pero esto no es nuevo, ya lo era cuando los que hoy lo quieren eliminar eran sus amigos, les vendían armas de todo tipo y le apoyaban en su guerra contra Irán. Y era un amigo cuando utilizó armas químicas contra su propio pueblo (kurdos del norte), matando a miles de mujeres y niños.

Aquello se aceptaba por intereses estratégicos, el criminal de hoy era entonces un criminal útil para el clientelismo americano. Después de la invasión de Kuwait y la posterior guerra del Golfo, el amigo se convierte en enemigo y amenaza para el mundo. Los intereses estratégicos y económicos en el control energético (petróleo) y sus mercados han cambiado. El monstruo que se ha creado está fuera de control, ahora hay que reducirlo. El gobierno de E.E.UU. con el apoyo de otros gobiernos quiere hacer la guerra en Irak cuando gran parte de la comunidad internacional pide paciencia argumentando falta de pruebas y motivos para esa guerra, proponiendo como medidas que la ONU controle el tipo de armamento militar del que dispone Irak. Dicho sea de paso, ¿quién controla el armamento de EE.UU.? ¿De dónde nace la seguridad de que Irak posee armamento de destrucción masiva y armas químicas y biológicas? ¿Es que ellos se las han vendido o saben quién se las ha proporcionado?

Hay serias dudas sobre esta guerra que se prepara; dudas que se convierten en serias sospechas sobre los intereses económicos, estratégicos y políticos (política internacional de dominio e interna de EE.UU.) que hay en juego. Pero esto no es una novedad, estamos acostumbrados a esta política intervencionista de EE.UU. en el mundo, (América Latina, Sur de Asia, etc.), siempre de acuerdo a los intereses económicos y estratégicos de su complejo militar-industrial; hostigando o apoyando gobiernos según esos intereses, independientemente de que esos gobiernos fueran dictatoriales o no.

¿Y el gobierno español qué hace en esta situación? Aznar está dispuesto a apoyar esta política americana que prepara la guerra en Irak, todo ello sin haber explicado a la opinión pública los motivos de ese apoyo, y a pesar de que la mayoría de las gentes de este país está en contra de ese apoyo incondicional al gobierno de EE.UU. ¿ En qué democracia vivimos?

¿Y el pueblo iraquí? No tiene bastante con soportar y sufrir la política opresiva de su dictador, ni con sufrir las consecuencias de la guerra del golfo y del embargo económico desde hace más de diez años, que han generado y siguen generando pobreza, hambre, falta de medicinas, enfermedades derivadas del uso de uranio empobrecido en el armamento de los "aliados". (Las guerras y los embargos y bloqueos se hacen contra los gobernantes dictatoriales, pero quienes padecen sus consecuencias son los pueblos, la gente de la calle). No tienen bastante con el continuo hostigamiento militar en el Norte y Sur del país por parte de fuerzas americanas e inglesas desde la Guerra del Golfo; ahora tendrá que cargar con las consecuencias de destrucción y muerte (efectos colaterales y directos) de una guerra abierta.

Pero según Bush, ese es el regalo no de EE.UU. al mundo, sino de Dios a la humanidad; aunque, según Hussein, su Dios les protegerá de los agresores. ¿Mismo lenguaje?

En fin, como dijo no hace muchos días un tertuliano de la radio (los nuevos intelectuales del país), "queremos la comodidad de tener coches que gastan gasolina (petróleo), y después montamos un drama, y nos echamos a la calle"; ¿nos oponemos a la guerra?. Tal vez tenga razón este señor: la vida de unos miles de inocentes no puede frenar el "progreso" de occidente, mejor dicho, el enriquecimiento de sus elites poderosas. ¿Puede haber más bajeza moral?

CNT de Fernán Nuñez

 Arriba. ¡LUCHA ANTIFASCISTA!

 Índice General  Portada  Contraportada  Agenda  Actualidad  Sociedad  Gaceta Sindical  A.I.T.  Mundo  Ecología  Buscando el Norte  Opinión  Ocio Cultura  Vida confederal  Comunicados