Aludíamos
en otro apartado de esta sección a las cifras del INEM y sus mentiras, pero
los agujeros de la "democracia" dejan ver por doquiera sus desajustes. Apenas
tratan de tapar desmanes por un sitio, cuando ya por mil otros se quedan con
el culo al aire. Ahora es la EPA la que corrige al INEM. Se sabe, aparte de
otros chanchullos informativos y camuflajes, que el INEM sólo contabiliza los
parados inscritos en sus listas, pero son legión las personas paradas que,
bien por ser rechazadas por el organismo o porque lo tienen por absolutamente
inútil, no figuran en esas listas. La EPA, en cambio, representa la encuesta
hecha directamente sobre la ciudadanía. Resultado: gran disparidad entre los
datos de uno y otro organismo. 80.000 parados nuevos en el último trimestre
(julio-septiembre), pero donde el INEM da la cifra de 101.000 parados nuevos
con relación a la misma fecha del año anterior, la EPA da la cifra de más de
271.000, y donde el INEM consigna el índice de paro en el ocho y algo por
ciento de la población activa, la EPA da la cifra de 11,4%, con un aumento de
más de tres décimas sobre el año anterior. No consigue, por lo tanto, el
gobierno
con sus mistificaciones ocultar el profundo deterioro del mercado laboral.
La gran trampa de estas cifras destinada a seguir
engañando a la opinión pública es que el INEM , con un solo día que trabajes a
la semana, ya te contabiliza en sus cuentas como no-parado, lo que hace que
sus cuadros no reflejen la realidad ni de lejos. La finalidad del Gobierno es
hinchar artificialmente las cifras de ocupación, a la vez que proporcionar a
las empresas una mano de obra barata, sin punto de comparación con la europea.
La cosa escandaliza tanto que, en su Informe Anual de Empleo, la Comisión
Europea empieza a tomar cartas en el asunto. Se da la alarma en ese informe
sobre la temporalidad del empleo en España. Se constata allí que, aquí, uno de
cada tres contratos de trabajo son temporales, y que, mientras en Europa el
índice de temporalidad es del 13,5 %, para España lo contabilizan en el 31,5
%, y certifican que, en nuestro país, el 80 % de los contratos temporales son
impuestos al trabajador. Parece que, a la vista de estas escandalizantes
cifras, la Comisión estaría dispuesta a tomar medidas. Lo que no sabe la
Comisión, o, a lo mejor, se lo calla, es que la realidad es aun mucho peor de
lo que ella misma manifiesta. La situación es aquí tan terriblemente abusiva
en el mundo del trabajo que ya no pueden ignorarla en Bruselas, hasta el
extremo de que, ante el enorme fraude de miles de cursos a parados en este
país, la Oficina Europea de Lucha Antifraude está dispuesta a personarse en el
caso que investiga la Audiencia Nacional.
Redacción |