La verdadera historia de la A en un círculo

Amedeo Bertolo

Ya está tan difundida la A metida en un círculo y es tan conocida y reconocida que ha terminado por ser considerada como un símbolo tradicional, con dar la impresión de ser «de siempre». Así, por ejemplo, la revista americana Fifth Estate (1997) cree ver una A en un círculo en el casco de un miliciano anarquista en la revolución española. Incluso alguno pretende remontarse a Proudhon (cfr. N. Baillargeon, L’ordre moins le pouvoir, Marsella, 2001)... En realidad, la A es poco más que una advenediza de la iconografía libertaria: la A en un círculo nace en 1964 en París y en 1966 en Milán. ¿Dos fechas y dos lugares de nacimiento? Sí y veremos como.

Efectivamente, es en abril de 1964 cuando en el boletín interno de las Jeunesses Libertaires (es decir, de los jóvenes anarquistas franceses: cuatro gatos, en esa época, los jóvenes anarquistas en Francia, como en Italia) aparece la propuesta de un signo gráfico para el conjunto del movimiento anarquista, más allá de distintas tendencias, grupos y federaciones.

¿Por qué esta propuesta? «Nos han empujado dos motivos principales: sobre todo facilitar y hacer más eficaz las pintadas y los carteles y, además, asegurar una mayor presencia del movimiento anarquista a los ojos de la gente y un carácter común a todas las expresiones del anarquismo en sus manifestaciones públicas. Más concretamente, se trataba, para nosotros, de encontrar un medio práctico que consintiera, por un lado, reducir al mínimo el tiempo empleado para firmar nuestros esloganes en las paredes y, por otro, elegir un signo suficientemente general como para poder ser adoptado por todos los anarquistas. La sigla propuesta por nosotros nos parece responder a estos criterios. Asociándola constantemente a las expresiones verbales anarquistas terminará, por un conocido automatismo mental, evocando en la gente, por sí sola, la idea del anarquismo».

El signo gráfico propuesto es una A mayúscula inscrita en un círculo. ¿Por qué? Quizá por derivación del ya extendido símbolo antimilitarista, en el que la "pata de gallina" se sustituye por la letra inicial de la palabra anarquía en todas las lenguas europeas. Quizá por otras sugestiones. Por ejemplo, el secretario de la Alliance Ouvrière Anarchiste (una minúscula federación anarquista de lengua francesa), Raymond Beaulaton, me escribió, en 1984, que, desde 1956-57, los primeros miembros de la AOA usaban en su correspondencia, después de la firma, una sigla que era primero una A inscrita en un círculo, a su vez inscrita en otra A (para, dar efectivamente, AOA), convertida después en doble A inscrita en una O.

Lo cierto es que el primer uso "público" de la A en un círculo por parte de tal Alliance aparece en junio de 1968 en su boletín ciclostilado L’Anarchie.

Pero, volvamos a 1964. La propuesta de las Jeunesses Libertaires no da, en el momento, ningún fruto. En diciembre del mismo año la A en un circulo reaparece en el título de un artículo firmado por Tomás [Ibáñez], en el periódico Action directe, editado por el mismo grupo de jóvenes anarquistas que, en el citado boletín de ocho meses antes, habían propuesto aquel signo identitario. Pero, de nuevo, ninguna réplica en el movimiento anarquista francés (ni, mucho menos, internacional).

Es preciso esperar hasta comienzos de 1966 para que el símbolo de la A en un círculo, propuesto por el boletín de las Jeunesses Libertaires, sea retomado y utilizado, de manera en un principio "experimental", después regular, por la Gioventù Libertaria de Milán, un grupo de jóvenes anarquistas (del que yo formaba parte), que tenía relaciones fraternas con los jóvenes parisinos, con quienes había constituido una efímera, pero altisonante Fédération Internationale des Jeunesses Libertaires. Es desde entonces cuando el signo comienza su vida pública.

Primero, en Milán, donde se convierte en firma corriente en los panfletos y carteles de los jóvenes anarquistas, y en Italia, para volver después a Francia y difundirse bastante rápidamente en el resto del mundo. Marianne Enckell, (responsable del CIRA de Lausanna) dice que no hay prueba del uso de la A en un círculo en el mayo parisino y haber encontrado escasas pruebas de su presencia fuera de Italia hasta 1972-73.

Es a comienzos de los años setenta, si no recuerdo mal, cuando la A en un círculo "explota" con una espontánea apropiación mimética por parte de los jóvenes anarquistas en todo el mundo: un éxito estrepitoso que ha hecho decir a alguno que, si su inventor hubiera patentado la A en un círculo, sería hoy multimillonario.

¿Cuáles son las causas de la rápida e intensa fortuna? Más o menos por los motivos expresados por las Jeunesses Libertaires. Es decir, por un lado, la gran simplicidad que hace de la A en un círculo uno de los símbolos más inmediatos, como la cruz, la hoz y el martillo, la esvástica, etc. Por otro lado, un movimiento "nuevo", joven, en rápido desarrollo y expansión, que buscaba un signo unificador. Así, en ausencia, en el plano internacional, de un símbolo gráfico anarquista y en presencia, entonces, en el plano nacional o local, de una simbología inadecuada (en Italia, por ejemplo, era muy utilizado el hacha), se impuso de hecho la A en un círculo.

Esta es la historia verídica de la A en un círculo, que está hecha a la vez de voluntad consciente y de espontaneidad. Un cocktail típicamente libertario.

P.S. Toda la documentación relativa a esta historia de los orígenes de la A en un círculo se encuentra en el Centro Studi di Libertari / Archivio G. Pinelli de Milán y en el Centre International de Recherches sur l’Anarchisme (CIRA) de Lausana.

Traducción del italiano de E.G.W.

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