Opinión 

Lo que nos puede salvar es el ateísmo"

Antonio López Campillo

En la segunda quincena de octubre se celebraron las VI Jornades Llibertàries en Palma de Mallorca, convocadas de nuevo por el Ateneu Llibertari Estel Negre. El viernes 19 se celebró la conferencia "Guerras de dios. Ateísmo y humanismo", a cargo de Antonio López Campillo, quien ya había sido invitado en otra edición. Fruto de una conversación ulterior pero girando en torno al mismo tema es la entrevista que puedes leer a continuación. Campillo es a sus 76 años Doctor en Físicas e investigador científico, ha estudiado Sociología de la Literatura y Economía del Desarrollo. Además, ha sido presentador de TV y de radio, columnista en Cambio 16, Diario 16, Ya y El País, así como autor de varios libros: "La ciencia como herejía, "Clones, moscas, sabios" "La caída de la casa Lenin", etc. Dice de sí mismo que se considera más bien libertario, oscilando entre individualista y colectivista. Aunque es ateo antes lo fue cristiano, como tantos otros. Sin embargo, ni antes ni después vio a dios a través del microscopio.

P.- ¿Hasta qué punto hay un trasfondo religioso en los recientes sucesos en el mundo?
R.- El temor que tengo respecto a lo que está pasando ahora, como la destrucción de las Torres Gemelas o la guerra de Afganistán, es que nos tape un fenómeno mucho más importante, que es el resurgimiento de las corrientes extremistas religiosas. En el mundo occidental eso se puede torear, pero el renacimiento que desde hace treinta años se viene produciendo en el mundo musulmán es mucho más grave, porque es una religión que no tiene vuelta de hoja, no da lugar a heterodoxias. Del cristianismo han salido el socialismo, el marxismo, el anarquismo, el liberalismo y el ateismo; como negación, oposición, lucha antagonismo o mera superación. En el islam eso no puede existir, porque así como los textos sagrados en que se fundamenta el cristianismo están elaborados a lo largo de un mínimo de 900 años, los del islam fueron hechos por una persona, con añadiduras de unos poco más después. Es por lo tanto un texto muy coherente y sin fallos, en el que se especifica que la persona no es responsable de lo que hace. Si es un hombre bueno no es responsable porque cumple la ley y, si es un hombre malo, se le castiga por no haberla cumplido. Pero la responsabilidad que tiene de "no ser" no es una responsabilidad individual, como en el judeo-cristiano, que sí se dirigen directamente a dios; porque los musulmanes no tienen porqué dirigirse a dios, no hay relación. La prueba de ello es que han sido anulados todos los movimientos místicos porque intentan hablar directamente con dios, tendencia que también se ha manifestado en el cristianismo, aunque por motivos diferentes.

P.- ¿Qué propone el ateismo frente a todo eso?

R.- Desde mi punto de vista, lo que nos puede salvar es el ateísmo, porque promulga tener confianza en el hombre, sólo en el hombre, sentirse responsable de sus propias acciones. El ateísmo nos hace responsables de nuestras propias acciones y tenemos que pagarlo a veces, nuestra libertad tiene ese precio. Lo importante es pedir a la gente que se haga responsable de su vida y que rechace los llamamientos de salvadores.

P.- ¿Cuáles son a tu juicio las bases para asentar un ateísmo consciente y racional?, que no sea simplemente una negación.

R.- Lo primero, y aún recordando que hay una cierta filiación cristiana, negarse en redondo a aceptar la existencia de un poder superior de naturaleza divina. No hay más que el mundo. Un ateísmo serio es materialista en el sentido de que no reconoce otra espiritualidad que la que genera la materia. Todos tenemos lo que se llama un espíritu o conciencia inteligente, que es simplemente un producto del funcionamiento del cerebro, no sabemos bien cómo funciona pero ahí está. La no interferencia de potencias raras sobre nuestro actuar es la clave de un ateísmo fundamentado.

P.- Para un anarquista es un poco duro pensar que esta ideología viene del cristianismo, como has apuntado hace un momento.

R.- El monoteísmo provoca que el hombre se enfrente con dios directamente. En el "Antiguo Testamento" hay un libro, el "Libro de Job", en el que dios pone a prueba de mala manera a Job, quien le pide cuentas. Es el primer caso que se conoce en que un hombre se rebela contra dios en nombre de la justicia. Pedir cuentas a quien sea es un principio de libertad importantísimo. En la antigua Grecia sólo aparece la palabra "libertad" al mismo tiempo que aparece la palabra "esclavo". En el caso de Job la libertad se manifiesta en relación a un poder superior y una de las características de la anarquía es ser libre frente a cualquier poder. Está claro que el anarquismo nace en un mundo cristiano y hay una raíz de esta ideología que toma lo poco bueno que tiene el cristianismo para que pueda ser destinado al bien de la humanidad. Eso se traduce en que puede haber cristianos que se digan anarquistas pero es difícil que haya anarquistas que se digan cristianos.

P.- ¿Cómo se forma en el ser humano la idea de crear una religión?

R.- Por la pérdida de los padres. Cuando se produce esa situación te quedas solo en el mundo y buscas a alguien que te ayude. Por eso las religiones tienen mucho de patriarcado y matriarcado. En el cristianismo dios es dios-padre, en el islam es dios-amo.

P.- ¿Consideras que las religiones son interpretaciones humanas de mensajes supuestamente divinos?

R.- En la sionista y la cristiana hay de eso, en la musulmana no. En ésta, Alá ha dado el mensaje a Mahoma para que lo escriba y lo difunda, pero no caben otras interpretaciones diferentes a lo que está dicho. Mientras en el cristianismo y el judaísmo cada profeta o iluminado le da la explicación a las escrituras que le parece, por eso hay tantas herejías, tantas iglesias y tantos follones. Las corrientes en el islam vienen determinadas por problemas jurídicos y no religiosos.

P.- Aprovechando que eres científico, ¿ha detectado la ciencia algo a lo que se le pueda llamar espíritu o alma?, ¿tendría que ver algo la conciencia en todo esto?

R.- Según lo que se sabe ahora de neurofisiología –aunque hay mucho camelo en esta ciencia-, la conciencia es un estado de la mente en el cual y, por mediación de unos mecanismos muy complejos, se tiene un conocimiento de las cosas. Pero eso también lo tienen los animales. Yo tengo perros y gatos y veo que son conscientes de quienes son, responden a su nombre e incluso a los de las personas de su entorno, incluso tienen conciencia del estado de ánimo que tienen las personas. Esto quiere decir que su conciencia existe pero no está tan desarrollada como la nuestra, pues ellos no pueden escribir poesía, por ejemplo. Pero eso no nos convierte en seres extraordinarios, ya que nuestra conciencia es simplemente una evolución o prolongación de la que se da en el mundo animal. Denet acaba diciendo en su libro "Las conciencias" que venimos de un átomo que se fue uniendo paulatinamente con otros y nuestra conciencia es producto de eso. Por eso, la existencia de esa conciencia no debe servir como pretexto para justificar la existencia de una fuerza superior.

P.- Todas las religiones tienen algo que decir sobre lo que pasa con las personas una vez que se mueren, ¿qué pasa cuando nos morimos?

R.- Las religiones dicen que permanece nuestro espíritu, pero que resulta que si, según acabo de decir, el espíritu es la consecuencia de la unión de esos átomos y moléculas y éstos desaparecen al desintegrarse nuestro cuerpo, parece que la respuesta es clara. Hay casos de enfermos mentales que pierden gran parte de su conciencia por causa de accidentes cerebrales y no están muertos.

P.- Las religiones de cualquier tipo siempre buscan la manera de explicar el origen del Universo, de la Tierra, del ser humano y de la civilización. ¿Cuál es el motivo de que todas estén cortadas por ese patrón y de que pretendan trazar cosmogonías?

R.- Lo hacen todas. Y lo hacen porque tienen que justificar la existencia del mundo, de todo lo que nos rodea. Se plantean, ¿quién lo ha puesto aquí?, si nosotros no hemos sido, ha sido alguien superior. Por descarte. Esas cosmogonías alcanzaron un punto de inflexión en la antigua Grecia, porque entonces los griegos se plantearon contar la creación del mundo buscándole una explicación y dando así lugar a una cosmología. Al explicarlo, llegó un momento ya en esa época en que los dioses no jugaban ningún papel. Por eso las religiones utilizan las cosmogonías, que tal vez no han creado pero las justifican. Por eso la Iglesia Católica acusó a Galileo y a otros por defender la centralidad del Sol, el heliocentrismo (en aquella época se pensaba que la Tierra era el centro del Universo y que de hecho éste giraba en torno a ella. N. Del A.). La Iglesia había tomado como modelo de Cosmos el de Aristóteles, que se adaptaba bastante bien a la cosmogonía que promulgaba. Cuando la cosmogonía es contestada con una cosmología el fundamento para la existencia de dios se va a la mierda, por eso las iglesias luchan todo lo que pueden contra el saber científico que les quita fundamento.

P.- Pero, la cosmología está cambiando cada día… se descubren nuevas estrellas, nuevos planetas, aún no se sabe si en Marte hubo vida, etc.

R.- Las cosmologías pueden cambiar y de hecho deben hacerlo en cada nueva ocasión en que se pueda ampliar el conocimiento, teorías como la del Big Bang acaso serán superadas en los años venideros; en cambio, las cosmogonías no pueden cambiar, simplemente subsisten o mueren.

P.- Muchas veces se dice que el verdadero dios de hoy en día es el dinero, incluso se apunta a la TV o a los medios de comunicación. ¿Es acertado darles cualidades divinas a estas creaciones humanas?

R.- Había religiones anteriores al judaísmo y al cristianismo que hacían dioses de una piedra que les llamaba la atención o les parecía extraña, de un animal, etc. El dinero obviamente está idealizado, como la televisión, pero no pasan de ser esos elementos cercanos y atractivos como piedras o animales. Eso explica lo que a veces se dice, por razones difíciles de explicar, de que hay una regresión del modo de pensar en la parte más intelectual de esta sociedad. No en la científica, porque hay dos culturas, la científica y la que no lo es. Un científico puede leer a Cervantes y disfrutarlo, pero un novelista no podrá hacer cálculo diferencial o comprender la matemática cuántica. Por eso es normal que haya dos modos de pensar o de ver las cosas, lo que pasa es que actualmente hay un rechazo de la razón que viene de los filósofos posmodernos y que favorece que seamos capaces de hacer equivalentes de dios a partir del dinero, de la televisión, de determinados personajes, etc. Volvemos a épocas míticas y eso lo están favoreciendo sin querer los posmodernos, de los que tenemos algunos buenos representantes en España, como Agustín García Calvo.

P.- Muchas religiones también se refieren al advenimiento de un mesías, ¿ese recurso es como la zanahoria que se pone delante del burro?

R.- Mi opinión al respecto es que hay que levantar la veda de la caza de mesías. Cuando aparece la idea de que va a venir alguien que nos va a salvar, que nos va a resolver los problemas, es cuando las religiones se vuelven realmente peligrosas. Y es una idea que está latente en el pensamiento posmoderno. Es mejor que nos salvemos nosotros mismos cada día.

P.- El Cielo está arriba y el Infierno abajo, ¿por qué?

R.- Eso era antes, el Papa dijo hace un año que el Cielo es "un estado del alma", con lo cual se ha cargado toda la teología de la Edad Media de arriba abajo. El Infierno ahora no está tan localizado.

P.- ¿Cuál es el sentido de la vida?, que es otra de las incógnitas que las religiones pretenden explicar.

R.- Si como sentido de la vida entendemos el del Cosmos, de eso da buena cuenta la Teoría de la Evolución, así como la Teoría del Caos. En cuanto al destino del individuo, depende de cómo use sus capacidades para realizar algunas de las posibilidades que tiene o que la naturaleza le ofrece, si esArriba. ¡LUCHA ANTIFASCISTA! consciente ello. Y, si no lo es, cree que hay una entidad superior que lo dirige y por ahí se llega a dios.