En el mes de marzo, concretamente el día 2, hará muchos años que mataron a SALVADOR PUIG ANTICH, tal vez el más conocido de los miembros del MIL, pero hubo otros tan importantes como él, a los que reconocemos por su aportación a las luchas por el movimiento obrero y nunca podremos olvidar. He de reflexionar, por mi parte, que quedé muy marcado ante el asesinato de Puig Antich. En aquellas fechas estaba esperando mi compañera dar a luz a nuestra hija. Se encontraba en el hospital clínico y dio la coincidencia que mi hija nació el día 1 de marzo por la tarde. Allí se vivían momentos de tensión por lo que se temía que iba a ocurrir: diariamente había asambleas en la facultad de medicina, por todo el hospital había pequeñas pintadas y pegatinas que pedían la libertad de Puig Antich. llegué a sentir admiración por aquellos jóvenes, por el mero hecho de enfrentarse a la dictadura de la forma en que se enfrentaron, sin el apoyo de ninguna tendencia política que los manipulara, es por ello que tuvieron poco apoyo por parte de los que hoy día se llaman luchadores antifranquistas; todos los que se llenan la boca de democracia y de libertad de expresión ante las muertes de ETA, en aquellos momentos no hacían otra cosa que servir al régimen, pues era lo que daba beneficios, tanto políticos como económicos. Tal vez aquellos jóvenes luchadores por la libertad cometieron el delito de no ser políticos, sino, jóvenes libertarios, cuya forma de entender la vida era totalmente contraria al sistema de partidos políticos, que lo único que buscaban y buscan es la poltrona desde donde dirigir a las masas. El único afán que les movía ideológicamente era cambiar el orden impuesto e intentar a través de la lucha social en defensa de los trabajadores acabar con la explotación del hombre por el hombre, sin ningún ánimo de poder. Debido a ello fue que se quedaron solos, ante la bestia fascista, con el apoyo de un minoría de juventud que no confiaba en las maniobras de los políticos de turno, que lo único que buscaban era propaganda de sus ideas, no la libertad de Puig Antich. El tiempo pone cada cosa en su sitio y hemos visto y vivido que no hay olvido de Salvador Puig Antich, raro es el año en que no se celebre algún acto en su memoria; esto no nos devolverá su vida pero sí logrará que no caiga en el olvido, aquel crimen de la dictadura. Tal vez, este fue el último poema escrito por Puig Antich: Me asesinaréis al amanecer a escondidas, Pero temerosos, porque sabéis que mi nombre No lo amordazará el silencio; Porque sabéis que mi sueño no lo ahogaréis. Esta libertad de labio en labio, Paso a paso, poco a poco se os escapa. Unos años después (Septiembre del 1975) el franquismo asesinó a cinco personas más, dos de ETA y tres del FRAP. Por estas muertes sí que se movilizaron los políticos y hasta los curas ¡hipócritas, cínicos y chaqueteros oportunistas!, ésta es vuestra defensa de la vida . Hoy aquella inmensa mayoría de "demócratas" reniega de su pasado, pues no hay nada peor para el ser humano que tener que recordar aquello que quisiera olvidar. M. Plaza Tomado de Liber nº 10 marzo 2003 |