Los
EEUU acaban de declarar que Siria es el nuevo enemigo. Una de las razones
que dan es debido a que éste apuntala a grupos terroristas. El más
peligroso es el Partido de Dios: Hizbolah. Éste se ha convertido en el
partido más estructurado del Líbano poseyendo una red de hospitales,
colegios y gobiernos locales. Tiene su propio canal de satelite que
transmitió la guerra iraquí atacando a los anglo-americanos y su prédica
tiene particular ascendencia entre árabes chiítas (un 60% de la población
iraquí) así como dentro de la única oposición anti-Saddam armada en el sur
de Irak.
Su historia es poco
conocida y muchas otras fuentes, como el conservador The Economist
británico, lo ven como un modelo de grupo armado que se ve integrando al
legalismo parlamentario.
Este nació impulsado por el
clero chiíta después de dos importantes acontecimientos que cambiaron al
medio oriente: la invasión israelí del Líbano (1978) y la revolución iraní
(1979). En 1975 una guerra civil fue provocada porque los mahometanos
(incluyendo los refugiados palestinos) se habían convertido en la mayoría
y cuestionaban que el poder siguiera en manos de los cristianos maronitas
pro-occidentales.
Tradicionalmente, el
partido que había representado a los chiítas en el Líbano era Amal, el
mismo que realizaría cruentas batallas contra la OLP de Arafat. En 1984,
dos años después de la masacre de Sabra y Shatila y del arribo de 1500
guardias revolucionarios iraníes, el Partido de Dios salió a la luz.
Algunos de sus componentes han estado asociados con el mega-atentado de
1983 donde 240 marines estadounidenses perdieron la vida.
La inicial razón de ser del
Hizbola es la de luchar contra Israel y contra sus aliados del Ejército
del Sur del Líbano. Los combatientes del Hizbola conseguían la protección
de la población civil chiíta en emboscadas contra las tropas enemigas
llegando a patrocinar el empleo de atacantes suicidas contra blancos
militares. El Hamas palestino y los perpetradores del 11 de septiembre
retomarían esas acciones ‘kamikazes’ pero empleándolas contra civiles.
El Partido de Dios libanés
reivindica que ha tenido más de 1,300 ‘mártires’ en esa lucha y que es el
único movimiento árabe que ha logrado derrotar a los sionistas. Hace dos
años las FFAA israelíes se retiraron del Líbano.
En 1989 Hizbola suscribió
junto al resto de los partidos libaneses el acuerdo de Taif con el cual se
empezaría a poner fin a la guerra civil. Desde entonces, este movimiento
se ha ido incorporando al sistema parlamentario. De los 129 congresistas
libaneses 8 pertenecen al Hizbola y 4 a fuerzas islamistas similares. De
acuerdo al profesor Norton, éste se ha convertido en el ‘más efectivo y
eficiente partido en Líbano’ contando con ‘una red social extremadamente
impresionante’. Hizbola cuenta con numerosas estaciones de radio así como
con TV, escuelas y centros de salud. Sus hospitales tienen la reputación
de ser mejores que los nacionales y estar abiertos a pacientes no chiítas.
El Partido de Dios ha
venido operando una evolución ideológica. Inicialmente no aceptaban al
Líbano como una entidad separada pues quería formar una gran república de
todo el Islam. Postulaban un gobierno de los juristas religiosos que
trascendiese los bordes creados anteriormente por las potencias
coloniales. Su emblema son sus siglas en árabe con un puño que agarra un
fusil, un libro y una espiga. Tanto su simbología como su discurso anti-imperialista
y su base social plebeya hacen que Hizbola pudiese aparentar afinidades
con otros movimientos insurgentes tercermundistas. Sin embargo, Hizbola no
es ni marxista ni socialista. Combina posiciones anti-colonialistas,
proteccionistas y asistencialistas con fundamentalismo religioso y
elementos de conservadurismo social.
Su líder es Sheikh Hassan
Nasrallah, quien en 1992 remplazó en esa labor a Sheikh Abbas Mussawi,
después que éste fue asesinado por las FFAA israelíes. Inicialmente se
especula que Irán les subvencionaba con $500 millones anuales pero que
dicha contribución ha bajado y Hizbola ha empezado a crear otras fuentes
de financiamiento. Es posible que sus grupos armadas agrupen a 20 ó 25 mil
hombres.
Hizbola ha tratado de ganar
aliados dentro de las comunidades cristianas, sunnita o drusa del Líbano,
pero no entre los hebreos. Tiende a concebir a Israel como un todo malo en
el cual no ve mayor distinción entre los judíos de todas las clases y
orígenes étnicos.
La moderación y
liberalización del régimen de los ayatolás iraníes ha influido sobre sus
camaradas del Hizbolah, quienes hoy se inclinan a aceptar al Líbano y
plantean que ellos no buscan la islamización forzosa del resto de la
población sino el respeto a otros credos y una gradual influencia o
conversión.
Hizbola tiende a ser
aceptado por las diversas élites libanesas y por Siria quienes le ven como
un movimiento que está contribuyendo al nuevo orden libanés. El Partido de
Dios se viene cuidando de no atacar a los EEUU sino únicamente a Israel.
Es más, Hizbola, públicamente condenó los actos del 11 de septiembre.
Hizbola, sin embargo,
abiertamente impulsa la segunda intifada. Sus estaciones que son captadas
hasta en Europa promueven la lucha armada contra la ‘entidad sionista’.
Las últimas acciones de comandos del Hamas contra blancos militares
israelíes, se dice, han venido siendo inspiradas o tal vez asesoradas por
Hizbola.
En la guerra iraquí Hizbola
mostró su total oposición a la invasión, pero planteó que no iba a enviar
voluntarios a Irak. Saludó la caída de Hussein y ahora se liga a grupos
chiítas en torno al Consejo Supremo de la Revolución Islámica Iraquí, la
única fuerza chiíta que tenía miles de combatientes contra Saddam.
Al atacar a Siria, los EEUU
tratan de cortar las alas a Hizbola, el mismo que tiene mucho prestigio
dentro de los palestinos radicales y de los chiítas iraquíes, sectores a
los que Washington necesita apaciguar. |