El nombramiento del nuevo administrador de Irak, general Jay Garner, significa una clara victoria del secretario de Defensa de EE.UU., Donald Rumsfeld, y de los halcones de la Casa Blanca que abogan por limitar el papel de la ONU y de las potencias aliadas en la "reconstrucción" de Irak. Un colosal negocio capitalista que demandará inversiones estimadas en más de un billón de dólares. El nuevo regente está vinculado a las petroleras y a la industria armamentista norteamericana, y es considerado como un "pro israelí ferviente" El nuevo regente del Irak post guerra será un general retirado de 64 años, Jay Garner, un ardiente pro israelí, vinculado a Donald Rumnsfeld, los halcones, las petroleras y la industria armamentista del Complejo Militar Industrial norteamericano. Así lo anunció esta semana el ministro de Defensa británico, Geoff Hoon quien sostuvo que "en los próximos días" se formará el gobierno que regirá los destinos de Irak tras la caída del régimen de Saddam Hussein. El tiempo de duración de la nueva administración imperial, como un eco reminiscente del régimen del general Douglas MacArthur en Japón durante la Segunda Guerra Mundial, sería fijado inicialmente en 90 días. El segundo del Pentágono, Paul Wolfowitz, dijo que las fuerzas de EE.UU. y sus aliados administrarán Irak hasta que se restauren los servicios básicos. "La responsabilidad más importante de esa autoridad interina será poner en marcha un proceso que conduzca a la creación de un nuevo gobierno iraquí, mediante la organización de elecciones locales o la redacción de una nueva Constitución", explicó. El primer ministro británico, Tony Blair, aseguró el jueves que, tras la aplicación del "plan Garner", Irak "no será gobernado por el Reino Unido, EE.UU. ni la ONU, sino por los iraquíes". La asesora nacional de Seguridad, la ultrahalcona Condoleezza Rice, afirmó tajantamente que la administración post Sadam será pilotada únicamente por Estados Unidos y sus socios en la guerra, sin participación de la ONU. Se estima que Garner manejará Irak con un gabinete de 12 norteamericanos, seleccionado entre representantes de las multinacionales de las armas y el petróleo que impulsaron esta guerra conducida por los halcones. El ex general estadounidense Buck Walters, integrante del núcleo de los halcones, junto a aproximadamente 40 funcionarios, forman la vanguardia del grupo que tendrá a su cargo la organización y reconstrucción de Irak. Fuentes y voceros árabes ya salieron a calificar esta transición como un nuevo proceso de colonización del Medio Oriente instalado en pleno corazón del Islam. En Washington a estas horas corren fuertes rumores de que Garner y su grupo, apoyado por el Pentágono y los halcones de la Casa Blanca, ya tendrían en elaboración un proyecto para integrar a fuerzas israelíes en funciones de policía durante la ocupación de Irak. Como argumento sostienen que los israelíes son los que mejor conocen la psicología y las acciones tácticas de la guerrilla árabe y musulmán que ya opera activamente en Irak. Quien es Garner El General Garner es amigo personal del secretario de Defensa Donald Rumsfeld, y preside SY Coleman, una filial de L-3 Communications, que fabrica principalmente los sistemas de dirección y comando para los misiles de crucero estadounidenses que arrasaron Bagdad con sus bombardeos "quirúrgicos"." Aquí parece quedar en evidencia el principio "bíblico", según el cual el imperio norteamericano destruye con sus misiles, y luego "reconstruye" lo que destruyó generando nuevos polos totalizados de expansión y ganancia capitalista. No sólo con el petróleo y la industria armamentista sino también con el capital financiero de Wall Street. Garner también es conocido por promover activamente la teoría de defensa conocida como "guerra de las galaxias", que fue patrocinada por Rumsfeld y los militares ultraduros. Fue uno de los militares que apoyaron y firmaron en el año 2000 un manifiesto que aprobaba la política de Israel contra la Intifada palestina. El nuevo "administrador civil" fue un alto funcionario del comando conjunto de las fuerzas armadas durante la primera Guerra del Golfo. En 1991, durante la Operación Tormenta del Desierto, desempeñó elcargo de comandante de las tropas aliadas en el norte de Irak y dirigió varios programas mayores del Pentágono. Garner dirigió en 1991 la llamada "Operación Proporcionar Bienestar" en favor de los refugiados kurdos. En enero del 2003 fue elegido por el presidente George W. Bush como jefe de la Oficina de Ayuda Humanitaria y Reconstrucción (ORHA según sus siglas en inglés). Los "moderados" del Departamento de Estado, y su secretario Colin Powell, creen que el Pentágono va a favorecer a sus protegidos iraquíes como el controvertido líder opositor Ahmad Chalabi. Chalabi, enfrentado a Saddam Hussein desde el exilio, lidera el Congreso Nacional Iraquí (CNI). Con 700 combatientes, el jefe opositor fue trasladado a Nasiriya, en el sur de Irak, por aviones militares estadounidenses, según The Washington Post, con la intención de constituir el germen del nuevo ejército de "Irak libre". Esta acción indica claramente que -por ahora- los planes del Pentágono han ganado sobre los del Departamento de Estado estadounidense, que no simpatiza para nada con Chalabi y su reconocida militancia a favor de los halcones de Washington. La "interna" de Washington El nombramiento del nuevo regente imperial en Irak significa una clara victoria del secretario de Defensa de EE.UU., Donald Rumsfeld, y los halcones de la Casa Blanca, que abogan por limitar el papel de la ONU, y de las potencias aliadas en la reconstrucción de Irak que demandará inversiones estimadas en más de un billlón de dólares. La definición de la futura administración de Irak ya desató una tensión interna entre el jefe de la diplomacia estadounidense, Colin Powell, y el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld. Powell, lidera la línea de los "moderados", más vinculada al capitalismo financiero de Wall Stret que a los negocios de las petroleras y las armamentistas, representadas por Rumsfeld y los halcones, que consideran el triunfo en Irak como de su exclusiva pertenencia . El secretario de Estado norteamericano y el primer ministro británico, Tony Blair, impulsan a través del secretario general de la ONU, Kofi Annan, una estrategia diplomática orientada a recomponer las divisiones existentes entre sus socios europeos. La comunidad internacional (que debe leerse como comunidad de negocios capitalistas a escala planetaria) ya tiene opiniones encontradas con el Pentágono respecto de cómo se debería "gobernar Irak". En realidad, lo que tratan de decir es cómo se debería repartir el botín de guerra compuesto por el petróleo y los negocios de la "reconstrucción". Los ministros de Relaciones Exteriores de Francia, Alemania y Rusia han solicitado que la comunidad internacional asuma el rol principal en la administración de ese país. Las principales potencias aliadas de EE.UU. en la OTAN, con Rusia, Francia y Alemania a la cabeza, presionan política y diplomáticamente a Estados Unidos con la finalidad de arrancarle compromiso de participación en todas las áreas de reconstrucción, principalmente de la industria petrolera en Irak, que requerirá de tecnología y de inversión de capitales. En otras palabras, intentan resarcirse de las pérdidas de sus contratos con el desaparecido régimen de Saddam Hussein, formando parte de este nuevo proceso de ganancia y concentración capitalista a expensas de la sangre y el petróleo iraquí. Hay que recordar que estas naciones, principalmente Francia y Alemania, en una postura demagógica y oportunista lideraron las marchas pacifistas contra la guerra emprendida por Bush y sus aliados. Ahora -mascullan los halcones- vienen a reclamar su parte del botín de guerra como si nada hubiera pasado. Esto presagia un duro frente de batalla entre el capitalismo norteamericano y el capitalismo europeo, por áreas de influencia en las nuevas zonas dominadas. Y que seguramente jugará un rol fundamental en el proceso de "palestinización" que se vaticina para Irak y toda la región. Tomado de Información Alternativa en Red |
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