El pasado 7 de Febrero nos dejaba para siempre Antonio, tenía 34 años. Pasó 17 años preso por multitud de cárceles. Media vida perdida en las mazamorras del Estado por dos robos menores cometidos cuando aun no era mayor de edad. Con las leyes actuales no habría estado preso. Pero ahora eso ya no importa ni a él, ni su familia, ni a quienes le conocimos.

Sufrió en sus carnes la dispersión , el aislamiento y todas las torturas posibles al estar clasificado como régimen FIES.

Su familia, pero en especial su madre Mari luz removió cielo y tierra por su hijo, aun viendo como sus solicitudes eran rechazadas e ignoradas. Varios colectivos de apoyo a personas presas entre ellos la CNT le asumimos hace ya más de 2 años. Su caso era otro más de una larga lista de vulneración de los derechos humanos básicos dentro de las cárceles españolas.

Pero gravemente enfermo, dispersado en Palma de Mallorca y sin recursos apenas en su familia para visitarle, fue lo que nos motivó a mucha gente a interesarnos por él. Se realizó una campaña estatal por su traslado a León y puesta en libertad con recogida de firmas , envío de postales, concentraciones y la presentación de varios informes en los que se denunciaba su pésimo estado de salud. Y cuando por fin se consiguió su libertad, solo la pudo disfrutar 5 meses, 5 meses por 15 años de secuestro oficial.

Aún siendo triste esta realidad nos queda el recuerdo de que para él era muy importante no morir dentro de la cárcel, vigilado por aquellos que le robaron la libertad y su juventud. Poco tiempo fue el que pasó entre los suyos; aun así pudo cumplir esa última voluntad, sabía que le quedaba poco tiempo. Ahora él ya no está. Pero no deberíamos olvidarnos de que mucha gente muere en vida dentro de las cárceles por que nadie se acuerda de ell@s.

Por su dignidad, por la nuestra.

No nos olvidemos.

CNT–AIT de León