Elección existencial: Chirac o Le Pen, ¿el Madrid o el
Barca?
Inés Arcia
Socorro,
que me quiero apear. Cada mañana, al leer el periódico una no sabe si
ponerse a llorar o tomarse un whisky. Las noticias son del estilo de "la
izquierda votara a Chirac con la nariz tapada", "los demócratas se unen
para frenar al ultraderechista Le Pen..." votando a Chirac. Alain Touraine,
un sociólogo progre para aquellos que nunca terminan de leer sus
artículos, aconseja a la socialdemocracia "dar claramente prioridad a una
izquierda social liberal..." y olvidarse de los viejos tiempos de salarios
altos y escuelas publicas gratuitas. Mientras tanto, en Telemadrid se dice
que se necesitan 50.000 trabajadores en el sector de la hostelería... a
120.000 ptas. al mes por 16 horas de trabajo con contratos de 6 meses, y
los empresarios de la fresa, no conformes con los inmigrantes acabados de
bajar de las pateras, trasladan su negocio a Marruecos, para que las
mujeres marroquíes les junten la fresa a ¡700 ptas. por día!.
Esto es el modelo que hay, con Chicac o
Jospin, con Zapatero o Aznar, con Clinton o Bush... y con Le Pen y
Berlusconi. ¿O me equivoco? Las diferencias son de grado, dirán los
entendidos. En mi opinión el grado se detecta en que estamos cada día
peor, sea como sea el orden de los factores. Es decir, con el primer
gobierno de González estuvimos mejor que con Franco, pero ahí se terminó
de contar. En el segundo gobierno de González, estuvimos peor que con el
primero y en el tercero peor que en el segundo, con Aznar peor que con el
tercero de González y no me cabe ninguna duda de que en el próximo, sea
quien sea el que gobierne estaremos peor que con Aznar... si es que nos
dejamos.
Entonces, si algún lector está de
acuerdo con esto, tal vez me pueda explicar con qué criterio un
ecologista, un comunista, un anarquista, un trotskista o un militante
antiglobalización pueden plantearse votar a Chirac por miedo a Le Pen. Es
cierto que el defecto de Le Pen pasa por decir las fascistadas que piensa,
pero el que Chirac no las diga no lo hace mejor, ni a nosotros más
idiotas. ¿O sí?
Desde luego, prefiero ver en el
telediario y en la portada de El País y El Mundo el retrato de un fascista
convencido y asumido que el de un hipócrita que habla de democracia
mientras hace leyes de extranjería, mira con cara compungida la masacre
palestina y apoya descaradamente el golpe en Venezuela.
Como dicen los argentinos, si los
políticos que hay no sirven para resolver nuestros problemas reales... que
se vayan todos. Porque vamos a ver, ¿a nosotros nos sirve de algo que el
Real Madrid le gane al Barca?